Las llamadas clases limpias en los fondos de inversión son uno de los puntos más destacados de la normativa MiFID II que entró en vigor en enero de 2018 y que produjo cambios importantes en las comisiones soportadas por los inversores.
A lo largo del post hablaremos de sus características y aplicación práctica. Del mismo modo, también te mostraremos algunos de los puntos más controvertidos de esta normativa europea.
¿Qué son las clases limpias de fondos de inversión?
Dentro de las distintas clases de los fondos de inversión, las llamadas clases limpias de los fondos de inversión son aquellas que suprimen la llamada comisión de retrocesión.
En la actualidad la comisión que se paga al suscribir un fondo de inversión no va en su totalidad a la gestora del fondo ya que hay varios intermediarios que acaban cobrando por el camino. Estamos hablado de las famosas retrocesiones que cobran los comercializadores y los asesores financieros por la distribución de los productos.
Estas comisiones pueden llegar a ser bastante elevadas siendo en algunas entidades superiores al 50%, lo que significa que la mayor parte de la comisión no va a parar al equipo de gestión del fondo (como sería lógico) y se la quedan los intermediarios.
Las clases limpias se caracterizan porque no soportan dicha comisión (no existe el pago de retrocesiones). Es decir, el pago de comisiones por parte de las gestoras a los que distribuyen los fondos lo que, a priori, podría significar una reducción significativa en los costes finales soportados.
Esto es la teoría, pero la aplicación práctica es más compleja y falta ver los movimientos de los principales actores.
Regulación de las comercializadoras en la Directiva MiFID II
La Directiva MiFiD II (Markets Financial Instruments Directive) regula los servicios y productos de inversión. Por lo tanto, su salida a la luz afectó a las empresas comercializadoras y la industria de los fondos de inversión en general. Gracias a ella aparecieron las clases limpias.
Los objetivos que se perseguían con esta nueva normativa eran:
- Asegurar unos elevados niveles de protección de los inversores en productos financieros, especialmente de los inversores minoristas.
- Mejorar la estructura organizativa de los mercados regulados.
- Mejorar la estructura organizativa y el gobierno corporativo de las empresas.
- Aumentar la seguridad y eficiencia de los mercados de valores.
Por lo que respecta a las comercializadoras de fondos de inversión, se plantea una situación complicada. Antes de la aplicación de la normativa Directiva MiFID II la mayoría de las comercializadoras no cobraban comisiones (directas) de ningún tipo por tener una cuenta con fondos de inversión, dado que eran los propios fondos los que les retrocedían una parte de dicha comisión. De esta forma, el inversor percibía que el servicio de comercialización le salía "gratis".
La aparición de las clases limpias significó la puesta en escena de unas clases de fondos en las que el comercializador no gana dinero por ofrecerla. Lo cual supone un ahorro para el partícipe.
Los cambios en el asesoramiento
Este es otro punto caliente de la normativa, separar el asesoramiento independiente del dependiente.
Los asesores independientes deben ofrecer las clases limpias de fondos de inversión, lo que les obliga a cobrar directamente a los clientes por sus servicios.
Esto tiene su lado positivo ya que el asesoramiento se realiza de manera realmente independiente al poder ofrecer a sus clientes cualquier gama de fondos sin que existan intereses ocultos.
Los asesores que se declaren dependientes de una entidad sí que podrán ofrecer a sus clientes otras clases de fondos más costosas y cobrar retrocesiones, por lo que no ofrecerán clases limpias. El gran cambio es que ahora el asesor deberá notificar al inversor la cantidad cobrada en retrocesiones, lo que será una gran sorpresa para muchos.
En otras palabras, las retrocesiones son completamente transparentes para inversor.
Además, las entidades deberán informar adecuadamente a los inversores sobre si lo que ofrecen son servicios de asesoramiento financiero o si ellos mismo comercializan algún tipo de instrumento financiero, esto supone un avance respecto a la normativa anterior, puesto que proporciona una mayor independencia y transparencia por parte de las entidades a la hora de recomendar sus productos.
De esta manera según el tipo de fondo que el cliente desee contratar será necesario hacer evaluaciones de conveniencia (para saber si el cliente posee la información y experiencia para realizar el contrato), y en el caso de que se presten servicios de asesoramiento independiente que hagan aumentar los costes de la gestión deberán justificarse y demostrar un aumento en la calidad de la prestación para poder ser cobrados.
¿Cómo conseguir acceder clases limpias en los Fondos de Inversión?
Estos puntos, así como algunos otros que recoge la normativa, son los que hacen que haya una gran confusión a la hora de obtener la clase limpia de un determinado fondo.
Cabe añadir que, muchas veces y según la gestora del fondos, las clases limpias de los fondos de inversión no tienen una denominación similar. De esta manera, podemos encontrar gestoras que denominan sus fondos de clase limpia en la categoría "D" (por ejemplo BlackRock) y otras los denominen en la clase "R" (como Amundi).
Pero esto sucede en todas las clases de fondos de inversión. Cada gestora es independiente y asigna una letra para cada segmentar sus clases. Por ejemplo, la clase institucional normalmente está denominada con la letra "I", pero algunas gestoras utilizan la letra "A" para denominar a esta clase de fondos.
Por ello, encontrar dichos fondos requiere que el inversor se informe bien acerca de los que quiere comprar y lea de manera correcta el folleto informativo. En este artículo os explicamos la nomenclatura que usa cada gestora en sus fondos de clase limpia.
Sin embargo, a la hora de conseguir este tipo de fondos también existe una opción más sencilla. El Banco EBN proporciona un gran abanico de fondos de clase limpia entre los que elegir y muchos de ellos son las clases limpias de fondos para particulares.
Mediante su plataforma es posible ahorrar horas de búsqueda y comparación de diversos fondos. Así como elegir el que mejor se adapte a nuestras necesidades.
Los beneficios para el ahorrador por contratar este servicio son los siguientes:
- Ahorro medio de un 30% en comisiones.
- Completa transparencia (no hay costes ocultos).
- Completa independencia (EBN Banco selecciona aquellos fondos que considera ventajosos para los intereses de sus clientes, sin que intervengan intereses económicos debido a las retrocesiones).