En estos tiempos de crisis, donde cada uno está por su propia cuenta, donde cada uno vive o muere sin que haya una red de seguridad, sin que haya un sentido de comunidad ¿cómo podemos imaginar un mundo distinto? Podríamos aprender del algoritmo de la colonia de hormigas. Las hormigas pueden enseñarnos mucho en materia de organización social, de economía, e incluso de la manera en que debemos ver al prójimo.
Cuando hablamos de informática, hay muchos tipos de problemas y hay muchos tipos de soluciones. Los algoritmos son aplicables a muchos tipos de problemas que suelen tener un planteamiento similar. Uno de estos algoritmos es el de la "colonia de hormigas".
Estigmergia y el algoritmo de la colaboración
La mayoría de nosotros hemos visto que las hormigas son expertas en encontrar comida. Resulta que ellas marcan el camino con feromonas que se evaporan en el tiempo, y mientras más marchan por el mismo camino más se llena el camino de feromonas. Esas feromonas hacen más atractivo ese camino a las demás hormigas, que tienden a irse por ese camino también, lo cual refuerza aún más ese camino. Cuando las hormigas regresan, usan la ruta más directa y dejan la feromona en el camino. Así, aunque a la ida usen distintas rutas, al regreso se vendrán por la ruta más directa. Es así que la ruta más corta se refuerza. Cuando una ruta deja de ser transitada, las feromonas se evaporan hasta que ya no hay camino trazado.
Sin usar palabras para pasarse el chisme, ellas usan un tipo de comunicación química entre ellas, lo que las convierte en "químicamente chismosas". Lo interesante de esto es que una sola hormiga tiene limitaciones cognitivas, pero entre todas logran encontrar la mejor ruta entre el hormiguero y la mejor fuente de comida.
Esencialmente el algoritmo de rutas se basa en dejar rastros y el atractivo de las rutas, de modo que cada hormiga va construyendo una pieza de la solución. La evaporación de la ruta juega un rol al evitar quedarse pegados en soluciones determinadas locales. Los lugares más lejanos suelen tener caminos más fuertes que los lejanos. Este algoritmo tiene muchos usos para fijar itinerarios o para analizar comportamientos de máquinas o sistemas de distribución de productos con recursos limitados, pero el más evidente uso de este algoritmo es para trazar rutas casi óptimas para vendedores.
Hay muchos algoritmos que claman ser de este tipo, y el único requisito para que lo sean es que sigan el principio de la "estigmergia" (stigmergy) donde hay colaboración entre distintos agentes independientes, en una forma de organización donde la colaboración juega un rol clave para sostener el bienestar de una comunidad. Cuando vemos cómo algunos agentes o sectores de la sociedad tratan de sacar ventaja y sumergir en la miseria o la falta de servicios básicos para el ser humano, nos resulta claro que el ser humano aún no ha aprendido lo que significa la "estigmergia", la colaboración.
En una fábrica o en una empresa, donde ponen a competir a los vendedores o a los operarios, o a los agentes de un call center, o a cualquier otro tipo de trabajador en otro tipo de puesto, en realidad están desaprovechando el potencial de alcanzar niveles casi óptimos que ofrece una estigmergia.
Irónicamente hay personas a las que se les llama "antisistema" por el simple hecho de que no gustan de un sistema con organización y sin estigmergia, porque las formas de organización benefician a unos pocos y perjudican a todos los demás. Tal vez deberíamos aprender un poco de las hormigas.
Si bien las hormigas no son el ejemplo perfecto, pues sus cerebros son inmensamente más pequeños y carecen del poder informático de nuestros cerebros sí nos dan una importante lección, señal de que no vale tanto tener el hardware (cerebro) sino que se trata de ponerlo a funcionar, para darse cuenta de que si buscamos las soluciones en la complicación nos perdemos de la simple solución encontrada por las hormigas hace millones de años, lo que convierte nuestra complicada solución en obsoleta.
