Negativo para el cliente es porque con el pretexto de mantener (1)"actualizados los datos" (2) le han colado una autorización de cesión de datos a terceros y una consulta al CIRBE.
Hombre, si estoy solicitando una hipoteca o un préstamo es lógico que al solicitarlo me pidan la consulta previa al CIRBE, porque ahí figuran los préstamos por importe superior a 6000€, creo, que tengo.
Lo que no es de recibo es que sin haber pedido ningún préstamo les tengas que autorizar a consultar tus datos del CIRBE. Eso les es útil para ofreterte ellos un préstamo, pero no para tí porque es una vulneración de tu privacidad si tú no habías solicitado el préstamo previamente. ¿Te suena eso de préstamo preconcedido? Pues no sería lo mismo si teniendo 20.000€ en ING resulta que tienes una hipoteca con otro banco por 100.000€ que si no la tienes. Aparte que que abre pie a muchos chanchullos como si XXX tiene capacidad de endeudamiento le enviamos publicidad de Mercedes, si no de la marca Cutrelux.
(1) Fijáos que ya hay un matiz importante entre el tranquilizador título "actualización de datos" que figura en el formulario y el citado por el email "ley de prevención de blanqueo y financiacion del terrorismo" en donde te hacen creer que de no contestar al formulario ya serías sospechoso de uno de esos delitos.
Además de que para actualizar tus datos basta con que uses tu tarjeta de coordenadas en la web.
(2)actualización a la que no obliga la ley de blanqueo, sólo a tenerte correctamente identificado, y en el caso de personas físicas españolas y normalitas con nómina o alguna renta poco margen hay, otra cosa son sociedades pantalla que hoy están en Las islas Caimán y mañana se pasan a otro paraiso fiscal)
Creedme, Ruiz Mateos no usa ING Direct.
Sigue siendo una torpe manera de que tú aceptes una cesión de datos personales a terceros con un pretexto falso. Es una vuelta más de tuerca de la invasión de nuestra intimidad. Las grandes cadenas de consumo también lo hacen y mucha gente usa sus tarjetas.
No es tan grave como meter tus ahorros en unos bonos obligatoriamente convertibles en acciones como el Santander.