Las subidas bursátiles de hoy se deben, probablemente, a uno de los últimos coletazos generados por las negociaciones y posterior acuerdo entre Grecia y las Instituciones.
La Bolsa de Atenas ha subido cerca de un 10%, liderada por sus bancos. La rentabilidad de la deuda griega en el mercado secundario también ha experimentado una gran mejora. Los activos griegos han incorporado hoy a sus precios los avances producidos desde la cumbre del Eurogrupo del viernes por la tarde, al ser festivo ayer en Grecia.
Desde Europa se ha dado el visto bueno a la lista de reformas que ha enviado el Gobierno griego, por lo que se procede al último paso para materializar la prolongación de los créditos inherentes a los rescates (algunos países precisan de la aprobación en sus Parlamentos nacionales).
La agenda de medidas que ha presentado Grecia no es demasiado concreta, y pivota sobre una cuestión estratégica: la lucha contra el fraude fiscal en distintas áreas, que, junto con ciertas reformas fiscales, generarán los fondos, según los planes del Gobierno griego, para financiar políticas económicas de carácter humanitario y otra serie de gastos que permitan reducir la austeridad. El problema más claro que se desprende es que el aumento de los ingresos por estas vías no es en absoluto seguro. Otras medidas, como la vuelta a las privatizaciones, o la discusión de la subida del salario mínimo, suponen pasos atrás sobre lo anunciado durante las últimas dos semanas. Otras cuestiones acordadas el viernes, como la devolución íntegra de las deudas, la no toma de decisiones unilaterales o la monitorización continua por parte de las Instituciones, vienen a completar la estructura de las contraprestaciones.
Dentro de cuatro meses (si todo va bien, y Grecia va cumpliendo satisfactoriamente los mínimos acordados), estaremos en un escenario relativamente parecido al que dejamos atrás, ya que se tendrá que negociar una nueva hoja de ruta, probablemente más profunda y definitiva que la que va a regir ahora.
Pero hasta entonces, y a partir de hoy, el catalizador heleno perderá mucha fuerza, y permitirá que las Bolsas prioricen otros factores. Haciendo balance del efecto que la cuestión griega ha tenido sobre los mercados europeos, se aprecia que, después de todo, la victoria de Syriza no ha provocado ninguna catástrofe.
El Ibex 35, por ejemplo, cotiza en estos momentos un 5% por encima de los niveles que presentaba justo antes de la victoria de Syriza el pasado 25 de enero, y un 3% por encima de los niveles mostrados antes de que el anterior Primer Ministro heleno, Samaras, anunciase la votación de un nuevo Presidente del Parlamento el 9 de diciembre, votación que a la postre provocó un cambio de Gobierno. El Índice de Atenas, también se encuentra por encima de los niveles previos al 25 de enero, pero muy por debajo de los que presentaba antes del 9 de diciembre (casi un 15% por debajo). Otros índices europeos, como el DAX alemán o el MIB de Milán, han tenido un comportamiento sensiblemente más alcista desde diciembre.
Estas subidas se han acelerado en tres momentos claves: con la renuncia de Varufakis en un entrevista en Financial Times a aplicar quitas a las deudas; con el fracaso de la reunión del Eurogrupo del lunes pasado (tras el cual se siguió mostrando una clara determinación en llegar a un acuerdo), y con la confirmación de éste el pasado viernes (en la sesión de ayer y de hoy).