Hay un debate siempre presente y que nos gusta mucho a los inversores, que es si el precio de los activos va a subir o va a bajar. Y naturalmente yo también tengo mi opinión.
Pero es que además, ahora es un momento muy interesante para volver a abrir el melón de la discusión, porque tras 19 meses de pandemia, los precios de la vivienda de segunda mano han bajado entre un 5 y un 10% y es muy interesante averiguar si van a seguir bajando aún más o si ya hemos tocado fondo.
No menciono los precios de las viviendas nuevas porque no me interesan, no invierto en ellas y porque, además, no suelen estar vinculados a la actualidad sino a otras variables como el precio al que se adquirieron los solares, los precios de la construcción, etc. Además, los precios de ahora son reflejo de las ventas de hace dos años, por lo que la pandemia del Covid apenas los ha afectado, ni en un sentido ni en otro.
Bien, aquí está mi opinión, manifestada alto y claro, aunque quizás con algunos problemas de audio motivados por mi falta de pericia.
Mis pronósticos en marzo de 2020 fueron: el precio de la vivienda va a caer entre un 5 y un 10% durante el próximo año y luego va a recuperar la senda de fondo alcista. Dejo de comprar activos inmobiliarios.
Yo suelo comprar en casi todos los momentos del ciclo: cuando el precio de la vivienda va a subir, cuando está subiendo y cuando está bajando, si el movimiento de bajada es conocido. Durante la crisis, entre el 2009 y el 2016, compré a precios fantásticos porque todos los inversores estábamos acojonados y en nuestros cálculos preveíamos bajadas muchos más fuertes de lo que luego eran, de manera que todos los que compramos entonces lo hicimos en muy buenas condiciones.
Lo que no hago nunca es comprar cuando preveo que la vivienda va a bajar.
¿Y esto por qué? Porque nunca se puede saber la amplitud de la bajada, si va a ser pequeña, como yo predije para 2020 o si va a ser un bajonazo.
Por eso decidí dejar de comprar en marzo de 2020. Para esperar y ver lo que sucedía.
Un poco más tarde, en abril de ese mismo año 2020, ante la gravedad y las consecuencias económicas del encierro por la pandemia del Covid, fui un poco más lejos en mis predicciones: Lo que dije fue que no solo el precio de la vivienda iba a caer entre un 5 y un 10% en 12 meses sino que además nosotros, los inversores de activos pegajosos, que no le hacemos ascos a las subastas, a los okupas y que tenemos estómago para desalojar a quien sea, para nosotros, dije, se va a abrir una ventana de oportunidad acojonante porque los fondos no saben cómo deshacerse de las casas que se están adjudicando y quieren salir pitando de España.
Y anuncié que no solo dejaba de comprar activos por mi previsión de bajadas del precio de la vivienda, sino que además esperaba que tras la pandemia se abriría una ventana de oportunidad acojonante para los inversores artesanales de activos pegajosos y que me iba a poner a vender todo lo que pudiera para incrementar mi liquidez y aprovechar el momento cuando llegase.
Ahora mi estrategia ha pasado de "esperar y ver y de vender todo lo que pueda" a "comprar todo lo que se menee". Por un lado, porque las ofertas de los fondos ya están aquí. Porque tengo muchas esperanzas en la plataforma de subastas de cesiones de remate y porque veo que el precio de la vivienda de segunda mano ha dejado de caer y va a recuperar la senda alcista con el añadido de la inflación que viene.
Eso más menos es lo que digo en el vídeo.
¿Y vosotros también tenéis bola de cristal?
Pues adelante, no os cortéis.