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Deflación (o como se llame ahora), tipos de interés y otros efectos.

Tradicionalmente la deflación era la bajada de precios de los bienes que producían las empresas de una economía; desde hace algún tiempo en todos lados se considera que deflación es la caída de los precios consumidos por una economía; yo en particular sigo insistiendo en que hay diferencias entre los dos conceptos.

Lo llamemos como queramos, la verdad es que el fenómeno en el que las empresas se vean obligadas a bajar su precio de forma generalizada tiene unos efectos, efectos que serán reales, lo llamemos deflación, desinflación, desinflación de activos, ajuste o como nos de la gana llamarlo. De la misma forma, un cáncer nos matará, le pongamos o no le pongamos nombre. Por cierto, independientemente de la terminología o de teorías más o menos elaboradas, alguien debería tener en cuenta que los precios no son otra cosa que el premio de las empresas a sus procesos productivos. Empresas cobran en función de precios, y empleados en función de sueldos. Es en ese punto donde radica la importancia de ambas variables.

Para entender como afecta la caída de los precios de los bienes, debemos tener primero claro cual es el ciclo de funcionamiento de las empresas. Es una auténtica perogrullada, pero a la vista de los análisis de los expertos parece que es necesaria una aclaración.

Lo primero que hacemos cuando iniciamos cualquier proyecto, o empresa es tratar de analizar la viabilidad de esa empresa, nueva compra de maquinaria, ampliación, compra o lo que sea. Por poner un supuesto, en el año 2009, analizamos la conveniencia de una determinada inversión. Por supuesto en el análisis del 2009, tenemos en cuenta los costes de las inversiones en el momento actual, los costes de funcionamiento, (personal, y costes tanto variables como fijos en los que incurrimos), y por supuesto los precios que vamos a cobrar por los bienes, una vez estemos operativos.

Por ejemplo, podemos suponer que se nos plantea una inversión de 100, que nos permitirá hacer un determinado producto que podremos vender a 10. Podemos asumir que el coste de materias primas, de personal y el resto de costes en los que incurrimos si producimos ese producto asciende a 4 y el precio actual es de 10. En consecuencia es fácil determinar que por tanto, dado que por cada venta nos quedan 6, pues necesitaríamos vender 17 unidades del producto, para cubrir los costes en que incurrimos cuando realizamos la inversión.

Está claro que la realidad es un poco más compleja, ya que tendremos costes fijos, inversiones, costes variables, márgenes y bastantes matices. Sin embargo, en síntesis este es el proceso. Desde luego, si creemos que podemos vender sin dificultades más de esas 17 unidades el proyecto en principio será rentable.

En consecuencia, acometemos la inversión, hacemos las obras, compramos la maquinaria e imaginemos que en el año 2010 empezamos a producir y vender. En caso de que exista deflación, tendremos que ajustar el precio, y en este caso nos encontramos con una situación perversa.

Es fácil comprobar que si los bienes que producimos, sólo los podemos vender a 9, comprobamos que suponiendo que las materias primas no suban, lo que ganaremos es 5 por producto. Esto supone que tendremos que vender 20 unidades para lograr rentabilizar el proyecto.

Como se puede comprobar, un 10% de caída en el precio, implica que se necesite vender cerca de un 20% más de producto, para compensar con volumen lo que perdemos con margen.

La primera reacción será sin embargo, tratar de mantener el precio, siendo el stock la primera amenaza a tal efecto. En consecuencia, el primer efecto suele ser tratar de producir menos, o incluso en el caso de los alimentos (ya producidos y perecederos), se llega incluso a destruir los productos.

Claro que dicha solución no puede ser mantenida en el tiempo, porque para cubrir los gastos, necesitamos precio y cantidad vendida. Parando producción, podremos mantener el precio, pero no lograremos alcanzar la cantidad de ventas que necesitamos para conseguir beneficios. Por tanto al final la única forma de compensar una caída del margen es incrementar cantidad producida. El grave problema es que si tratamos de producir más productos en un entorno en el que la demanda está deprimida, el efecto se trasladará al precio de forma que no hay nada que presione más a la baja los precios que un almacén repleto.

Por esta razón nos encontramos con las empresas en un duro equilibrio en el que poco o nada se puede hacer. Evidentemente, la solución pasa por conseguir incrementar más las ventas que la caída de los márgenes, de tal forma que en un contexto en que la tarta es cada vez más pequeña, lo que significa en la práctica es que sobrevivirán empresas muy grandes pero sólo una gran minoría.

