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Suscripción de deuda

La suscripción de deuda es el proceso mediante el cual una entidad emisora, como una empresa o un gobierno, emite bonos u otros instrumentos de deuda y busca inversores dispuestos a comprar estos valores financieros.

La suscripción de deuda es un término que, aunque suene complicado, es bastante sencillo de comprender. Cuando se habla de suscripción de deuda, se refiere al acto de vender estos instrumentos financieros a inversores que están dispuestos a prestar dinero a la entidad emisora ​​a cambio de recibir pagos de intereses periódicos y la devolución del capital invertido en una fecha de vencimiento acordada. En otras palabras, imagina que tienes un amigo que necesita dinero para emprender un negocio. Tú le prestas ese dinero, y, a cambio, él te da un papel que dice que te devolverá la cantidad prestada más un extra por el favor en un tiempo determinado. Eso, en esencia, es la suscripción de deuda.

Si llevamos esto al mundo de las finanzas, empresas o incluso gobiernos pueden necesitar proyectos de dinero para financiar inversiones, o simplemente para cubrir sus gastos. En lugar de ir al banco, como lo haríamos tú o yo, ellos optan por pedir dinero al público a cambio de unos documentos llamados "títulos de deuda" o "bonos". Al comprar uno de estos bonos, te conviertes en acreedor de esa entidad, es decir, te deben dinero.

El funcionamiento es sencillo: la entidad que necesita el dinero emite estos bonos, y las personas interesadas los compran. Con el tiempo, la entidad devolverá el dinero invertido más unos intereses. Es una forma de pedir dinero prestado, pero en lugar de tener un único prestamista (como un banco), se tiene a muchos, que son todos aquellos que compraron los bonos.

Ahora bien, ¿cuáles son las curiosidades de esto? Primero, la suscripción de deuda es una práctica antigua. Para que te hagas una idea, se dice que el emperador Carlos I de España recurrió a ella para financiar expediciones y guerras en el siglo XVI. ¡Eso es mucho antes de que existieran las tarjetas de crédito!

Además, en el mundo de las finanzas, no todos los bonos son iguales. Algunos prometen devolver más dinero que otros, y esto se refleja en su "tasa de interés". Si una empresa es muy confiable y todo el mundo cree que pagará su deuda sin problemas, la tasa de interés será menor. Pero si hay dudas sobre su solvencia y su liquidez, la tasa será mayor para atraer a inversores que estén dispuestos a asumir un riesgo mayor a cambio de un posible beneficio mayor.

Por último, aunque suscribir deuda puede sonar como una excelente manera de conseguir dinero, no está exenta de riesgos. Si muchas personas o instituciones creen que no se les devolverá el dinero prestado, pueden decidir vender sus bonos, lo que puede generar una crisis económica y financiera.

Tipos de suscripción de deuda


Siguiendo con el tema de la suscripción de deuda, es preciso destacar que tenemos dos tipos de suscripción que debemos conocer: la suscripción de deuda pública y la suscripción de deuda privada. Aunque ambos implican pedir dinero a cambio de prometer su devolución con intereses en el futuro, tienen características y propósitos distintos.

Deuda pública: Cuando hablamos de deuda pública, nos referimos al dinero que un gobierno pide prestado. ¿Y por qué un gobierno necesitaría pedir dinero? Bueno, a veces los gastos del Estado (como construir infraestructuras, pagar servicios públicos o atender emergencias) superan lo que recibe, por ejemplo, de los impuestos. En lugar de recortar gastos o aumentar impuestos, el gobierno decide emitir bonos o títulos, invitando a inversores a comprar. Así, consigue el dinero que necesita y se compromete a devolverlo con un interés. Es una práctica común y, si se gestiona bien, puede ser una forma efectiva de financiar proyectos que benefician a toda la sociedad.

