Abengoa se salva, pero aún con incertidumbres
Abengoa, previsiblemente, logrará sacar adelante su ampliación de capital, lo que asegura su supervivencia a corto plazo: el precio de la operación y las dudas respecto a sus desinversiones aún lastrarán al valor.
Los inversores compraron con el rumor y vendieron con la noticia. En la sesión en que comenzó a rumorearse sobre un posible acuerdo para sacar adelante la vital ampliación de capital de Abengoa, sus títulos «B», los que cotizan en el Ibex-35, se dispararon cerca de un 26 por ciento, pero en las jornadas siguientes llegó una de nuevo importante recogida de beneficios. Con el acuerdo, según el que HSBC, Crédit Agricole y el Santander aseguran la cobertura de 465 millones de euros de los 650 millones del total de la ampliación de capital (implica que, de no cubrirse la operación en el mercado, ellos pondrán el dinero), los Benjumea aportarán 120 millones y Waddel & Reed, 65 millones, Abengoa resuelve su viabilidad futura. Para conseguir el apoyo de la banca, la familia fundadora de la compañía, los Benjumea, ha tenido que ceder. Y mucho: sus derechos de voto se reducirán del 57 al 40 por ciento y Felipe Benjumea, hasta ahora presidente y consejero delegado, pasa a ser presidente de honor de la firma.
Según Iván San Félix, analista de Renta 4, el hecho de que los acreedores pasen a gestionar la sociedad es una buena noticia, sobre todo para los bonistas, puesto que pondrán el foco en que la compañía pueda hacer frente al pago de la deuda. Ello se ha notado ya, por ejemplo, en la suspensión del pago de dividendos, en la reducción de inversiones y en el anuncio de más ventas de activos. «Su gestión será más conservadora, por lo que de la empresa tendremos que esperar menos crecimiento», asegura San Félix. Si se da más importancia al acreedor en la toma de decisiones, ¿significa esto que al accionista se le dejará de lado y saldrá perdiendo? No. Según San Félix, la nueva dirección de la compañía también será positiva para los tenedores de acciones, puesto que con ella se acaba del todo con el riesgo de que la empresa tenga que enfrentarse a un concurso de acreedores. O, al menos, a corto plazo, como precisa Álvaro Arístegui, de Ahorro Corporación. «Es cierto que la empresa puede perder potencial en bolsa, pero con la operación y las condiciones que ha puesto la banca se garantiza su supervivencia y su viabilidad. O se le da un balón de oxígeno. Una vez mejore la situación, entonces se podrán poner en marcha otros planes. Pero era necesario aclarar las dudas a corto plazo», explica el experto de Renta 4.
Los movimientos de Abengoa han tenido respuesta de las agencias de calificación. Por ejemplo, de Fitch, que mantenía la nota crediticia en «B» con perspectiva estable, es decir, sin que haya riesgo de que a corto plazo pueda sufrir una rebaja de su solvencia. «Este rating refleja el anuncio realizado el 24 de septiembre de que Abengoa ha procurado y suscrito una ampliación de capital de 650 millones de euros al tiempo que mejora su gobierno corporativo y se ha comprometido a una reducción de su deuda», comenta Jean-Baptiste Bouillaguet, de Fitch, que cree que la ampliación de capital será una prueba de fuego para medir la capacidad de la compañía de captar dinero del mercado de acciones, del bancario y del de deuda.
Porque las dudas no han desaparecido. En ello ha insistido Moody's, que ahora mismo está revisando los números para una posible rebaja de su nota (ahora en 'B2') que podría evitar el éxito de la ampliación de capital. La que persiste es, fundamentalmente, la del precio a la que se realizará la operación. Los expertos de Bankinter estiman que el descuento será grande debido a la importancia cuantitativa de la operación (esos 650 millones que quiere levantar en el mercado equivalen a alrededor de un 70 por ciento de su capitalización bursátil). Y, de acuerdo con Jaume Rey, de GVC Gaesco, la propuesta de rebaja del precio nominal de las acciones que pretende llevar la compañía a la junta de accionistas convocada para el próximo 10 de octubre es una pista importante para tener en mente que el descuento será relevante. «Depende de los bancos, pero hay quien habla de 0,5, 0,6 o 0,8 euros por acción», afirma San Félix.
¿Qué hacer con las acciones?
A la vista de que la operación se realizará con una rebaja relevante y de que, como dice Rey, ahora mismo la empresa cotiza muy barata en relación con sus fundamentales, ¿hay que ir a la ampliación de Abengoa? Rey dice que no lo haría o, al menos, que esperaría a la junta de accionistas del 10 de octubre, para decidirlo, para ver si el equipo nuevo convence de verdad con sus planes. Para San Félix, es muy posible que las acciones de Abengoa sigan cayendo hasta que se sepa el precio. Por tanto, en su opinión, quien no pueda aguantar pérdidas, lo mejor sería que deshiciera posiciones, aun sabiendo que en el futuro puede subir. San Félix cree que los títulos de Abengoa son sólo aconsejables para inversores con poca aversión al riesgo. José Manuel Arroyas, de Exane BNP Paribas, situó su precio objetivo en los 0,80 euros el pasado 25 de septiembre, pero Ahorro Corporación lo colocó en los 3,55 euros una semana antes. BBVA, en los 2,20 y AlphaValue, en 1,56.
De momento, Rey señala como factor en contra el hecho de que todavía las posiciones cortas sobre el valor supongan más de un 7 por ciento de su capital. Además, apunta riesgos inherentes al propio negocio tras aplicar los rigores de la banca: el escenario es malo en cuanto a sus expectativas de generación de caja. Y el riesgo financiero persiste por algo que también señala Bouillaguet: aunque la ampliación de capital da tiempo a la compañía, ésta tendrá que realizar ventas de activos. Quiere captar con ellas 1.200 millones de euros hasta finales de 2016, con lo que duplica su objetivo previo de 500 millones de euros. Posiblemente, señalan desde Bankinter, podría deshacerse de su participación en Abengoa Yield. Y el peligro está, según el experto de Fitch en que el mercado castigue el precio de Abengoa Yield, así como el valor de otros activos en el extranjero del grupo industrial español.
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