Entre los comentarios del post anterior, ese en el que me preguntaba qué nos traería el 2.011, concretamente en el comentario nº19, me acusa Aforado de vivir de la desgracia ajena. Mala cosa sería si eso fuera cierto.
De hecho, los subasteros no solo no vivimos de la desgracia ajena sino que nuestra presencia en las subastas la alivia en parte porque, no se si Aforado sabe que,cuando no asisten subasteros, las subastas quedan desiertas y entonces los bancos se adjudican los inmuebles por la mitad del tipo de subasta.
Tampoco entiendo muy bien cómo es capaz de filtrar las responsabilidades de forma que ni los empleados del banco que decide demandar al moroso, ni el abogado que presenta la demanda, ni el cruel juez que sentencia que la vivienda sea vendida en una subasta judicial forzosa sean malos ni vivan de la desgracia del moroso, sino que el malvado sea solo yo, que me limito a estudiar las subastas previstas y a pujar por alguna de ellas.
Un poco más abajo, en el comentario nº22, me recuerda lo mucho que me quejo de ciertas estúpidas leyes, por supuesto mal legisladas, que nos impiden a los subasteros comprar más barato de lo que lo hacemos.
Pues lo siento mucho pero hoy voy a reincidir, LOS SUBASTEROS ESTAMOS COMPRANDO MUY CARO PARA EL ENTORNO ACTUAL Y TENDRÍAMOS QUE MEDITARLO Y COMPRAR MUCHO MÁS BARATO si queremos asegurarnos de que, para cuando obtengamos las llaves de los inmuebles y los pongamos a la venta, aún nos quede algo de rentabilidad. Lo cual no está asegurado de ninguna manera.
Ojo, que esto no es un llamamiento para promover un entendimiento entre competidores ni una propuesta de maquinación para alterar el precio de las cosas, que quede bien claro. Lo que pasa es que, como quedó de manifiesto en el post anterior, nadie sabe si esto va para abajo o para arriba y estos últimos meses he visto demasiadas subastas en las que los postores nos hemos liado a pujar, y hemos tirado el dinero a espuertas, quizás movidos por el optimismo generado por alguna venta reciente.
Hay que tener en cuenta el duro entorno actual y pensar en la posibilidad de que puede que las cosas estén un poco peor para cuando nos entreguen el piso y, como consecuencia.... COMPRAR MÁS BARATO.
Hay que ver lo malos que somos los subasteros, que compramos pisos y encima queremos ganar dinero.