El presidente de Cajasol, Antonio Pulido, ha desvelado hoy, en la doble sesión asamblearia que ha vivido la entidad para aprobar las cuentas de 2009 y para ratificar la absorción de Caja Guadalajara, que la solvencia diferencial de la Caja y la dimensión adquirida tras las dos fusiones culminadas con éxito en los tres últimos años le permiten afrontar la reestructuración del sector “sin prisas” y desde una confortable posición.
Según Antonio Pulido, “hemos ido por delante en saneamiento de cuentas y en procesos de integración y por eso contamos con la ventaja competitiva de no tener que improvisar nuestro futuro”.
Sin embargo, Pulido ha admitido que la entidad aprovechará la necesaria reordenación y reforma del sector para seguir creciendo con nuevas alianzas y para reforzar la solvencia de la entidad con los nuevos instrumentos de capitalización que se proyectan en la modificación de la Ley de Cajas.
En este sentido, el presidente desveló que la entidad dispone de una hoja de ruta propia en la que se propone, en una primera fase y según las conversaciones que mantiene en estos momentos con otras cajas, seguir impulsando aquellas operaciones que fortalezcan el sistema financiero.
A este respecto, añadió en su discurso que Cajasol no descarta otros movimientos dentro de Andalucía, siempre que tengan como objetivo fortalecer el sistema financiero en Andalucía.
Una fusión de éxito
“Cajasol ha liderado con éxito una fusión regional y otra interregional de forma consecutiva y está abierta ahora a tomar cualquiera de los dos caminos”, ha dicho el presidente ante la asamblea extraordinaria que ha aprobado la fusión con Caja Guadalajara.
Para el presidente de Cajasol, el sector de las cajas necesita una “urgente reordenación y reforma normativa para salvar las esencias y la naturaleza jurídica de un modelo de éxito”.
Pulido cree que en la actual coyuntura de crisis global, las cajas presentan debilidades que hay que corregir, como un exceso de capacidad en las redes comerciales, falta de dimensión para mejorar eficiencia y solvencia y escasas oportunidades para captar más y mejores recursos.
Por eso, para encarar este nuevo escenario respalda nuevos instrumentos de capitalización y la apuesta por las fusiones o las alianzas, aunque advierte que el nuevo modelo debe diseñarse “como un traje a la media” de cada entidad.
A su juicio, cada entidad “debe poder elegir y adaptarse a las nuevas condiciones de mercado según su posición relativa, su singularidad o sus necesidades financieras, y para ello la reforma debe dar opciones amplias”.
Fusión pionera y modélica
Por otra parte, el presidente de Cajasol se mostró ante los consejeros “muy orgulloso” de una integración que coloca a Cajasol con unos activos de 33.000 millones de euros, más de 800 oficinas y 5.000 empleados. Se trata, en palabras de Pulido, de una unión pionera y modélica que no necesitará ayudas y cuyas medidas laborales, que han logrado un amplio respaldo sindical, serán voluntarias, no traumáticas e irán incluidas en los acuerdos asamblea conjunta que integra desde hoy a los de negociación colectiva de la caja resultante.
La asamblea que ha aprobado la fusión culmina un proceso del que sale “una Cajasol más fuerte y mejor preparada para afrontar con éxito el futuro”, según dijo el presidente de la entidad. Esta unión, como es común a la fusión que integró anteriormente las estructuras de El Monte y San Fernando, se produce en un contexto extremadamente complejo, lo que multiplica, según Pulido, el mérito de esta integración “prudente, discreta y ejemplar”.
En cuanto a los Órganos de Gobierno de la caja resultante de la fusión, dos miembros del consejo de administración y un miembro de la Comisión de Control de Caja Guadalajara se incorporarán al Consejo y Comisión de Control de Cajasol, del total de catorce consejeros de la asamblea alcarreña que pasan a formar parte de la Asamblea General de la entidad andaluza.
Cajasol, por encima del sector en 2009
Unas horas antes, la asamblea ordinaria de Cajasol aprobó unas cuentas, las de 2009, que colocan a la entidad andaluza por encima de la media del sector en solvencia, control de la morosidad y rentabilidad gracias al saneamiento y al proceso de transformación interna que ha llevado a cabo la entidad bajo la presidencia de Antonio Pulido.
Pese a las durísimas condiciones macroeconómicas y al recorte en los beneficios, la caja cerró el pasado año con una solvencia del 14,6% que la sitúan entre las cajas más sólidas de España, según resaltó el presidente en su intervención.
Mientras que un tercio de las cajas vio recortados sus beneficios en más del 50% en 2009, Cajasol superó el pasado año con una caída por debajo de la media, hasta los 115 millones de euros y después de aumentar provisiones en un 50% para hacer frente al rigor de la crisis y de la morosidad.
Este índice y el llamado core capital, que mide la solvencia en función del riesgo contraído y que sitúa a Cajasol en el pelotón de cabeza de las diez primeras entidades del sector, dan muestras de la fortaleza de la entidad, que además cerró el pasado ejercicio con una holgada posición de liquidez.
Pulido admitió que las condiciones del mercado se agudizarán todavía más en este ejercicio y muchas cajas no podrán esquivar los números rojos, lo que explica a su entender el baile de fusiones de los últimos días. “Necesitamos seguir creciendo y reforzar nuestras cuentas para salvar un ejercicio crucial en el que definitivamente se reinventará el sector de las cajas de ahorros, desembocando en un nuevo escenario en el que, como estamos viendo, algunas de ellas se quedarán en el camino”.