Hace un par de días me dió por mirar qué habían hecho unas cuantas acciones USA que, dado mi carácter especulador, había tenido hace algo menos de dos años y que había vendido enseguida, con algún beneficio.
Pues bien, la mayoría han duplicado y alguna hasta triplicado su valor y, en cambio, aquí estamos algunos rezando casi cada día para no seguir perdiendo dinero.
Pero, en realidad, no me puedo quejar. Si soy tonto he de cargar con mi forma de ser. Ya es tarde para modificar los defectos de fabricación.