La desesperanza del nuevo orden mundial, la rebelión de los jóvenes y su impacto económico

Mientras las élites mundiales hacen grandes planes para arruinarle la vida a la gente con su distopía de nuevo orden mundial, podemos aprender cómo se verá ese mundo futuro en los países que van más avanzados hacia ese nuevo orden distópico.

Los jóvenes se rebelan contra el nuevo orden mundial de maneras poco convencionales.

Inspirados por George Orwell y Aldoux Huxley, las élites mundiales han querido convertir al mundo actual en un mundo literario. Pero hay un problema. El mundo real no se acomoda a la realidad literaria.

China ya tiene CBDC en fase de experimentación.  Ya tiene sistema de crédito social y control autoritario absoluto. Y es lo que podríamos llamar una sociedad avanzada en los planes de las élites.  ¿Cómo es la vida ahí?

Los jóvenes han visto a sus padres sufrir por el sistema, y no quieren seguir el mismo camino.

Siendo hijos únicos, los padres deben hacerse cargo de 4 ancianos (sus padres) y el bebé.  Deben encontrar una casa en un barrio donde puedan tener acceso a buena educación y eso encarece la vivienda. 

Cuando los empleos empezaron a irse de occidente hacia China, uno podía dar un poco más en el trabajo para ir obteniendo un ascenso.  Pero a como todos los demás empiezan a competir, ya ese esfuerzo extra es la norma.  Sin una historia como la europea que impone estándares de jornada laboral, por razones científicas e históricas, Jack Ma puso la jornada 996.  Trabajar de 9AM a 9PM (12 horas) por 6 días a la semana.  Los padres deben trabajar esa jornada o más, sin pago de horas extra, y encima llevar a los niños a actividades extracurriculares, porque a la hora de evaluar el mérito del estudiante se evaluará su registro de esas actividades extra clase para tener acceso a oportunidades.  Eso ha creado todo un negocio alrededor esas actividades extra clase.  Y eso, por supuesto, cuesta mucho dinero, y cuesta tiempo de sus padres que deben acompañar a sus hijos a ello. Y al llegar a casa queda todas las tareas de oficio doméstico, como limpiar, lavar y cocinar.  Es una vida acelerada y frenética.  ¿Y todo para qué?

Las oportunidades de volverse millonario no existen en las fábricas.  En las oficinas corporativas realmente no ocurre mucho tampoco. Lo mejor es ser oficial de gobierno e ir escalando posiciones burocráticas en el partido para tener más puertas abiertas que el resto de la gente.  Es que a pesar de haberse occidentalizado, China sigue teniendo esa cultura de usar influencias personales para subir peldaños.  Trabajan y trabajan, pero los premios no llegan.  Es una competencia donde hay demasiados competidores.

Esto ha causado que casi no haya empleados fabriles capacitados.  Y eso ha hecho que el gobierno haya impuesto educación técnica en algunos colegios.  Contrario a occidente, en China aprender esas habilidades es una degradación social.  Significa que los hijos vendrán de un centro educativo para preparar trabajadores de fábrica, y no trabajadores corporativos o importantes cargos públicos.

Eso ha causado protestas, donde los padres son tratados como agitadores a nivel mediático.
 

La escalera de ascenso social no aparece. ¿Qué pasa cuando miras la escalera aceptar uno o dos y tú estás atrás en la multitud?  Miras tus pocas posibilidades, las pocas oportunidades, miras a tus padres que trabajaron durísimo y no llegaron a ser ricos, de hecho no han avanzado ni un ápice en lo económico.  ¿Tiene sentido vivir así, siempre en carrera?

De allí surge el movimiento Tan Ping (lying flat en inglés) que consiste en vivir sin obligaciones, de manera austera, al mínimo, sin consumismo y sin gastos, y disfrutar la vida. 

Si el tiempo es dinero y tus padres no pudieron ni darte tiempo ni tampoco conseguir más dinero, esa es la opción lógica.
 
El gobierno trató de aplastar el movimiento, censurando todo.  Pero todo ha ido a peor.  El gobierno ha aprobado que la gente tenga 3 hijos y no uno.  Pero sin tiempo y sin dinero y sin un panorama claro del fturo, muchos no están tomando esta vía.  La curva demográfica ya muestra un estancamiento en el número de habitantes.  Una crisis demográfica en un país que quiere ir de vuelta a tener más trabajadores fabriles, pues ese fue el modelo que le hizo crecer en el pasado en los 1980.