Si nos damos cuenta, en todo proceso primero tenemos un proceso a lo largo del tiempo, que se basa en primero invertir y luego recoger el premio. Por otra parte tenemos que los precios de los bienes que necesitamos para producir son un coste para la empresa y los precios de los productos son el premio o la base de la rentabilidad que podemos obtener.

Dado que el precio de los productos que compramos y de los bienes de inversión es anterior en el tiempo al de los precios de los bienes que producimos, nos damos cuenta que si los precios de la economía tienden a bajar, la rentabilidad de los proyectos cae.

Por tanto es fácil ver que en entornos de inflación es mucho más rentable la inversión productiva, ya que al repartirse la inversión en varios períodos es más fácil recuperar las inversiones. En entornos de caídas de precios lo que hacemos es tratar de recuperar inversiones de maquinaria (realizadas a precios superiores porque son anteriores), con precios más bajos, (posteriores en el tiempo).

O en caso de que se entienda mejor, resulta que la deflación es la pérdida de valor de los bienes, lo cual significa que las inversiones, nos costarán además de los costes explícitos, la devaluación de los productos obtenidos.

En el post sobre el apalancamiento financiero, ya he puesto la relación entre las inversiones y los tipos de interés. Es sencillo entender que al final las inversiones rentables son aquellas que nos proporcionan unos rendimientos superiores al coste de endeudarnos, (o al coste de invertir en algún activo seguro), de forma que los tipos de interés son una de las claves para determinar si una inversión es rentable. Es sencillo entender que se acomete una inversión si los rendimientos son superiores a los tipos de interés.

Por tanto, y recopilando un poco, lo que tenemos es un problema de que las inversiones dejan de ser rentables, y por tanto se desploma la inversión. De esta forma, las políticas económicas tienen que tender a conseguir los tipos de interés mínimos, ya que en caso contrario la inversión sería nula.

Es importante entender que cuando hablamos de tipos de interés a estos niveles, nos referimos a los tipos de interés que realmente pagan las empresas por las inversiones. Esto quiere decir que realmente, no importa demasiado el tipo de interés Oficial de los bancos centrales, sino que la clave y la necesidad es bajar los tipos de las empresas al mínimo posible.

Es importante entender esta distinción, ya que los tipos que han de pagar las empresas dependen por un lado de los tipos oficiales, (lo que haga Trichet en Europa por ejemplo), y por otro lado de las condiciones del mercado de financiación de las empresas. En este sentido, es fácil entender que cuando las condiciones se endurecen y se incrementan los diferenciales o los spreads, los tipos que pagan las empresas por las inversiones son los tipos del banco central, más los diferenciales cada vez mayores.

La consecuencia, es que dado que el importe de los tipos finales tiene que ser lo más bajo posible, (para lograr que los máximos proyectos de inversión logren pasar el coste de la deflación), para conseguir que los tipos finales sean lo menores posibles. Dicho de otra forma, si hoy las empresas están pagando tipos en torno al 10%, con unos tipos oficiales al 1% es fácil entender que pasaría en caso de que subiesen los tipos.

Estos diferenciales de tipos, (o la diferencia entre lo que las empresas pagan efectivamente y los tipos oficiales), también dependen de la deuda de los países, debido al crowding out, (efecto desplazamiento), que no es más que la competencia de los estados para conseguir fondos, lo que obliga a las empresas a pagar un importe superior por los fondos.

Es fácil ver la imposibilidad de subir los tipos, mientras los precios de los productos que venden las empresas y que son los que pagan las inversiones, caen.

El problema es que esta situación tiende a enquistarse y marcar nuevas situaciones, de tal forma que cuando los diferenciales suben, las posibilidades de los bancos centrales se reducen; esto se puede entender más fácilmente con el caso de las hipotecas: cuando las hipotecas se formalizaban normalmente a Euribor mas 0.5, está claro que el Euribor podía llegar al 5; pero sin embargo, cuando las hipotecas se formalizan al Euribor más 1.5, el Euribor sólo podrá llegar al 4%, (dado que se incrementa el diferencial en un punto, y dado que el límite que importa para pagar es el de Euribor más diferenciales, es fácil ver, que las situaciones son equivalentes).