Deuda privada: Esta se refiere al dinero que las empresas o individuos toman prestado. Al igual que un gobierno, una empresa también puede tener proyectos ambiciosos, como expandirse a nuevos mercados, lanzar un nuevo producto o construir una nueva planta. Si no cuenta con el capital suficiente, puede optar por emitir bonos corporativos, que son básicamente una promesa de devolver el dinero a aquellos que los compren, con un interés añadido. No es muy diferente a cuando uno de nosotros pide un préstamo al banco, solo que, en este caso, son muchos los prestamistas y no solo una entidad financiera.

Mientras que la deuda pública tiene el respaldo del Estado y se considera, en general, más segura (pues un gobierno siempre puede recaudar impuestos para hacer frente a sus compromisos), la deuda privada conlleva un riesgo asociado a la salud financiera de la empresa que emite los bonos. Si una empresa va bien y genera beneficios, pagará sin problemas. Pero si atraviesa dificultades, podría no ser capaz de cumplir con sus obligaciones.

En conclusión, ya sea deuda pública o privada, el principio subyacente es el mismo: pedir dinero hoy, prometiendo devolverlo con un extra en el futuro. La diferencia radica en quién pide el dinero y con qué propósito. 

¿Quién puede participar en una suscripción de deuda?


La suscripción de deuda es un mecanismo a través del cual las entidades, ya sean públicas o privadas, buscan financiación mediante la emisión de títulos de deuda. Pero, ¿quién puede participar en este proceso y cómo lo hacen? Vamos a entenderlo.

Personas individuales: Cualquier ciudadano, sin importar si tiene grandes conocimientos financieros o no, puede decidir invertir su dinero en una suscripción de deuda. Así, si Juan, un vecino de Sevilla, decide que quiere sacar rentabilidad a sus ahorros, podría comprar bonos o pagarés del Estado, convirtiéndose en un acreedor del mismo.

Empresas: Al igual que las personas individuales, las compañías también pueden buscar diversificar sus inversiones y optar por adquirir títulos de deuda, ya sea de otras empresas o del propio Estado. Esto lo hacen, por ejemplo, cuando tienen liquidez y quieren obtener un retorno en el medio o largo plazo.

Instituciones financieras: Bancos, cajas de ahorros, fondos de inversión, entre otros, son actores habituales en la suscripción de deuda. Estas entidades, por la naturaleza de su negocio, gestionan grandes volúmenes de dinero y ven en la deuda una forma de inversión con un riesgo y retorno determinados.

Entidades públicas: A veces, determinados organismos o entidades públicas invierten en deuda de otros organismos o niveles de la administración. Por ejemplo, un ayuntamiento podría adquirir deuda del Estado o de una comunidad autónoma.

Lo importante aquí es comprender que la suscripción de deuda no es exclusiva para expertos o grandes magnates financieros. Es un mecanismo que está al alcance de muchos y que, dependiendo del tipo y plazo de la deuda, presenta distintos niveles de riesgo y retorno.

¿Cómo podemos participar en una suscripción de deuda?


Entrar en el mundo de la suscripción de deuda puede parecer complejo, pero si lo desglosamos paso a paso, es un proceso bastante comprensible. Veamos, de manera sencilla, cómo podemos participar en una suscripción de deuda:

