Nadie sabe mejor que los subasteros hasta qué punto es importante no cabrear al funcionario de quien depende la buena marcha de nuestra inversión. De su buen o mal talante depende que nuestra adjudicación vaya como la seda o que se quede atascada meses en el fondo de un cajón. O incluso que se pueda perder entre el desbarajuste de papeles de la inmensa mayoría de los juzgados españoles.
Por eso siempre insisto en que la única forma de tratar con los funcionarios es con mucha mano izquierda, tratando por un lado de que no se olviden de nuestro asunto, para los que hay que visitarles con cierta frecuencia, pero por otro lado, sin que nuestras visitas lleguen a cabrearles por ser unos pesados.
Hay que ser firmes en la defensa de nuestros derechos, pero hay que hacerlo sin levantar una voz más alta que la otra y, por supuesto, evitando el enfrentamiento directo.
O sea, que hay que tragar mucho ajo y agua.
Todo sea por la buena marcha de nuestros asuntos.
Ahora bien, esta táctica "arrastrada" solo sirve hasta que los hechos demuestren que no ha servido para nada, que el funcionario de turno se está pasando nuestras buenas maneras por el arco de triunfo o, lo que es aún peor, hasta que el tipo comienza a violar la Ley o sus actos comiencen a pisotear nuestros derechos.
¿De qué nos sirve seguir siendo amables si lo que queríamos evitar se está produciendo?
En el vídeo que reproduzco a continuación os cuento un par de casos. Uno de ellos me sucedió a mi hace unos cinco o seis años. En aquella ocasión una secretaria judicial obcecada ignoró la validez de un poder notarial con el que me presenté a una subasta. Finalmente la pequeña tirana tuvo que agachar la cerviz y suspender la subasta. Lo cuento en el vídeo.
El otro caso le ha sucedido a un alumno del curso de subastas hace unos días. Se adjudicó un bien en una subasta de la Seguridad Social y el tiranuelo de turno pretendía impedirle ceder el remate de su adjudicación a sí mismo y a un socio suyo. El alumno del curso lo comentó en los foros de la plataforma del curso y allí le dijimos que rematara el precio de la subasta y que inmediatamente después presentara una reclamación. Así lo hizo e inmediatamente los jefes de aquel funcionario mierdecilla le dieron la razón.
Adelante vídeo...
Por cierto, ¿todavía no estás suscrito a mi canal de YouTube?
Os lo digo en serio, cuando el funcionario que tenéis delante abusa de su poder y pisotea tus derechos, no os dejéis amilanar por ese poder "aparente" que dice que tiene y con el que intenta arruinar vuestra inversión, presentad una reclamación y ponedle en su lugar.
¿Os ha pasado a vosotros algo similar?