Los jóvenes chinos recibieron un mensaje de los políticos: "Nosotros haremos lo que queramos y tú no puedes hacer nada" y entonces los jóvenes chinos, con gran lógica dijeron "muy bien, entonces no haremos nada" que es la base del movimiento de quedarse acostado.

Si ya el Tan Ping atentaba contra la deseada productividad, el Bai Lan es aún peor.  

En un ambiente donde no se puede criticar, no se puede exigir una realidad mejor, y tratar de mejorar el mundo trae consecuencias negativas, entonces la actitud de los jóvenes ahora es dejar que todo el sistema se pudra.  Es que ya antes era difícil surgir, pero con la pandemia todo ha empeorado.  Con un desempleo del 18% y en un entorno donde de pronto eres desechable si hay crisis, no te identificas ni te pones la camiseta de la empresa.  Cuando te das cuenta de que eres una persona desechable en una organización, ya no te importa lo que ocurra con la organización.

¿Cuáles son los principios del Bai Lan?

Si trabajas duro, no ves más dinero y tener un negocio secundario tampoco va bien.  El resultado no es dinero, pero sí mucho cansancio. Luego descubren que la vida no se disfruta más con más dinero. Y es imposible comprar carro o casa con sólo un salario.

Al igual que el Tan Ping, el Bai Lan tiene en común varias cosas:

 Tan Ping es una vida sin deseos, nada de carro o casa o pareja o familia, trabajando en empleos de poca paga o no trabajar.   El iniciador del movimiento vivía con $31 (200 RMB) al mes y decía "estar acostado es justicia".   Vives matando el tiempo, sin planes, y sin preocuparte por el futuro.  Nada importa y uedes dejar todo tirado.  Afirma que muchos ya están en este estilo de vida pero no lo saben.

El gobierno chino ha dicho que los jóvenes deben renunciar al Bai Lan para vivir bajo las expectativas de lo que el partido espera de ellos para lograr una vida gloriosa con juventud y trabajo duro. Dice además que el Bailan no es deseable, que lo que falta es esforzarse con una mentalidad con los pies en la tierra. El gobierno en mayo de 2022 ha dicho que la juventud debe establecer grandes ideales e incorporar los sueños de los jóvenes en el cuadro completo de la nación y la gente. 

En otro comunicado, se "analiza" esta tendencia entre los jóvenes. Habla de que se trata de un "problema sistémico" con recursos limitados y deseos ilimitados, y asegurando que si no hay un sistema de distribución que la gente esté dispuesta a seguir, habría una competencia sangrienta y brutal, una jungla donde todos compiten contra todos. Obviamente el que escribe eso no sabe nada de macroeconomía.

Lo que tendrían que hacer es crear una amplia clase media con bajísimo desempleo de 3% a 4% con jornadas de 8 horas, prohibiendo que haya salarios muy desiguales que dañen el poder adquisitivo de los más pobres..El salario entre las personas de 18 a 24 años es de 18%.  Incluso gente con PhD de prestigiosas universidades compite por puestos de empleado raso.  Y si decides trabajar como informal, te confiscan lo que tengas.

Se dijeron otras cosas más, pero van por la misma línea.

No es que la gente no quiera una vida normal, es que la sociedad que diseñaron los poderosos no lo permite.  El esfuerzo no lo vale. No puedes obtener un ascenso, no puedes durar en tu empleo, no puedes comprar coche o un piso.  Eso hace que haya muchos solteros, como 200 millones, porque si no tienes casa, no habrá matrimonio y una pareja de casados con dos salarios apenas pueden pagar una hipoteca. Ni hablar de tener hijos.

Y la pandemia no ayudó.  Con policías que se meten a tu casa y te sacan las cosas bajo argumento de cuidar la salud, ya ni siquiera tus cosas son tuyas.  Y cuando la policía te amenaza dice que lo que hagas afectará a 3 generaciones, y los jóvenes responden que serán la última generación.