  • Informarse: Antes de realizar cualquier movimiento, es crucial estar bien informado. La suscripción de deuda implica comprometer nuestro dinero durante un tiempo a cambio de un retorno, por lo que hay que entender bien cuáles son los términos, el riesgo involucrado y las perspectivas del emisor de la deuda.
  • Decidir el tipo de deuda: Como vimos, hay deuda pública y deuda privada. Si optamos por la pública, estaríamos invirtiendo en títulos emitidos por el Estado o entidades públicas. Si es privado, nos decantamos por opciones de empresas. Cada tipo tiene sus características y niveles de riesgo.
  • Acudir a un intermediario: Generalmente, para suscribir deuda no vamos directamente al emisor, sino que lo hacemos a través de intermediarios financieros, como bancos o plataformas de inversión online. Estos nos proporcionarán toda la información necesaria, nos asesorarán sobre las opciones y nos guiarán en el proceso.
  • Definir la cantidad: Una vez decidido el tipo de deuda en la que queremos invertir, hay que determinar cuánto dinero estamos dispuestos a invertir. Puede ser una pequeña suma o una cantidad más considerable, dependiendo de nuestra capacidad y objetivos financieros.
  • Realizar la compra: Una vez que estemos decididos, realizamos la compra de los títulos de deuda a través del intermediario. Es un proceso que, hoy en día, puede hacerse incluso online. Recibiremos un comprobante o certificado de nuestra inversión.
  • Seguir el desempeño: Aunque la deuda no es como las que cambian de precio constantemente, es bueno estar informado sobre la situación del emisor y las condiciones económicas que puedan afectar el retorno esperado.
  • Cobro de intereses y devolución: Durante el periodo de la deuda, el emisor nos pagará intereses, que pueden ser fijos o variables. Al final del plazo acordado, nos devolverán el capital inicial que invertimos.

Recordemos que, aunque la suscripción de deuda puede ofrecer retornos atractivos, como cualquier inversión tiene sus riesgos. Por ello, y como siempre decimos cuando hablamos de inversiones, es fundamental informarse bien, asesorarse si es necesario, y tomar decisiones ponderadas y ajustadas a nuestro perfil de inversor.

¿Qué necesitamos para participar en una suscripción de deuda?


Para participar en una suscripción de deuda, es fundamental seguir unos pasos y tener ciertas herramientas y conocimientos a mano. Vamos a entender, de forma sencilla, qué necesitamos:

  • Capital para invertir: Evidentemente, para suscribir deuda necesitamos contar con una cantidad de dinero que estemos dispuestos a invertir. Esta suma puede variar dependiendo del tipo de deuda y del mínimo que establezca el emisor.
  • Información actualizada: Es esencial conocer a la entidad emisora, ya sea pública o privada, y las condiciones específicas del título de deuda que se va a suscribir. Esto incluye la tasa de interés, el plazo, los posibles costes asociados, etc.
  • Cuenta en una entidad financiera: Generalmente, para participar en la suscripción de deuda, especialmente de deuda pública, se necesita tener una cuenta abierta en un banco o entidad financiera. A través de esta cuenta se realizarán las operaciones de compra y, posteriormente, se recibirán los pagos de intereses.
  • Acceso a un intermediario o plataforma: A menudo, las suscripciones de deuda se llevan a cabo a través de intermediarios financieros, como bancos, sociedades de valores o plataformas de inversión online. Estos intermediarios facilitan el proceso y proporcionan información y asesoramiento.
  • Conocimiento básico sobre inversiones: Aunque no es imprescindible ser un experto en finanzas, es recomendable tener una noción básica sobre cómo funcionan las inversiones en deuda, los riesgos asociados y los conceptos clave. Si no tiene experiencia, puede ser útil buscar asesoramiento.
  • Documentación en regla: Para formalizar la suscripción, será necesario aportar documentación personal que acredite nuestra identidad y situación fiscal, como el DNI, algún justificante de domicilio y, en ocasiones, información sobre la situación económica.
  • Decisión sobre la duración y el tipo de interés: La deuda puede ser a corto, medio o largo plazo y con intereses fijos o variables. Es necesario decidir qué opción se adapta mejor a nuestras expectativas y necesidades.

Con estos elementos y una actitud cautelosa e informada, estamos listos para participar en una suscripción de deuda. 

Cómo consultar las próximas emisiones de deuda


Consultar las próximas emisiones de deuda es un proceso esencial si estás interesado en invertir en este tipo de instrumentos financieros. Gracias a la era digital en la que vivimos, hacerlo es más sencillo que nunca. 

