Aunque la fecha oficial de creación del blog es marzo de 2009, en realidad es muy anterior, los primeros artículos datan de 2005.
Cuando en 2018 volví a escribir tras un paréntesis de varios años me encontré con un montón de publicaciones previas acumuladas a lo largo de los años. Aunque puede considerarse como un buen punto de partida también conlleva un problema, la pérdida de validez con el transcurso del tiempo. Hay otro problema adicional que es de la relación del creador con sus contenidos ya publicados y con los consumidores de dichos contenidos, pero por su complejidad prefiero abordarlo de forma monográfica en algún momento del futuro.
Un factor básico para la difusión y el éxito de un contenido es la visibilidad. De hecho y por desgracia es mucho más importante que su calidad intrínseca.
A la hora de seleccionar los contenidos los algoritmos de búsqueda y de selección de contenidos no se rigen por contenidos cualitativos ya que sólo son capaces de utilizar magnitudes cuantitativas, básicamente el número de visualizaciones y el grado de aceptación o rechazo medido a través de enlaces desde otras páginas y/o recomendaciones positivas o negativas.
Con lo cual se crean bucles de retroalimentación, es decir, un contenido que se ha visto muchas veces suele ser más recomendado por los algoritmos de búsqueda o de recomendación de contenidos porque suele acumular un mayor número de recomendaciones positivas de los usuarios. Como resultado se va ensanchando la diferencia con sus hermanos menos vistos; unos son cada vez más visibles y otros van cayendo en la invisibilidad sin esté forzosamente justificado por diferencias de calidad e interés, a veces sí y a veces no
En los blogs de Rankia aparecen dos pestañas en la columna derecha que reflejan el resultado de los criterios cuantitativos de selección y que sirven de guía para que el lector curioso profundice en el contenido de un blog: Más recomendado y Más leído
Esto son los más leídos
En la pestaña de Más leído de mi blog todos los artículos son antiguos. La razón es obvia, llevan muchos años publicados y han ido acumulando visualizaciones a lo largo del tiempo. Y esto nos conduce al problema antes aludido, la posible pérdida de validez de su contenido.
El primero es una pequeña biografía de Warren Buffet escrita en 2004, concebido por su gran extensión para ser leído poco a poco (en su versión original se publicó en varias entregas) y que acumula 80.000 visitas, un 18% del total.
El paso del tiempo no ha restado vigencia al texto y en lo sustancial sigo suscribiendo la casi totalidad de las ideas que expongo.
Hoy matizaría algunas cosas de la trayectoria biográfica, eliminaría los aspectos más coyunturales referidos al momento de la publicación del artículo y daría mucho más peso a la defensa de la gestión indexada que ya apuntaba Buffet para entonces y que ha desarrollado de manera muy explícita y beligerante en los últimos años.
El trabajo de explicar la relación de Buffet con la gestión indexado ya ha sido abordado con acierto por otros a los que remito como complemento del artículo. La larga cita del propio Buffett al final del artículo no tiene desperdicio y una vez depurados del “sesgo patriótico” que perjudica a veces la lúcida visión de Buffett, refleja lo esencial de mi actual filosofía de inversión.
El segundo más leído con 57.000 visitas es una introducción a los ETFs escrita en 2014. Aquí el paso del tiempo no ha perdonado.
El artículo es un buen reflejo de la situación existente en el momento de su publicación. La oferta de productos para el pequeño inversos era todavía un erial dominado por el oligopolio bancario, aunque ya había algunas ofertas alternativas interesantes. La mejor era Self Bank que utilicé para migrar gradualmente parte de mi patrimonio de la clásica cartera de acciones individuales a una cartera de fondos indexados y más concretamente de ETFs.
Hoy, la oferta alternativa ha evolucionado vertiginosamente alcanzando un alto grado de madurez en cuanto a proveedores, variedad de productos, modalidades de acceso al mercado y costes. El oligopolio retiene su posición de dominio, pero cada vez más cuestionada por el crecimiento exponencial de las nuevas ofertas conquistando poco a poco un espacio en el mercado.
Para mantener su validez en este nuevo entorno, el artículo necesita una reedición completa que abordaré en breve. El artículo original se mantendrá con un enlace al nuevo, lo que permitirá la comparación de los dos y el ver cómo cambian las conclusiones al cambiar los datos de partida.
En cambio, el tercero con 31.000 visitas, sobre los problemas a la hora de medir las expectativas de rentabilidad de la renta fija ha resistido razonablemente bien desde su lejana fecha de publicación en 2006, debido a su carácter más abstracto.
Los aspectos más cuestionables son los formales. Con el paso de los años he aprendido a depurar el exceso de retórica y a cuidar la extensión tanto de párrafos como del artículo en conjunto, para estar más cerca del ágil artículo periodístico que del aburrido ensayo académico.
