A veces uno tiene la sensación de estar jugando un partido contra Rafa Nadal, y limitarse a ir corriendo de un lado a otro de la línea de fondo, devolviendo las bolas a lo loco, zarandeado por los golpes del manacorí. En ocasiones tu vida se torna en algo así, y el tiempo se te escapa entre los dedos. Pero cuando llega la pausa uno se acuerda de aquellas noticias que quería comentar con vosotros. Por ejemplo ésta surgida al calor de la Cumbre del Microcréditos celebrada el octubre pasado en nuestro país: Las ONG podrán dar microcréditos en España a partir del próximo año.
Cuando vi el titular me quede con la mosca detrás de la oreja. Cuando leí la noticia y luego profundicé en ella me dieron ganas de recuperar los Premios Hearst que abandone a la francesa, por falta de tiempo. Sin duda hubiese sido un serio aspirante, ya que el titular que mejor le viene es: Algunas ONGs quieren ser bancos públicos, es decir, que la pasta la pongan otros.
El tema de los microcréditos está lleno de aristas. No los descarto, pero hay que conocer todas las versiones sobre los mismos. Os recomiendo la lectura de esta entrada algo añeja del blog para saber de que hablo si es vuestra primera aproximación a los mismos. Ahora bien, la utilidad o no de los mismos no es el objeto sobre el que trata este post. De lo que va es de comprobar que mi capacidad de sorpresa estaba incólume.
Lo que me asombró es que no hacía falta esperar al 2012 para que ninguna ONG pudiese dar microcréditos. Los han podido dar desde siempre. Ellos, vosotros y yo mismo, como cualquier persona con la capacidad legal de obrar. A la asociación Villaarriba sin Fronteras nadie le impide que de un microcrédito y un abrazo a quien estime oportuno. ¿Y entonces de que están hablando realmente?
Pues con independencia de algún ajuste fiscal, o incluso de procedimiento legal o procesal ad hoc, aquí, de lo que se está hablando es de algo tan puro y prístino como del dinero. En definitiva, y la pista francesa es buena, de que las Administraciones Públicas suelten pasta a las ONGs para que estas hagan de prestamistas. ¿A qué se entiende mucho mejor así? Se trata de que el Estado, el Gobierno financie su aventura bancaria.
Uno se pregunta si quien hace estos planteamientos es consciente de la situación de España SA (lo positivo de ser pobres ahora es que hace años nuestros gobernantes no hubiesen dudado en sacar la chequera). O si entiende que haya quien desconfíe de esta huida del marco publico escondiéndonos en los paraísos privados (¿por qué no lo hace el Estado?). También me devano los sesos pensando en si alguien ha pensado en la infraestructura necesaria para que la mora no devore dichos recursos. Claro que para pensar, si el dinero no es suyo. Si no se recupera lo considerarán como una subvención más que se pierde con las lágrimas entre la lluvia.