Vamos a ver cómo puedes estar al tanto de estas emisiones:

  • Webs oficiales de entidades públicas: Si interesado en deuda pública, muchos gobiernos ofrecen información sobre sus futuras emisiones en sus propios sitios web. En España, por ejemplo, el Tesoro Público tiene una página web donde anuncia sus próximas emisiones de bonos y letras del Tesoro.
  • Entidades financieras y bancos: Muchos bancos y entidades financieras suelen tener información sobre las próximas emisiones de deuda, tanto públicas como privadas. Es habitual que ofrezcan esta información en sus páginas web, especialmente si facilitan la suscripción a dichos instrumentos a través de sus plataformas.
  • Plataformas de inversión online: Estas plataformas, dedicadas a ofrecer diferentes oportunidades de inversión, suelen tener secciones específicas donde se detallan las próximas emisiones de deuda disponibles.
  • Agencias de calificación crediticia: Estas agencias, como Moody's, Standard & Poor's o Fitch, aunque se dediquen principalmente a calificar el riesgo de la deuda emitida, en ocasiones también pueden proporcionar información sobre emisiones previstas.
  • Medios especializados: Existen publicaciones y medios de comunicación especializados en economía y finanzas que, con regularidad, informan sobre las emisiones de deuda que se prevén en el mercado.
  • Contacto directo con emisores: Si tienes interés en una empresa o entidad en particular, puedes ponerte en contacto directamente con su departamento financiero o de relaciones con inversores. En ocasiones, estas entidades pueden proporcionarte información sobre sus próximas emisiones.
  • Boletines y alertas: Muchos servicios financieros y plataformas de inversión ofrecen la posibilidad de suscribirte a boletines o alertas. Estos te informarán directamente en tu correo electrónico o a través de notificaciones sobre nuevas oportunidades de inversión, incluidas emisiones de deuda.

Para concluir, es esencial estar bien informado y acudir a fuentes confiables cuando busques información sobre futuras emisiones de deuda. De este modo, podrás tomar decisiones informadas y encontrar las oportunidades de inversión que mejor se adaptan a tus objetivos y perfil de riesgo.

Ejemplo de suscripción de deuda


Tras abordar íntegramente la suscripción de deuda, es probable que desees tener una imagen más concreta de cómo funciona en la práctica. Para ello, nada mejor que un ejemplo que nos permita aclarar, y terminar de comprender, este concepto.

Ejemplo: El caso de "SolarTech Energía SA"

Imagina que SolarTech Energía SA, una empresa dedicada a la instalación de paneles solares en España, desea expandir sus operaciones. Sin embargo, necesita financiación para comprar más equipamiento y contratar personal. Tras analizar diversas opciones, decide emitir deuda para captar fondos.

SolarTech Energía SA anuncia una emisión de bonos corporativos, que son un tipo de deuda privada. Estos bonos tendrán un valor nominal de 1.000 euros, un interés anual del 5% y vencerán en 5 años. Esto significa que si decide suscribir, o comprar, uno de estos bonos, la empresa se compromete a pagarte un 5% anual sobre esos 1.000 euros y, al finalizar los 5 años, te devolverá el capital inicial.

Tú, como inversor, ves esta oportunidad y decide suscribir 10 bonos, invirtiendo así 10.000 euros. Durante los próximos 5 años, recibirás 500 euros anuales gracias al interés pactado y, al término, recuperarás tus 10.000 euros.

Con el dinero recaudado de muchos inversores como tú, SolarTech Energía SA puede llevar a cabo su expansión, y al mismo tiempo, se compromete a devolver el capital y los intereses a quienes han confiado en su proyecto mediante la suscripción de su deuda.

En definitiva, la suscripción de deuda es una herramienta fundamental en el mundo financiero. Por un lado, como hemos podido observar a lo largo de este artículo, esta permite a entidades, ya sean públicas o privadas, obtener financiación. De la misma manera, por otro lado, la suscripción de deuda ofrece a los inversores una oportunidad de invertir y obtener rendimientos. 
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Suscripción de deuda, Francisco Coll, 16 de octubre del '23, Rankia.com
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