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A la vista de las dudas que surgen por los comentarios de las distintas noticias que están saliendo a la luz voy a tratar de hacer un post para explicarlo comparando con una situación bien conocida en España (de ahí que aparezca en el titulo la palabra “español” en lugar de “castellano”)

Me gustaría recordar en España casos como las Preferentes (de entidades financieras, Rumasa..) y otros títulos que han acabado en muchos casos muy mal. Creo que hoy todos tenemos claro que determinadas entidades necesitaban fondos y por tanto emitieron unos títulos que la gente compraba. Estos títulos ofrecían una rentabilidad superior a alternativas más seguras pero en muchos casos colapsaron.  Para que nos entendamos es lo mismo (en esencia) que la deuda pública: un país necesita fondos y emite un título representativo de la deuda.

Sabemos ahora que existieron dos tipos de compradores de preferentes; el primero es el compuesto por los que no sabían lo que compraban. En el caso de deuda pública la realidad es exactamente igual con una pequeña salvedad; hay muchas personas que no saben que en su momento compraron deuda pública porque lo han hecho a través de fondos de pensiones e inversiones. Sin embargo voy a dejar fuera (por ahora) a este grupo de personas que no sabían. La mayor parte de los que tenían deuda griega sabían lo que compraban.

El segundo tipo de compradores de preferentes son aquellas personas que si sabían lo que compraban.  Por supuesto el motivo por el que compraban era por la rentabilidad superior, pero además se necesita otra cosa. Estas personas creían que:

-          1. De alguna forma alguien salvaría la entidad que emite deuda, lo que se traduce en la creencia de “no van a dejar caer a las cajas/rumasa/banco de turno….”

-          2. O bien de alguna forma alguien salvaría a los inversores de la entidad, lo que se traduce en la creencia de “se ha engañado a tanta gente que no van a permitir que pierda tanta gente y se monte un escándalo mayúsculo”

-          3. O bien lograrían traspasar sus títulos a otras personas antes del derrumbe, lo que se traduce en “obtendré los beneficios hasta que vea que ya no da más y entonces lograré que le coloquen los títulos a un pardillo”.

A medida que va avanzando el tiempo, y la situación de la entidad se va deteriorando, el que sabe pide una rentabilidad mayor. Esto se traduce en que se paga menos por los títulos; es decir por una participación de 100 que da un 5% de interés se ofrece pagar 50. De esta forma el tipo de interés que se obtiene sería un 10%  (el 5% de las 100 habiendo pagado 50) y lo que es más importante; si se da cualquiera de las condiciones anteriores se obtiene un beneficio adicional derivado de que te van a pagar mucho más de las 50 que pagaste cuando tuviste el título. El riesgo va subiendo y la posibilidad de beneficios también siempre y cuando se dé una de las condiciones antes señaladas. Evidentemente todo ello referido a los “que saben” porque los ignorantes de las características de estos productos serán los que pierdan lo que el “alguien” etéreo que lo va a salvar todo no cubra.

Esto es lo que ha ocurrido antes de Mayo de 2010; hay gente que vende deuda griega (los que no quieren asumir el riesgo) y gente que compra deuda griega (los que buscan el beneficio contando con lo anterior). Como la situación se va deteriorando el precio de los títulos de deuda se desploma; dicho de otra forma la rentabilidad se dispara y surge el concepto “prima de riesgo”.

Aquí surge la primera diferencia con las preferentes de Rumasa o las participaciones de cajas. El que tuviese un título de estos (engañado o no) en el momento del colapso lo pierde todo porque ni se salva la entidad, ni se salva a los inversores, ni es posible encontrar ningún comprador para los títulos. En Grecia se actuó y por tanto hubo una salida; pero es importante entender que salida hubo.

En Mayo de 2010 se concede un préstamo a Grecia desde los países de la UE para pagar los títulos de deuda; a su vez se introdujeron unas medidas que iban a destrozar aún más a Grecia. Para entendernos; imaginemos que antes del colapso de Rumasa se le diese un préstamo para pagar las preferentes y los tipos de interés que tenían colocados, a cambio de empeorar la situación de Rumasa que quedaría con una estructura más endeble, con menos activos, con menos capacidad para generar beneficio y más endeudada.

Los efectos serían los siguientes:

-          El que no se entera de nada, sigue igual.

-          El que vendió con descuento, bien porque se enteró antes de lo que era y se quiso salir por prudencia, porque necesitaba el dinero o porque le parecía una estafa se echa las manos a la cabeza.

-          El que compró con un gran descuento los pagarés porque nadie esperaba que los fuesen a pagar se lleva un gran alegrón porque va a cobrar y además resulta que los pagarés subirán de valor por lo que los podrá vender al estimar la gente que se va a solucionar el problema siempre y que los inversores no perderán. Mucha gente estará dispuesta a comprar estos títulos en base a esta red de seguridad ya que dan una rentabilidad mejor que otras alternativas sin estos apoyos.