Por otra parte, tenemos que tener en cuenta que los incrementos de los tipos tienen que tener en consideración el punto de partida. De esta forma no es lo mismo incrementar los tipos un 1% cuando están al 10% que cuando están al 1%, ya que si nos damos cuenta, la realidad es que en el primer caso, los gastos financieros suben un 10% y en el segundo se duplican. Espero que los bancos centrales hayan aprendido la lección y hayan entendido que no se pueden duplicar los tipos en tres años, sin cargarse la economía. Desde luego, las bajadas para salir de la burbuja de las punto.com, fueron un error, pero lo queramos o no, se han producido y han fijado una situación en la que luego poner los tipos al 4 era materialmente imposible. Ahora la situación es sustancialmente peor.

El hecho de que los ingresos de las empresas caigan no ayuda a ampliar los límites, y es entonces cuando realmente entramos en otro círculo vicioso, este en el entorno de la política monetaria. En un entorno de deflación es imposible subir los tipos de interés que irán siempre al mínimo y por períodos muy prolongados, ya que realmente se van fijando las condiciones de préstamos cada vez más duras respecto a los tipos oficiales, en condiciones de ingresos cada vez menores, lo cual nos lleva simplemente a la conclusión de que simplemente los bancos centrales no pueden hacer absolutamente nada.

La única opción es tratar de intervenir de alguna forma para evitar la deflación o rezar para que las rigideces de los precios, logren parar el proceso y equilibrar y frenar el círculo vicioso. Otra cosa es que tratemos de seguir como si no pasase nada y buscar la deflación como buscan algunos. Esto simplemente lograría acelerar el proceso de derrumbe. Por eso he tratado de exponer en su día las medidas absurdas que son aquellas que generan deflación.

Es fácil entender la aparente paradoja de que los tipos bajos no solucionan el problema, pero a la vez es imposible subirlos.

Y por último, me gustaría hacer una recopilación de los efectos que he puesto en este post: bajada de los precios de los bienes, caída de los márgenes, caída de las empresas, un cierto caos entre la necesidad de producir más y la reducción de stocks, la caída masiva de pymes, la necesidad de crear empresas con mayor tamaño, tipos oficiales cada vez más bajos que conviven con tipos reales cada vez más altos, caídas dramáticas de las inversiones, inversiones que dejan de ser rentables,…

Estos son los efectos de que los precios que cobran las empresas se desmoronen; ahora según parece no estamos en deflación, pero conste que no deja de ser curioso que no es difícil encontrar todos y cada uno de estos síntomas en la situación actual. Es por esto por lo que yo en su día he defendido que estamos en deflación.
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  1. #9
    Anonimo
    01/03/10 13:25

    Pequeña puntualidad técnica.

    Comentas literalmente: "En el post sobre el apalancamiento financiero... Es sencillo entender que al final las inversiones rentables son aquellas que nos proporcionan unos rendimientos superiores al coste de endeudarnos...". No es cierto.

    Hay dos cosas: Rentabilidad de la inversión y otra como financias la inversión.

    En una inversión rentable (sin financiar) (ROA o ROI o ...), si se apalanca, la rentabilidad global (ROE en términos de contabilidad) es superior a la rentabilidad sin financiar. El caso opuesto, una inversión que no es rentable, si se financió, es mucho más "No rentable", produce más pérdidas. Como todo, el apalancamiento, tiene sus riesgos...

  2. #8
    Anonimo
    28/02/10 19:44

    Realmente es muy interesante el articulo.

    Para mi lo sensato es que la propia inflacion, te reduzca las deudas, es por ello que todo el mundo sume creditos ya que esto tra más ventajas. Si tuvieramos una inflaccion del 5% anual en 6 años tus deudas se han reducido a la mitad.

    De esta forma es más interesante estar endudado que ser solvente.

    el problema es que con la moneda unica esto no es viable a no ser que seas capaz de aislar tu economia y esto si que es posible con una politica fiscal adecuada.

    Pero para ello, hace falta tener sentido comun y ese siempre es el menos comun de los sentidos.
    Un saludo

    www.rentabasica.blogpsot.com

  3. #7
    Anonimo
    26/02/10 12:18

    Cuanto topico suelto...en la vida en casi todo se asume un riesgo hay quien quiere asumir un riesgo y crear uan empresa y hay quien tiene mentalidad de funcioanrio. todo es posible y respetable.

