A veces llega a sorprender el morro de los encorbatados que están dirigiendo las empresas del IBEX y en consecuencia la economía española, ya que nadie puede esconder que tras los designios de estas empresas se encuentran la totalidad de las decisiones tomadas por nuestros políticos.
El grave problema de competitividad y productividad española se explica en gran parte mirando estos elementos que son capaces de hurgar en la basura con tal de sacar una tajada, siempre en connivencia con una casta política que da absoluta vergüenza. Esto viene en estos momentos por unas declaraciones del presidente de ABERTIS, en los que explora las repercusiones que para la compañía tendrá el problema de déficit público que tiene España.
Tenemos que recordar que Abertis bebe fundamentalmente del sector público, lo que implica que sabe más de mercadeo que de mercados, y que entiende la competencia como la presión para conseguir un mercado cautivo en lugar de innovar para crear valor. En fin, esta es una de las compañías de las que hablaba en su día como “los otros funcionarios”, preguntándome si también se iban a rebajar “el sueldo”; por descontado, la pregunta era retórica, ya que todos sabemos la respuesta; y para los que no la supiesen Alemany, (lo de ponerle el Sr. delante me ha parecido un despropósito), gustosamente nos lo cuenta, cantándonos la oportunidad que los déficit les producen a estas empresas y a los fondos que invierten en infraestructuras.
En este sentido, son muchas las voces que claman por el pago de peajes en el total de las autovías, (alguna de ellas incluso de la DGT que hace tiempo que está vendida completamente a causas distintas de las de buscar la seguridad en el tráfico, ya que en caso contrario jamás recomendaría cualquier medida que alejase a los conductores de las vías más seguras).
Es fácil entender que de tener éxito la idea de cobrar por todas las autovías, resulta que lo que se consigue es que se hayan construido unas infraestructuras, (de forma que las empresas que las hayan construido han obtenido unos grandes beneficios). Pero para los ciudadanos, la idea supondrá que una gran mayoría circulará por las carreteras convencionales, corriendo un riesgo mayor y asumiendo unos costes mayores en términos de comodidad y tiempo, (no hace falta más que ver lo acaecido en Portugal). En cambio los que vayan por autovía, ya sean empresas o personas físicas, tendrán que detraer recursos que podían destinar a otros bienes a pagar el negocio de las concesionarias.
Todo ello teniendo en cuenta que las autovías ya están pagadas; en este caso estamos ante una vuelta de tuerca respecto al cachondeo ya pasado de moda de prorrogar concesiones ya hace tiempo amortizadas, a cambio de nada.
Por supuesto, todo el mundo nos cuenta aquello de que debemos luchar contra el déficit, o de pagar las infraestructuras que se usan, pero incluso en este caso, lo que tendríamos que hacer es que el estado contrate directamente a las personas que van a percibir el importe de estas infraestructuras, ya que los beneficios que tanto le ponen a este personaje y a otros cuantos, salen de lo que nos cuesta mucho esfuerzo pagar y no sirve para pagar el déficit.
Y en este caso estaríamos hablando de que realmente lo que estamos haciendo es pagando dos veces el importe disparado de construir carreteras; la primera a los campeones del IBEX y la segunda a los campeones del IBEX. Es muy difícil entender después que nos digan que vivimos por encima de nuestras posibilidades. Es más, resulta que a ver si encontramos un momento en el que todo el mundo se canse de pedir que paguemos por todos, con un discurso moralista en el que parece que somos malas personas si nos negamos a pagar siete veces lo mismo, lanzado por los que cobran y no están en absoluto de acuerdo en pagar ni en renunciar a nada ni tan siquiera por intentar salvar un sistema en el que obtienen unos beneficios impresionantes. En este momento hablaríamos de posibilidades.
En fin, el caso es que Alemany ya lo dice claramente, la nueva fase de la empresa se concentra en la creación de valor ¡financiero!. Lo triste del asunto es que estas personas se equivocan cuando hacen sus Excel, (normalmente se equivocan hacía arriba, ¿Por qué será?), y resulta que al final los tráficos y por lo tanto los ingresos no cumplen las previsiones. En este caso, resulta que tampoco parece que asumamos que han corrido un riesgo, han tomado una decisión y se han embarcado en un negocio que podía salir bien o podía salir mal.
En este caso, ya lo dijo en su día Pepe Blanco para justificar las inyecciones entre todas las que han construido toda la cantidad de autopistas estos años y que según parece no se usan. En este caso, llegamos al extremo más absurdo que no es otro que aún por encima pagar las pérdidas.
Evidentemente, en este esquema de funcionamiento, el presidente de Alemany estará encantado de la vida, porque no sólo se encuentra con las oportunidades de un déficit público impresionante y que se han llevado ellos, sino que todo hace indicar que entre esto y las colaboraciones público-privadas que se avecinan va a ser sensiblemente peor.
Y en todo este panorama resulta que todo el mundo trata de recortar en sanidad, en educación o en los sueldos de los funcionarios, (que mal o bien son cosas que la gente usa), mientras nos parece del todo normal pagar lo que sea y las veces que sean por unas carreteras, autovías y autopistas que nadie usan y que se van a usar menos.
Curiosos análisis sobre el déficit, el mercado, la iniciativa privada, la competencia, los monopolios y los chanchullos financieros a cuenta de algo tan liberal como una concesión administrativa a toda una colección de empresas que tan sólo tienen de privado el reparto de beneficios y los precios que cobran a la administración. Porque los ingresos, la financiación, los riesgos y las pérdidas son públicas, incluso en casos como el del aeropuerto de Ciudad Real, que en teoría es un aeropuerto privado, con su iniciativa privada, que ha generado unos beneficios ingentes para el que haya facturado la construcción, pero que curiosamente a pesar de esto ha sido un auténtico desastre y que al final resulta que ha tenido que pagar el erario público a través del pago de las deudas de la sociedad que no se han pagado, a una caja.
Para salir de la crisis, lo primero es que un gobierno ponga en su sitio a personajes y empresas como está y si tan sólo son capaces de ofrecer un coste mayor para la sociedad a cambio de sus beneficios, (como es el caso), pues simplemente han de desaparecer o irse a otros países.
