Las bolsas europeas estallaban al alza tras conocerse la inesperada bajada de tipos del BCE, hasta dejarlos en un cuarto de punto, su mínimo histórico.
Tan sólo 3 analistas del total de 70 que componen el panel de Bloomberg vaticinaban una bajada de tipos hoy (menos del 5%). El escenario central pasaba por un mantenimiento de los mismos, y una insinuación en el discurso posterior de la posibilidad de consumar la bajada en un futuro cercano (la mayoría de analistas pensaba en la próxima reunión de diciembre).
Sin embargo, lo que finalmente ha precipitado la decisión ha sido el desplome de la inflación en octubre.
En la rueda de prensa, Mario Draghi ha reconocido que no esperaban un descenso tan marcado de la inflación, y que, pese a no existir peligro de deflación, la inflación se mantendrá baja en un período prolongado. La Comisión Europea vaticinaba el pasado martes que el incremento de los precios en la Eurozona no traspasaría el 1,5% hasta 2015, circunstancia que ha llevado a que todos los miembros del BCE estuvieran de acuerdo en actuar; si bien, han existido divergencias a la hora de elegir el momento, optando la mayoría por bajar los tipos en el día de hoy (decisión que no se ha tomado por unanimidad).
El resto del discurso del Gobernador de la Institución ha resultado ser un calco de los últimos. Sobre la posibilidad de asistir a nuevas subastas LTRO, Mario Draghi ha señalado que no se ha debatido tal posibilidad, si bien, sí que se ha mostrado más dispuesto a pasar a negativa la tasa de depósitos bancarios, asunto olvidado durante las últimas reuniones.
Con la decisión de hoy, el BCE da un paso más en su política monetaria. No resulta improbable que, tras esta medida, Draghi haya alcanzado el cénit expansivo de su mandato, y se haya agotado el espacio para nuevas medidas encaminadas a ayudar a los países periféricos.
Las tres bajadas de tipos de interés, el programa LTRO y, sobre todo, el programa OMT constituyen los principales hitos del mandato de Draghi, medidas todas ellas ad hoc para paliar los problemas financieros de la Europa Periférica.
Los efectos de esta última bajada de tipos sobre la economía real no serán grandes. Frenar la escalada del Euro (que resta competitividad a las exportaciones europeas, palanca estratégica del crecimiento económico continental), y contribuir a que las rentabilidades de la deuda y el Euribor desciendan unas décimas, son los efectos moderadamente positivos de esta decisión.
Antes de que comenzase la rueda de prensa de Mario Draghi, conocíamos que el PIB de EE. UU. en el Q3 quedaba muy por encima de lo esperado: +2,8% frente al +2% esperado. Tras conocerse el dato, las bolsas comenzaron a relajar las subidas, al considerar que el hecho de que la economía americana gane impulso adelantaría el tapering por parte de la FED. Hace poco más de una semana, los mercados, especialmente la cotización del Dólar, estaban descontado que la reducción de las inyecciones monetarias no comenzaría antes de marzo del próximo año.
A medida que han transcurrido los minutos, este dato positivo del otro lado del Atlántico, ha ido ganando peso frente a la bajada de tipos, llevando a las bolsas a los números negativos, lo que pone de manifiesto que en el período de calma en que vivimos, el principal catalizador de los mercados internacionales reside en la política monetaria de la FED.
Los futuros del Dow Jones de Industriales, que ayer marcaba un nuevo máximo histórico, se desinflaban un 0,3% desde la publicación del dato hasta la apertura de Wall Street.
Mañana conoceremos el dato de empleo de EE. UU. del mes de octubre, y sabiendo cómo se ha tomado el mercado el buen dato de PIB de hoy, cabe esperar una mala respuesta si la lectura queda por encima de los 120.00 esperados.