  4. #6
    Anonimo
    26/02/10 12:17

    Pues nada estos trabajadores tan listos que arriesguen su piso o casa, que la pongan de aval, que creen una empresa, si les va bien no me quejare de que ganen tres veces mas que yo...pero si les va mal y pierden su patrimonio...lo entendere con empatia poniendome en su lugar..

  5. #5
    Anonimo
    26/02/10 11:33

    En España una parte de la riqueza financiera de la gente, unos 400.000 millones estan depositados en cuentas en los bancos con una rentabilidad del 0% al 2,5%, es decir la media al 1,25%.
    En España hay millones de trabajadores con salarios inferiores a los 40000 euros/año y con bastante formacion, ademas estan totalmente controlados por el fisco.
    Para montar una empresa necesitamos dinero y personas. Un planteamiento logico seria que un trabajador con conocimientos y algo de dinero montase una empresa, aspirando a ganar un poco mas que de asalariado y tratase bien a sus trabajadores.
    Pero el proceso logico no se cumple y una empresa se monta de la siguiente manera:
    Dinero inicial escaso y se pide credito, por el que se paga un 6-10%.
    El empresario en muchos casos tiene pocos conocimientos de su trabajo.
    El empresario se olvida de lo que ganaba trabajando y aspira a ganar 3 veces mas.
    El empresario piensa en engañar al fisco, dinero negro, bases de cotizacion minimas, desgravaciones ilegales, etc.
    El empresario se parovecha todo lo que puede del trabajador( salarios de miseria, despidos, etc)
    El resultado final es la España de hoy.
    La unica solucion es la bajada de los precios y el mantenimiento de los salarios.¿Como se hace?
    Cuestionando al sistema financiero los diferenciales que cobra.
    Cuestionando el margen de beneficos empresarial.
    Controlando el fraude.
    Mejorando las realaciones laborales y los sueldos.

  6. #4
    Anonimo
    26/02/10 10:57

    Soberbio el artículo,muchas gracias por tu trabajo, me ha respondido algunas preguntas que tenía en la cabeza.
    Una de las estrategias posibles para volver a hacer rentables las inversiones empresariales podría ser la adopción de medidas que hagan bajar el diferencial que cobran los bancos verdad?
    Dado que este diferencial se debe, según los bancos, al alto riesgo que corren al prestar con esta coyuntura, uno puede llegar a entender por dónde van los tiros de las estrategias de los gobiernos.
    Simplemente buscan (mediante los apoyos y avales) que se recupere la confianza de los mercados y los diferenciales bajen.
    Es correcto lo que digo?

  7. #3
    Anonimo
    26/02/10 01:56

    La verdad es que 10 años sin apenas crecimiento no me preocupa...me preocupa mas la desaparicion de pymes...porque quien querrá ser empresario ?
    quien querra luchar con los bancos ?

    y sin industriales, sin empresarios, sin autonomos el estado no tiene ingresos via impuestos...

    no estoy planteando una situación inevitable,,,es evitable pero hay saber mover las fichas..y no quedan ni 24 meses....estos 6 próximos meses serán duros y muy duros...si no se ponen las pilas....vamos hacia la década perdida...

  8. #2
    Anonimo
    26/02/10 01:51

    Deflación es una lucha por sacarse el poco stock que queda ....a ver quien se lo queda a buen precio...lo que falta es esta demanda....

    es una espiral de la cual es muy difícil salir

    es esperar que aun bajen mas los precios de los pisos

    es esperar a la caida de tu competidor a ver si me quedo con el trozo que tenia de pastel

    pero al final no queda pastel..porque no quedan empresas nacionales...pues nada a vender
    ceuta, melilla...a intentar agrupar empresas publicas...

    vamos al co-pago---en sanidad, pensiones....

    se acabo la poca fiesta que quedaba..

  9. #1
    Anonimo
    26/02/10 00:37

    Estoy contigo yo mismo, estamos en deflación pese a que el gobierno y sus medios cercanos lo nieguen, pero como todavia no es muy fuerte sino tenue, pues pueden enmascararla, pero en poco tiempo se comprobara la realidad, creo que tras la subida del IVA, IGIC en mi tierra en Julio, un ejemplo botella de leche de litro y medio, hace 6 meses a 1,66 ahora 1,38, si esto no es deflacion que venga Salgado y me lo explique. Un saludo.


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