Es decir, el prestamista se habrá sacrificado (porque será más difícil cobrar que antes) para dar un beneficio a los que tenían los títulos destrozando aún más una compañía que estaba en una situación delicada. El prestamista, como no podía ser de otra forma, dirá que todo es en beneficio propio porque cobrará unos intereses.

Pues en Grecia exactamente lo mismo; Los que tenían deuda griega en 2010 son los que confiando en que se rescatase a Grecia, confiando en que se rescatase a los tenedores de deuda pública o confiando en que se lograsen traspasar las pérdidas a otros habían comprado deuda con mucho descuento o no lo habían vendido para obtener beneficios.  Los que hemos prestado el dinero son los que hemos sacrificado el dinero a tal fin y debemos repartir las pérdidas con aquellos que no sabían que tenían esos títulos (que en todo caso se vieron momentáneamente beneficiados). Podemos decir aquello de “hemos salvado a Grecia” porque también lo hubiésemos podido decir si hubiésemos dado fondos a Rumasa o a la Caja de turno para que evitase momentáneamente el colapso y también podemos decir aquello de “hemos salvado los ahorros de la gente”.

Eso es lo que ocurrió en mayo de 2010 y el consenso llegó a la conclusión de que el problema estaba solucionado en base a dos motivos: El primero es que Grecia pagaba menos por sus intereses, cuando en realidad Grecia estaba fuera de los mercados y por lo tanto, al no emitir deuda nueva, seguía pagando los intereses previos a la situación a los que habría que sumar los del rescate. El segundo fueron las reformas que se vendían como solución pero que destrozaron a los griegos y por tanto a la economía griega. El resultado era previsible.

En 2011 la situación volvía a ser insostenible y otra vez Grecia tenía problemas, (cómo no podía ser de otra forma). La solución fue “oficialmente” bajar los tipos de interés y alargar el plazo de reembolso del préstamo del primer rescate,  O sea, dar un poco de tiempo y aplazar el problema hasta 2012. A su vez el Banco Central Europeo ya había comprado ingentes cantidades de deuda pública de distintos países (sorprende mucho que ahora veamos el plan de compra de deuda pública como una novedad). En definitiva, todo es dar compradores a los tenedores de deuda pública modificando sus precios. Si nos damos cuenta todo se ha fiado a que todo inversor tuviese claro que estábamos ante una de las dos opciones que antes mencionaba:

-          2. O bien de alguna forma alguien salvaría a los inversores de la entidad, lo que se traduce en la creencia ahora de “el sistema financiero es sistémico y no podrán permitir que se derrumbe”

-          3. O bien lograrían traspasar sus títulos a otras personas antes del derrumbe, lo que se traduce en “obtendré los beneficios hasta que vea que ya no da más y entonces lograré que el BCE o algo con siglas similares se quede con los activos”.

Por muchos artículos que se hayan escrito, el mercado jamás creyó que se estaba ayudando a Grecia, (que estábamos en la primera opción), y de hecho fueron los problemas derivados de la credibilidad de estas opciones las que llevaron al mismo problema en el propio 2011.

Pero tras esta rebaja, me gustaría recordar lo que se aprobó en realidad en 2011; (que es algo más que una bajada de tipos y alargamiento del plazo que es lo que podría beneficiar a Grecia). Pensemos otra vez que estamos con preferentes de una entidad quebrada en nuestras manos que no podemos vender a nadie porque ha vuelto a colapsar para valorar exactamente lo que ha ocurrido.

Grecia se comprometía a pagar el 30% del nominal de cada título que venciese (Rumasa se comprometería a pagar el 30% del pagaré) independientemente del precio al que se hubiese comprado. El que se la jugó comprándolo al precio de mercado ya ganaba inmediatamente; el 21% de convierte en un bono de una entidad ajena a Grecia que a su vez compra deuda Francesa y Alemana por ese importe, (y por tanto tiene la misma calificación).  El 49% restante se convierte en un título de deuda pública a más largo plazo y a un tipo de interés mayor. O sea, que en principio el que tuviese un papel sin apenas valor consigue de entrada un 30% del nominal y otro papel con un poco menos valor que el previo.

En su día ya usaba el ejemplo de Rumasa para explicarlo: “ como si comprásemos por 25.000 euros unos pagares de Nueva Rumasa por los que la empresa se obliga a devolver 50.000 euros al 9%; (en teoría nos saldría una rentabilidad del 18%) y cuando la empresa tiene problemas, aceptamos un sacrificio que consiste en que nos dan  15.000 euros (el 30% del nominal), pagarés de Coca Cola por importe de 10.500 al 8-9%  y un pagaré por 24.500 euros de Nueva Rumasa al 15%). Y todo ello ante la quiebra inminente de la empresa.”

Al fin se crea un nuevo marco creando el famoso fondo que comprará los títulos de deuda público que haya que comprar y llegamos a 2012 con la misma historia: Grecia sigue empeorando y surgen dudas de si alguien cubrirá las pérdidas. En consecuencia, otra vez tenemos un empeoramiento de las circunstancias de Grecia. Imaginemos que nuestra Rumasa hubiese llegado hasta aquí. Tendríamos otra vez unos cuantos tenedores de sus participaciones:

-          Los que no sabían lo que compraron o tenían.