La dinámica del bienestar colectivo de las hormigas
Las hormigas como colectividad han encontrado una manera de fomentar un bienestar para la mayoría. La humanidad en cambio tiene 1 de cada 7 personas (World hunger 'hits one billion') padeciendo hambre mientras 1/4 de la producción de granos e EUA se usa para alimentar automóviles (Data Highlights: U.S. Feeds One Quarter of its Grain to Cars While Hunger is on the Rise) y mientras se desperdicia comida en supermercados en EUA y Europa suficiente para alimentar a la población mundial por días (Food waste facts). Con el agua que se desperdicia durante el proceso de irrigación agrícola habría suficiente agua para una población mundial de 9 mil millones.
¿Tienen los que están a cargo del sistema social humano una inteligencia mayor, igual o menos a la que tienen las hormigas? Mi post anterior acerca de Democracia y la Monkeysphere nos puede arrojar una pista acerca de aspectos que podrían estar afectando la capacidad de colaborar. ¿Será que con estos cerebros tan enormes somos más cortos de intelecto que las hormigas en materia de "inteligencia colaborativa"?
Las hormigas no hacen el trabajo por un salario, ni se les paga mal, ni tienen problemas de diferencias de ingresos por género ni por tipo de trabajo, ni se les explota, ni nadie les quita su techo porque no pagaron una hipoteca, ni tienen paro mientras que otros están sobrecargados de trabajo, ni tienen crisis económicas, ni ricos, ni pobres. Simplemente trabajan para una comunidad, usando un cerebro muy pequeño que debe permitir un pensamiento muy estrecho y limitado, pero muy bien adaptado para sobrevivir en sociedad. Viven más como una familia que no tiene muy gran intelecto pero sí una gran capacidad de trabajo.
Las hormigas no abandonan a los enfermos, por el contrario, a falta de un sistema de salud, las hormigas que se saben enfermas se sacrifican y abandonan el hormiguero para no enfermar a las demás. Un estudio en la revista Current Biology apunta que las hormigas de la especie Temnothorax unifasciatus al saberse enfermas, abandonan la colonia aunque eso signifique su muerte en solitario, para evitar que se extienda la enfermedad en la colonia. Es la primera vez que un comportamiento altruista es encontrado en los insectos sociales. El estudio fue realizado por Jurgen Heinze y Bartosz Walter. Expusieron a individuos de una colonia al hongo parásito Metarhizium Anisopliae. Las hormigas abandonaron la colonia varias horas y a veces días antes de morir, de forma completamente voluntaria. Imagina cómo serían si tuvieran un sistema de salud.
La reina de las hormigas no es ninguna privilegiada que se la pasa de holgazana haciendo nada, gozando de viajes, lujos y privilegios sociales, sino que ella también trabaja duro de manera muy sedentaria y encerrada todos los días en el trabajo que le toca que es ser una madre en parto constante, y no una reina, ni una princesita Disney. Antaño se ha querido representar a la reina como una reina, cuando en realidad debería representársele como una madre trabajadora en su labor por el bien de la comunidad.
Análisis sociales de las hormigas sesgados hacia lo humano
Los análisis sociales de las hormigas suelen estar muy teñidos de lo humano, porque se habla de hormigas reinas y de trabajadoras, donde se establece el trabajo físico como algo humillante e inferior, y donde la explotación laboral parece justificable, una idea terriblemente feudal. Lo cierto es que las hormigas viven y trabajan sin que haya dinero de por medio, todas comen, todas tienen techo. ¿Acaso nosotros cuyo cerebro es muchísimas veces más grande que el cuerpo de una hormiga deberíamos se capaces de ser más civilizados que las hormigas?
Si ves los análisis que hacen los informáticos del algoritmo de la colonia de hormigas, el sesgo social humano desaparece, pues se trata con un algoritmo. El análisis informático que se hace del algoritmo es más objetivo, porque habla de la colaboración entre hormigas para encontrar entre todas una solución a un problema que una hormiga sola no puede encontrar. ¿Y qué pasa con el clasismo de la cuestión de reinas y trabajadoras? ¿Y qué pasa con el "trabajo humillante" (como lo definía el vago André Kostolany, especulador y experto en bolsa reconocido mundialmente, y del cual hablo en mi post Avaricia: La cultura del vago y el pedigüeño)?
