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Phishing y estafas bancarias
El phishing es una de las principales amenazas en el mundo digital, siendo una técnica de estafa que busca obtener información confidencial de las personas. Los ciberdelincuentes suelen suplantar la identidad de entidades confiables, como bancos, para engañar a los usuarios y obtener sus datos.
A pesar de las precauciones, muchos individuos caen víctimas de estos ataques, resultando en pérdidas económicas significativas. Es esencial actuar rápidamente en caso de ser víctima, informando al banco y tomando medidas legales.
La seguridad en las operaciones bancarias requiere soluciones tecnológicas avanzadas para garantizar la autenticidad y confidencialidad de los datos.
El banco debe hacerse responsable del dinero robado en las siguientes circunstancias:
- Si el usuario niega haber autorizado una operación, el banco debe devolver de forma inmediata el importe de la operación.
- En casos de phishing, si el cliente facilita a un tercero las credenciales de seguridad de forma viciada, movido por un engaño, no hay consentimiento del cliente para ordenar esos pagos.
- La entidad bancaria tiene el deber de diligencia de dotarse de la tecnología antiphishing precisa para detectar las páginas clonadas de las oficiales propias y cerrarlas o eliminarlas.
- Es necesaria una conducta activa y no simplemente informativa o divulgativa por parte de la banca.
En resumen, el banco tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad de las transacciones y de actuar con diligencia para prevenir y detectar estafas como el phishing. Si no cumple con estas responsabilidades, debe hacerse cargo de las pérdidas sufridas por el cliente.