-          Los que lo sabían pero seguían confiando en que de alguna forma alguien salvaría a los inversores o bien confiaban traspasar sus títulos a otras personas.

-          Bancos centrales y otros Países que ahora eran acreedores.

El problema ocurre cuando los anteriores son cada vez menos. Respecto a los que no sabían recordemos que básicamente consistían en los fondos de pensiones y fondos de inversión. Sin embargo estos fondos están sujetos a reglas de tal forma que no se les pueden encasquetar títulos que no tienen nivel de inversión; salvo a determinados casos como los fondos de inversión griegos, (por ejemplo el que más tenía que era el fondo de inversión de los funcionarios).

El hecho de que las rentabilidades y las primas de riesgo fuesen elevadas quería decir, otra vez, que las operaciones realizadas estaban formalizadas entre entidades que querían salir a precios bajos y entidades que estaban dispuestas a arriesgar pagando un precio muy bajo por un bono que les daba rentabilidades altas, (y otra vez confiando en que alguien comprará esos bonos por un precio muy superior).

Y ahora entra en juego el fondo en  Luxemburgo que cuenta con el aval de todos los países; otra vez estamos en la misma situación y resulta que otra vez cuesta encontrar compradores para los títulos que van venciendo. Es decir, se han ido pagando todas las cantidades y pelotazos sin que la situación de Grecia mejore hasta que se llega otra vez al colapso de la situación.  Aunque sea muy repetitivo, debemos recordar que en  estos momentos los poseedores de deuda pública son los fondos de pensiones, los que se la han jugado y bce y demás instituciones. En este caso se aprueba lo siguiente:

“Upon the request of financial assistance from Greece and in line with the PSI MoU, EFSF has entered into Financial Assistance Facility Agreements with Greece and the Bank of Greece, to provide the following Financial Assistance Facilities: (i) on 1 March 2012, a financial assistance facility agreement of up to EUR 30,000,000,000 in order to permit Greece to finance, in part, the Voluntary Liability Management Transaction (the "PSI LM Facility"); (ii) on 1 March 2012, a financial assistance facility agreement of EUR 35,000,000,000 in order to permit Greece to finance the Buy-Back Offer (the "ECB Credit Enhancement Facility"); (iii) on 1 March 2012, a financial assistance facility agreement of EUR 5,500,000,000 in order to facilitate the making of payments in relation to accrued interest under certain outstanding sovereign bonds issued or guaranteed by Greece, in the context of the Voluntary Liability Management Transaction, such payments to be made at the time and to the extent that such sovereign bonds are exchanged for New Greek Bonds (the "Bond Interest Facility"); and (iv) on 1 March 2012, a financial assistance facility agreement of up to EUR 23,000,000,000 in order to finance the recapitalisation of certain financial institutions in Greece (the "Existing Bank Recapitalisation Facility").”

Traduzco: 30.000 millones para los que acceden a la quita, (cobran 30.000 millones por unos títulos que apenas valen), 35.000 para recomprar títulos de deuda pública, (lo que beneficia a aquellos que tienen deuda pública, 5.500 millones para pagar intereses de la deuda pública y 23.000 millones para recapitalizar bancos.

Y ahora plantéense en este caso de lo que estamos hablando si fuese el caso de Rumasa. Entre todos estaríamos avalando una operación para que Rumasa pagase las participaciones de estas personas, lo que no consigue otra cosa más que beneficiar a los que no podrían cobrar de Rumasa.

Tenemos claros que los beneficiarios de todas y cada una de estas historias son los bancos Alemanes y Franceses; que son los que tenían la deuda griega; teniendo claro que además entre estos, los beneficiarios han sido los que más arriesgaron (porque los conservadores no tendrían deuda griega) tenemos los beneficios.

Los griegos además de pagar una pasta y sufrir unas medidas que desde el principio se sabía que llevaban a la ruina han asumido un coste impresionante y el resto hasta completar el beneficio parece que no es de nadie. Nos llevamos las manos a la cabeza ahora si Grecia no paga porque vamos a tener que asumir las facturas de todo esto, pero esta idea es tan idiota que no habría demasiado problema en explicarlo con un ejemplo.

Si entre todos los contribuyentes de la unión europea ponemos un préstamo para que Rumasa pagase sus preferentes a Don Perfecto Desconocido, ¿no nos preguntaríamos porque tenemos que correr nosotros con los costes de salvar a D. Perfecto Desconocido?.

Lo que son las cosas, si quitamos los ejemplos es más sencillo entender las cosas y así entenderemos que con los rescates a Grecia todos hemos asumido un coste impresionante para que los mercados financieros generasen un pelotazo aprovechando de paso que se limpia al país y nos reparten los costes a escote.

Que puede compensarnos o no, pero sería de agradecer que por lo menos no se hablase de solidaridad alemana con Grecia.

 

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