Como he puesto en el punto anterior, creo que es conveniente en este punto, analizar el terremoto que la demanda de Iberdrola puede ocasionar. Para ello me gustaría recordar el post sobre Santander y la valoración de Metrovacesa.
Para refrescar la memoria, me gustaría hacer un breve resumen. A principios de 2009 se ejecutó un acuerdo entre BBVA, Banesto, Banco Popular, Banco Sabadell, Caja Madrid, Banco Santander y la familia Sanahuja, mediante el cual las entidades financieras, en calidad de acreedora de la segunda asumían el control de la constructora, valorando las acciones a 57 euros. En total entre estas seis empresas adquirieron el 65,52% de la compañía.
Por otra parte en las mismas fechas, la Caixa, en enero de 2010, se ha hecho con el 5,18% de la compañía, pagando un precio de 126 euros por acción.
A 31 de diciembre de 2009, el precio de mercado de la cotización de las acciones de Metrovacesa era significativamente inferior a los 57 euros que constaban en el balance de las entidades financieras, y el banco de España, obligó a las entidades a ajustarlo a 34,9 euros por acción, incluso teniendo en cuenta que el valor de cotización se situaba a 31 de diciembre de 2009 en torno a 15,18 euros y 20,02 de media en el último trimestre.
En consecuencia, en este caso, tenemos una empresa que había sufrido un cambio en el valor razonable y en este caso un deterioro forzado por el banco de España. Debemos recordar que las conclusiones del informe del auditor de Metrovacesa eran contundentes y desde luego existen dudas más que razonables para el valor de 34,9 euros por acción.
Es muy sencillo por tanto inferir que de prosperar la demanda de Iberdrola, la realidad es que la situación en la que pueden encontrarse estas entidades sería mucho más incomoda de la que nos encontramos ahora mismo, ya que es fácil encontrarnos con la conclusión de que lo que Iberdrola denuncia es muy similar a la situación de estas entidades.
Recordemos que Iberdrola reprocha a ACS de no reconocer un deterioro en varias participaciones de participadas, cuyo valor en el mercado ha caído en torno a un 30% desde el momento de adquisición; pero que en todo caso, son empresas viables, que generan beneficios, mantienen actividad y unos ingresos recurrentes. Desde luego es muy fácil entender que ACS tiene difícil defensa a la hora de manifestar que las acciones de Iberdrola o Hochtief no se han deteriorado. Pero ese mismo argumento, nos lleva a la conclusión de que la posición de las entidades financieras que se han quedado con Metrovacesa, están todas en bloque en un problema de primer orden.
Y todo esto teniendo en cuenta que Metrovacesa no es más que un ejemplo y no la única empresa que se ha ido a los balances de las entidades financieras en un proceso de intentar parar la morosidad.
Por supuesto es más que evidente que la banca tiene graves problemas a la hora de mostrar una imagen fiel de la situación en sus cuentas, y desde luego, es razonable pensar que en algún momento, la situación tiene que saltar por los aires al llegar a los límites de lo sostenible. Y desde luego Iberdrola, puede haber puesto en esta demanda la cerilla al barril de pólvora.
Yo soy el primero que está interesado en medidas como las que ha tomado Iberdrola, pero en todo caso, parece que Iberdrola no es la primera interesada en esta medida, debido a que un impacto en este aspecto hunde los mercados financieros. En este sentido, no acabo de entender las razones de la eléctrica por usar este arma, sobre todo teniendo en cuenta otro pequeño detalle.
Es fácil entender que la primera damnificada es Iberdrola. Y es algo que no logro entender ya que supongo que todo el mundo entiende cual es el requisito imprescindible para demostrar los hechos denunciados.
No deja de ser paradójico que Iberdrola, tenga que demostrar que la acción de Iberdrola ¡se ha deteriorado!. Quizás esto sea lo que es difícilmente explicable y que desde luego actuará como un boomerang: ¿Cómo es posible que Iberdrola trate de demostrar que el valor de su acción se ha deteriorado de forma permanente?. Debemos tener en cuenta que es requisito imprescindible para defender que ACS ha ocultado un deterioro de un activo, ¡convencer del deterioro del activo!.
En una situación ligeramente surrealista, nos encontramos además que ACS va a tener que defender unas previsiones en las que basa el no deterioro de la acción de Iberdrola que como poco son poco realistas. A diferencia del caso de Hochtief, en el caso de Iberdrola, si constan los parámetros estimados para determinar que no existe pérdida de valor de la acción. Solo nos tenemos que ir a la página 195 y comprobamos que en este caso ACS considera que la acción no se ha depreciado por que espera que Iberdrola crezca un 3% anual, y eso le sirva para incrementar sus beneficios de 2.758 esperados para el 2009 a 3.796 millones en 2014. (datos que no parecen muy coherentes, ya que crecimientos reducidos no parecen coherentes con un incremento de beneficio del 37% en la situación en la que estamos). También parecen ligeramente optimistas el contar con un pay-out medio de 58,04% y una tasa de actualización del 7%, (en medio de una crisis de liquidez mundial y con las entidades financieras pagando el 7,75% al FROB las perspectivas de tipos para la financiación empresarial es previsible que se deterioren).
Es lógico concluir que Iberdrola no va a tener demasiados problemas para desmontar la tesis de ACS de que Iberdrola, no vale ahora lo que ACS pagó, pero estoy seguro que al resto de los inversores de Iberdrola no le va a gustar.
Aunque quizás podamos superar el surrealismo, tratando de contestar una pregunta tonta: ¿reflejan correctamente las cuentas de Iberdrola la imagen fiel de la empresa?. Ya he puesto varias entidades que han cometido la infracción denunciada; pero ¿Iberdrola?. ¿ha cometido lo que denuncia?. La respuesta en el siguiente post pulsando aquí.