Las bolsas mundiales se estaban recuperando durante los últimos días de los shocks ocasionados por el posible fin de las inyecciones monetarias en EE. UU., y las tensiones en el sistema interbancario chino. Las declaraciones de distintos miembros de la FED, matizando las palabras de Bernanke, y las medidas facilitadoras de liquidez a algunos bancos chinos estaban permitiendo que las bolsas volvieran a su rango de consolidación previo.
En este contexto, en el que los temores seguían presentes, con las protestas sociales en Egipto tensando la cotización del petróleo, los viejos problemas de la Eurozona han reaparecido.
En Portugal, la reciente dimisión del Ministro de Finanzas, motivada por la presión social y la dificultad de cuadrar las partidas de ajuste en el presupuesto (con impedimentos legales del Tribunal Constitucional), ha puesto en peligro la permanencia del Gobierno de Coalición. El Ministro de Exteriores también ha presentado la dimisión, al no estar de acuerdo con el nombramiento de la Secretaria de Estado del Tesoro como nueva Ministra de Finanzas, implicada en una polémica relacionada con el uso de derivados financieros en empresas públicas. De esta forma, la rentabilidad de la deuda portuguesa está subiendo con fuerza, provocando caídas de doble dígito en la cotización de los bancos del país, y contagiando al resto de la deuda periférica. Tampoco resulta positiva la situación en Grecia, que podría haber recibido un ultimátum para comprometerse a aprobar nuevas reformas en el sector público, complicándose de esta manera el acuerdo entre el país y la Troika para continuar disponiendo de los fondos del rescate.
El cierre de los índices europeos muy lejos de los mínimos de la sesión es una noticia positiva.
Mañana tendremos reunión del BCE, en un día festivo en Wall Street. Considerando los últimos focos de tensión en la Eurozona, y la tendencia de declaraciones de miembros del BCE durante las últimas semanas (todas apuntando a la continuidad en el largo plazo de la actual política monetaria, con posibilidad de hacerla más laxa), es probable que Mario Draghi, en contra de lo sucedido tras la reunión de junio, adapte su discurso al gusto de los mercados, y haga todo lo posible por no decepcionar mañana, aún en ausencia de medidas concretas, que es la hipótesis más plausible.
El viernes conoceremos el dato de creación de empleo de EE. UU. en el mes de junio. Las referencias adelantadas que hemos conocido hoy (dato semanal, consultora ADP, partida de empleo de ISM de Servicios) apuntarían a una creación de empleo por encima de lo esperado. Sin embargo, es imposible prever la reacción de las bolsas a un dato positivo, con el fantasma de la posible reducción de los estímulos planeando.