Trabajar duro y seguir las reglas no sirve para un buen futuro.  Las tasas de natalidad han caído a 0.7 per cápita.  Los jóvenes decidieron no meterse a la carrera de hamsters en la rueda de la jaula.  Decidieron vengarse contra el sistema, quitándole al sistema lo que más le duele.  Quitarle los futuros trabajadores y la productividad.

Normalmente se hubiera creído que con la gente empobrecida sin derecho a quejarse, ni a sugerir mejoras, estarían suplicando por empleo, esclavizados.  Pero no es así.  La censura y la violencia sólo sirven cuando causa miedo y control. Pero los jóvenes no tienen miedo.  Ellos saben que pueden ser maltratados, pero el sistema no podrá ganar.

¿Qué haría falta para que China pudiera darle a los jóvenes lo que quieren?  Tendrían que bajar el desempleo a 3% o 4% sin maquillaje numérico.  Tendrían que crear una amplia clase media de modo que sea prohibido que los salarios más altos superen 3 veces a los salarios más bajos.  Tendrían que ordenar que sólo una persona por grupo familiar trabaje, para que los demás puedan cuidar de lls ancianos y niños, y eso haría aumentar el poder adquisitivo de los asalariados, aunque los patronos no estarían muy contentos.  El éxito y la prosperidad serían "sistémicos".  Pero los políticos no saben nada de macroeconmía y por ello no comprenderían esa sugerencia. 

Pero eso no va a ocurrir.  Ya los jóvenes anunciaron que serán la última generación.  Es que a los niños se les trae para que sean felices.

El sueño de las élites de que un cerebro humano diseñado para pensar y hablar, ni piense ni hable, y se le controle con sistema de crédito social, pueda convertirse en el sueño orwelliano y el futuro de Un Mundo Feliz, es sólo una aspiración literaria, porque en el mundo real las cosas son más complicadas que en una novela, y el mundo real no se deja domar por las aspiraciones controladoras de personas llenas de inseguridades.

Si el modelo que pretenden replicar las élites de occidente en nuestros países, van a enfrentarse a muchos problemas.  .Es que los estadounidenses, los europeos, y los latinos no son tan colectivizables.  

Y los asiáticos fáciles de colectivizar ya tocan fondo y se rebelan de esa manera.  El nuevo orden mundial es un desastre que presagia desesperanza, pero el espíritu humano mp cede ante la desesperanza.  Ya María Antonieta perdió la cabeza frente a los sin esperanza, y la dinastía Qin que persiguió a los intelectuales, acabó siendo derrocada por los analfabetos.

El control total sólo existe en las novelas de ficción literaria.  De otro modo, si se fastidia a la gente, se logra repetir episodios de la historia humana que riman.

Y si creíste que son los últimos tiempos y que todo está perdido, porque te lo dijeron en la iglesia, te cuento unos detalles:

Y si creíste los cuentos esotéricos de bárbaros salvajes adoradores del mal que empujaron con sus hechicerías el hundimiento de Atlantis hace 13 mil años, por alterar el orden sobrenatural, también te tengo noticias.

¿Qué miramos entonces en esta distopia de nuevo orden mundial?  Una hoja en blanco para escribir la historia.  

Ya en el pasado al terminar la edad de bronce hubo algo similar.  Un mundo civilizado globalizado con altísimos niveles de planificación nacional, comercial e ingeniería, desaparecieron en unos pocos años, menos de lo que dura una vida humana.  Y pasaron de una avanzada civilización, a la barbarie.

Si pasó ya una vez, puede pasar de nuevo. Pero eso ya no es bíblico, eso es histórico solamente.  Alguno de los tantos "antichrist wannabe" (aspirante a anticristo) podría estar actuando, pero no es el fin del mundo.  Y si lo fuera, su reinado sólo duraría 7 años.

Las élites creen que la economía es acerca de dinero, y no como dice la definición "la administración de los recursos" y creen que si controlan el dinero, controlan los recursos.  No es así.  Las personas y la macroeconomía nunca obedecerá a los afanes controladores de gentes que quieren ajustar el mundo real a un modelo, y no al revés.

Tener una segunda era de bronce suena menos apocalíptico.  Pero yo sospecho que los jóvenes, rebeldes como siempre, se rebelarán.