Ya lo he mencionado otras veces pero lo voy a volver a repetir. Yo solo respondo consultas gratuitas en el blog, en éste o en Subastanomics. Mi correo electrónico es solo para hacer negocios o para las consultas remuneradas.
Lo comento de nuevo porque estas últimas semanas en las que he estado súper liado con asuntos nada relacionados con el blog y sí mucho con el afán de lucro, precisamente en estos días de tanto afán crematístico una joven muy pesada, insistente y correosa me pidió que la ayudara con su problemilla.
Como siempre hago ahora en estas ocasiones, la invité a pasarse por Subastanomics para contratar la consultoría pertinente pero insistió en que no tenía dinero.
¿Tu problema es inmobiliario y no tienes dinero? ¿Entonces quién lo tiene?
Le dije.
Pero la joven palomita no se dio por contenta e insistió más allá de lo razonable y educado.
Disculpa, guapa, si no puedo cumplir con tus expectativas, pero es que estoy cumpliendo con las mías.
Le aduje más motivos por lo que no quería ayudarla pero ninguno le hacía mella. La chica seguía insistiendo.
Su mejor argumento era la mucha ilusión que le hacía que yo mismo le ayudara.
Entonces intenté hacerle ver que, para que se produzca algo entre dos, no basta con la desmesurada ilusión de uno, sino que hace falta el acuerdo del otro y que eso no podría ocurrir porque yo estaba demasiado ocupado con mis propios asuntos como para atender sus peticiones.
Nunca acabó de entenderlo porque por lo visto es de ese tipo de personas para los que su voluntad está por encima de todo, hasta el punto de que la mía contaba poco o nada. Hasta el punto de que, ¡la muy cabrona!, acabó ofreciéndome tener una videoconferencia durante el fin de semana. Naturalmente gratuita dada su falta de dinero.
Me considero una persona muy bien educada.
Hasta que dejo de serlo.
Creo recordar que la acabé mandando a tomar por culo.
Lo que es un síntoma claro de que mis años de bloguero se están acabando.
Me he vuelto un cascarrabias.
Lo cual no es obstáculo para ser inversor inmobiliario pero sí lo es si pretendes que el blog que publicas sea leído por unos cuantos miles de inversores cada día.
Y lo peor, que también he empezado a seleccionar los comentarios y consultas que respondo en el blog.
Me he vuelto muy hostil con la gente que parece no querer molestarse en leer los post antes de hacer sus preguntas.
Hay algunos desconsiderados que llegan al blog porque han hecho una búsqueda en Google intentando solucionar una duda o un problema y, cuando consideran que han llegado al sitio perfecto, en lugar de leer atentamente el post que respondería a sus dudas y además leer algunos otros post que yo haya podido publicar sobre el mismo asunto, en vez de eso prefieren lanzar directa y atolondradamente su consulta.
Porque, pensándolo bien, habiendo publicado cientos de post sobre el negocio de las subastas judiciales, digo yo que alguno de ellos les podrá ser útil para su consulta. Solo es cuestión de dedicarlo algo de tiempo a su búsqueda. Además, al igual que yo, también hay otra gente publicando contenidos valiosos. Solo hay que tomarse la molestia de encontrarlos.
Y digo yo que mi tiempo vale al menos tanto como el de ellos y si no están dispuestos a hacer su parte, entonces que contraten una consultoría y ahí sí, ahí que pregunten lo que quieran que les responderé encantado.
Lo que más me molesta es que en el mismo contenido de su consulta se manifiesta evidente que se trata de gente que no ha hecho sus deberes antes de plantearla. Estas personas son auténticos sumideros de nuestro preciado tiempo. Lo toman sin dar nada a cambio, a veces ni siquiera las gracias.
Desperdician el tiempo que podríamos haber dedicado a otra cuestión más interesante y con otra persona más merecedora de una respuesta.
Por eso llevo un tiempo filtrando las consultas y dando la callada por respuesta.
La mejor manera de asegurarse mi respuesta es haciendo una pregunta inteligente, que demuestre que sabes de lo que hablas y que al menos has leído varios post sobre el problema por el que preguntas. Por eso, cuando haga su pregunta, el consultante debe destacar el hecho de que ya ha investigado un poco y que no es la típica "esponja vaga" que solo absorbe el tiempo de los demás sin emplear el suyo propio.
Cuanto más haga el consultante para demostrar que ha puesto pensamiento y esfuerzo en resolver su problema antes de pedir ayuda, más cerca estará de recibirla realmente.
Me gusta responder a la gente que ha demostrado ser capaz de aprender de sus lecturas.
Tampoco hay que preguntar de cualquier manera y lo primero que venga a la cabeza. Hay que preparar la pregunta, esmerándose en una redacción que pueda entender incluso un campesino como yo. Los escritores descuidados y chapuceros también piensan de manera desordenada y chapucera y como no precisan adecuadamente sus preguntas, al final son los que hacen perder más tiempo, teniendo que dedicar muchas respuestas y nuevas preguntas hasta que conseguimos centrar de una vez la verdadera pregunta.
A esos no me voy a volver a molestar en responderles.
He decidido no volver a responder a las preguntas confusas que no entienda a la primera o que necesiten aclaraciones.
Quien no se molesta en expresar su pregunta de una forma clara tampoco merece que yo me moleste en prestarle atención.
Que para mi no es ninguna molestia responder a nadie, que eso quede claro, que lo hago encantado, pero que como lo hago gratuitamente, al menos me permito poner las condiciones para hacerlo.
Y finalmente y para terminar este post que me está saliendo tan áspero, bronco y antipático, también he decidido dejar de ayudar a los novatos que aspiran a subastas que están muy por encima de sus posibilidades. Si en su consulta no demuestran que tienen al menos unos conocimientos rudimentarios del sistema de cargas registrales, que tampoco esperen una respuesta.
Es decir, que no me importa echar una mano superficial para que alguno de los novatos habituales resuelva una duda puntual, pero que eso es una cosa y otra, muy distinta, es coger a un patán y ayudarle por la cara a hacer la inversión de su vida, llevarle en volandas hacia el éxito sin que el tipo lo merezca.
Para caridades ya están las monjitas.
Y yo no me veo en ese papel.
¿Resulto muy antipático?