Al no existir dinero, no hay negocios que se beneficien del mal de otros, no hay unos que trabajan y otros que reciben el fruto del trabajo ajeno, no hay finanzas, ni bolsa, ni especulación, ni egoísmo, ni vividores, ni tampoco existen "los mercados" (un grupo de adinerados capaces de causar bandazos de precios), no hay desempleo ni hay explotación, no hay estrés, no hay adicciones, no hay crimen, sólo hay trabajo en equipo por la comunidad/familia, a cambio de techo, protección y comida.
Su conducta es tan simple y eficaz que resulta más fácil de modelar informáticamente que las finanzas. Los resultados de las complejas finanzas humanas arrojan guerra, narcotráfico paro, pobreza y hambre. La simplicidad del algoritmo de las hormigas lleva a tener una forma de existencia más sostenible. ¿Para que hacer una tormenta en un vaso de agua con tanta complejidad, si el secreto de la sostenibilidad social y económica está en la simplicidad?
Realmente a nivel informático no es relevante si el trabajo es o no humillante, pues las hormigas tienen un propósito que cumplir y que favorece a su comunidad, y así la informática mira a las hormigas con un ojo más objetivo, que muestra la colaboración, en lugar de tratar de encontrar en las hormigas explicaciones y justificaciones rebuscadas en las hormigas a comportamientos disfuncionales humanos que promueven la desigualdad y la miseria humana, son todo lo opuesto de la actividad de las hormigas que logra la sobrevivencia eficiente y sostenible de la colonia.
Sí, las hormigas son muy trabajadoras, como se dice de los chinos, pero a las hormigas no les pagan mal, no viven en una chabola, no pasan hambre, no les explotan sino que trabajan y colaboran instintivamente por voluntad de sobrevivir, no tienen esclavitud, no viven pensando en pagar cuentas porque no usan dinero. Las hormigas no son chinos, ni tampoco funcionan como aquellas fábricas que explotan a la gente. A difreencia de los chinos, las hormigas no aspiran a ser "jefes". Por lo tanto la comparación con los chinos tampoco es válida.
¿Cómo funcionarán las "finanzas" de las hormigas? ¿Se cumple aquella idea de que el dinero es lo que mueve al trabajo? ¿Será que la reina pone a competir a las hormigas a ver cuál tiene mejores métricas en comida y les da un bono anual por desempeño? ¿Cómo hacen para combatir el hambre, la pobreza y la miseria dentro del hormiguero?
La idea de un hormiguero humano disgusta a aquellos que quisieran vivir mejor que los demás y trabajar menos, que es la idea del éxito que los medios y la sociedad nos han metido en la cabeza. Esa idea de andar todos iguales, de trabajar duro, suele ser vista más como cosa para esclavos o robots autómatas. Esto es porque hay unos que quieren vivir mejor que otros y nos pintan ese odioso cuadro de las hormigas, para que no les volvamos a ver. Afortunadaente a la informática poco le importa eso, y describe el algoritmo como colaboración, y termina funcionando igual que las hormigas.
Si alguna vez pensamos vivir en colonias espaciales o en otros planetas, la convivencia es clave. Y si no logramos convivir, y pensamos que en el espacio cada uno va por su cuenta, estaremos muertos. Tendríamos que vivir y aprender un poco más del estilo de vida de las hormigas.
Si vivimos en Marte o en la Luna, donde no hay atmósfera o es muy tenue, de hecho las colonias tendrían que ser subterráneas, pero no basta la tecnología para construir el hormiguero. Se ocuparía del mismo tipo de organización social de las hormigas si hemos de sobrevivir por muchos años en un sitio inhóspito como ese.