Como siempre por estas fechas (ver 2021, 2020, 2019), toca hacer balance de mi cartera, especialmente la parte de acciones. Y este año no ha sido bueno para la cartera de acciones; a pesar de los brotes verdes del verano, mi cartera de Clicktrade termina 2022 con un -13.8%:
Francamente, desde hace bastante pintaba que el año acabaría mal; por eso TheVeritas ha ido vendiendo... pero a mí, lo de ir vendiendo no me convence; ¿quién me dice que si me pongo a vender no vendo Repsol, que es la única que ha acabado en verde? ¿y quien me dice que no me perderé la subida cuando esto se dé la vuelta? Prefiero aguantar los altibajos... porque en bolsa, las ganancias y las pérdidas son asimétricas: uno nunca pierde más del 100%, pero nada impide ganar más del 100%, o del 200%, o del 400% que saqué con las minas de carbón (que sería muchísimo más si no hubiera vendido 😤). Y si no, mirad mi cartera: pérdidas de 2000 o 4000 euros, pero ganancias de 7000, de 9000, o de 14000:
Y sí... algún año malo me comeré, pero a cambio, los años buenos los pillaré enteros. El riesgo de no correr riesgos es perderse las subidas, y aunque psicológicamente perderse las subidas pica menos que comerse las caídas, a la hora de las rentabilidades ocurre muchas veces lo contrario. Y si no, mirad el 13.8% de 2022 con un poco de perspectiva histórica; estas son mis rentabilidades desde que tengo la cartera en Clicktrade, hace más de 10 años:
Como veis, si un tío prudente hubiera hecho un 0% en 2020 (año para ser prudente donde los haya) y un 0% en 2022, estaría peor que corriendo ciertos riesgos! Claro que no todos los riesgos son iguales. Hay riesgos que no son aceptables:
- El apalancamiento. Son los cuatro jinetes del apocalipsis, concentrados en uno. No te apalanques, y no te metas en empresas muy apalancadas (endeudadas), y cuando te pasen cosas malas, no te destrozarán, sino que podrás cubrir las pérdidas con las que te salgan bien.
- Los mercados que no ofrecen garantías. A quien lo hayan enganchado por invertir en Rusia o China, lo siento pero no puede decir aquello de "¿quién podría imaginarlo?". Y no digamos ya con los criptotulipanes, que además del riesgo de que alguien grite lo de "el emperador está desnudo" y se vaya todo a pique, hay que añadir el riesgo de que tu criptochiringuito se desmonte (y el riesgo de que lo hackeen, y muchos otros).
- Los múltiplos exagerados en sectores que están de moda. Ya hemos visto lo que ha ocurrido con las tecnológicas... los que elegimos las buenas, y las compramos antes del boom del sector, este año hemos palmado parte de las suculentas ganancias que habíamos acumulado. Pero los que compraron lo más hot del sector, y los que compraron a última hora, se enfrentan a pérdidas no recuperables. Y aprovecho para jugármela a un pronóstico para 2023: Tesla seguirá cayendo. Eso sí, jugármela virtualmente, porque no voy a meter un sólo euro; no invierto en el lado corto.
- Invertir en bonos con tipos negativos. No es un riesgo que te vaya a destruir, como los anteriores, pero es un riesgo estúpido porque sólo puede salir mal. Si yo asumo riesgos, quiero un potencial beneficio en caso de que la jugada salga bien; pero en bonos con tipos negativos, o vas a muerte lenta durante años, si los tipos no suben, o vas a estacazo gordo si sí que suben... ¿estamos tontos o qué?
Pero como vengo repitiendo, mi cartera no es sólo bolsa. La parte de acciones es la que más interesante resulta comentar, pero hay que dar la perspectiva en conjunto, y con la evolución de este año, los pesos actuales son estos:
- Acciones: 28%, bajando desde el 38% de hace un año, que era un porcentaje anormálmente alto debido a la revalorización de tres años muy buenos consecutivos. Su reducción de peso no sólo se debe al mal resultado, sino a que el incremento de liquidez y la subida de las Eroski hacen que el total de la cartera sea ahora un ~20% más que hace un año.
- Liquidez: 27%, subiendo desde el 17% de hace un año; los ahorros, intereses y dividendos no se han ido invirtiendo, porque no está el horno para bollos, y en estos momentos estoy por encima de mi horquilla de referencia para la liquidez (20-25%). Pero así como no me tembló el pulso para vaciarla cuando fue el momento, tampoco me pica el dejar que suba demasiado... hasta que llegue el momento.
- Subordinadas de Eroski: 28%, subiendo desde el 23% de hace un año. Parece kamikaze concentrar tanto en una apuesta... pero estos bichos pagan el euribor+3%, y cuando el euribor sube del -0.5% al 3%, estos bichos pasan de pagar un 2.5% de interés a pagar un 6% SOBRE EL NOMINAL; y con una cotización ahora ya al 30% del nominal (llegué a comprarlas al 12%!), eso significa un interés del 20% sobre el precio de mercado. Y a su exagerada rentabilidad, se suma el atractivo de que te cubren en el caso de la muy previsible subida de tipos que tenía que llegar en algún momento, ya que a ellas les beneficia, con lo que resultan el complemento perfecto para la cartera de acciones. El resultado de mi cartera de Renta 4 (donde tengo las Eroski) de este año ha sido de un +42% entre intereses y revalorización, casi lo mismo que el +41% de 2021... ¿quién dijo que 2022 había sido un año malo?
- Fondos: 17%, bajando desde el 22% de hace un año. Aunque sistemáticamente los fondos lo hacen peor que lo que yo saco en mis inversiones directas, me gusta tener una parte en fondos para paliar el exceso de concentración de lo demás, ya que los fondos por definición están más diversificados, y también para invertir en activos que me interesan pero no puedo comprar directamente, como las acciones pequeñas japonesas o la renta fija high yield (que ahora va con emisiones de nominal altísimo). En conjunto, mis fondos han dado un -6%, con el Magallanes European en positivo y los demás (Magallanes Microcaps, Japan Deep Value, Buy and Hold Renta Fija y un poquito de Buy and Hold Mixto) palmando alrededor del 10%.
En resumen, la foto de mi cartera consiste en:
- Apostar fuerte por cosas donde veo una rentabilidad potencial muy buena con un riesgo razonable, y añadir mucha liquidez y cierta diversificación para que si me equivoco no me revienten.
- Elegir qué riesgos quiero asumir y cuáles no, como ya he comentado
- Operar poquísimo.
- Cierto market timing de largo plazo a la hora de invertir la liquidez. Si hay pesimismo, es hora de jugársela; si hay optimismo, no me gusta vender, pero sí que me espero sin comprar.
No es una estrategia ortodoxa, y no le recomiendo a nadie que haga lo que yo hago. Pero lleva varios años dando buenos resultados, y ha salvado con nota este difícil 2022 que ha reventado muchas carteras agresivas... y muchas otras supuestamente conservadoras, así que puede ser un ejemplo interesante del que sacar alguna idea que os acople a vuestro perfil.