Las 1.900 palabras del artículo están un poco por encima del límite aceptable de extensión que podemos fijar en un máximo de 1.800 palabras, aunque lo ideal es moverse en el entorno de las 1.200-1.500, algo que me resulta muy difícil sin perder todos los detalles y matices que quiero transmitir en cada escrito (este tiene 1.700).
Resulta imprescindible una actualización en donde se describa los cambios de paradigma en la renta fija provocados por la aparición de fondos indexados de renta fija y por las políticas expansivas de los bancos centrales
Esto puede hacerse reescribiendo el artículo o añadiendo una nueva adenda. O lo mejor de ambos, un nuevo artículo a modo de adenda que enlace al original y lo complemente, opción que probablemente elegiré.
El cuarto con 29.000 visitas sobre la inflación de activos es sumamente interesante porque proporciona una explicación a importantes fenómenos vividos en los últimos años.
Mientras los demás se han deteriorado con el paso del tiempo en mayor o menor medida, este ha ganado lozanía hasta convertirse en uno de los verdaderamente interesantes y perdurables. El conocer las teorías sobre la inflación vertidas en el artículo, ha sido muy importante para mí al contrastarlas con la realidad y ver como los hechos las confirmaban.
Al final, la calidad de nuestras aportaciones viene dada en buena medida por la calidad de las aportaciones que hemos recibido de otros. Los individuos funcionamos como nodos de una red de transmisión de información al colectivo. Incluso cuando hablamos de experiencias individuales las vamos a explicar y contextualizar con la información que poseíamos de antemano.
Por ello, las más de las veces la calidad de un contenido viene determinada por la calidad de las fuentes de información que ha manejado.
En este caso son excelentes. Una, citada, es “Psicología del mercado bursátil” de Lars Tvede, libro tan interesante y recomendable como inencontrable, salvo quizás en alguna biblioteca. La parte referida a Japón procede otro libro muy interesante “Devil take the indmost” de Eward Chancellor reeditada en inglés, pero cuya traducción española está agotada.
Juegan en contra del artículo su enorme extensión y su densidad, pero considero muy recomendable su lectura. Se puede abordar en tres sesiones porque en realidad son tres artículos en uno, la teoría, el ejemplo práctico de Japón y una mirada a la situación en 2006, fecha de su publicación en Rankia. Hoy los publicaría por separado.
Respecto a la tercera y “profética” parte me hizo mucha gracia una entrevista con Rodríguez Zapatero en donde aseguraba que según sus asesores en materia económica era “imposible” prever las consecuencias negativas de la alocada especulación inmobiliaria generadora de una prosperidad artificial que le permitió mantenerse en el poder mientras duró y, también, a caer de forma estrepitosa e irreversible cuando cambiaron las tornas. No soy tan imbécil como para considerarme más capacitado que los sesudos artífices de la política económica de aquella época. Simplemente, no hay peor ciego que quien no quiere ver pudiendo hacerlo.
El quinto con 23.000 visitas tiene su origen en una ponencia para un evento promovido por Rankia. Me hizo mucha ilusión el poder participar y me volqué a fondo elaborando un largo y complejo estudio sobre el eje de mi discurso, la sistematización de la inversión mediante reglas como herramienta para gestionar el riesgo asumido al invertir. No es lo que se pedía y se esperaba, más bien que dijese cuatro cositas en un marco con numerosos ponentes y con un público buscando algo agradable y más bien superficial, supongo que, en esencia, la receta para hacerse rico rápidamente y sin esfuerzo.
Así que la experiencia fue muy frustrante en sí misma, pero a la vez muy enriquecedora al obligarme a un esfuerzo de reflexión y sistematización.
Publicado en un entorno adecuado, el del blog, el artículo recibió la atención y el reconocimiento que merecía reflejado tanto en las visitas como en el elevado número de recomendaciones que le colocan en el tercer puesto del ranking de más recomendados.
Al resucitar el blog en 2018 hice una revisión en profundidad para adaptarlo a la evolución de la situación y de mi propio pensamiento.
La parte “filosófica” del principio refleja lo esencial de lo que podemos llamar mi “cosmovisión inversora”, los cimientos intelectuales sobre los que se construye el edificio de las formas de operar y decisiones concretas de inversión que he ido tomando a lo largo del tiempo. Luego se va bajando a lo concreto, pero siempre desde una reflexión de carácter general.
Es interesante constatar como el diseño del DCA123 es un buen ejemplo de cómo llevar a lo concreto las cuatro reglas abstractas para construir un plan de inversión que contiene el artículo. Y se puede intuir que la fórmula propuesta es un intento de minimizar en la medida lo posible los inconvenientes del cost y del value averaging mediante una combinación de ambos.
A la altura de 2020, hay que cosas que matizar y/o actualizar, pero en conjunto sigue siendo uno de los contenidos más interesantes del blog.