Hola Amigos,
Me gustan las sorpresas, y mira por donde me llega un mensaje de Jorge del Canto que en un articulo sobre la diversicacion financiera nos nombra en la revista de Inversión y Finanzas.
Gracias Jorge,
Os dejo el artículo (Link al Articulo)
El riesgo se puede interpretar como una medida de incertidumbre sobre el resultado final de una inversión y su relación con el rendimiento esperado. Desde que Harry Markowitz (Premio Nobel en 1990) publicara en 1952 con solo 25 años de edad su teoría fundamental de asignación de carteras bajo incertidumbre, la relación entre rentabilidad, volatilidad y correlación cobró una nueva dimensión que llega hasta nuestros días.
La diversificación como medio para lograr la mejor relación entre la rentabilidad y el riesgo asumido, adaptado al perfil, objetivo y horizonte temporal de inversión para cada inversor, demuestra ser el tratamiento más eficaz contra el riesgo de mercado. Reduce la probabilidad de que un conjunto de decisiones de inversión ocasione pérdidas y atenúa la dimensión de estas en caso de producirse.
Pero no siempre se aplica de forma correcta el principio de diversificación. En muchas ocasiones me he encontrado con propuestas de inversión que no solo se mantienen en un único estilo de inversión, sino que además se trata del mero reparto entre distintos activos expuestos al mismo mercado. Son decisiones ajenas al concepto de descorrelación entre inversiones y su evolución individual es muy dependiente del resto de instrumentos de inversión.
Como bien dice mi amigo Enrique Roca, “una buena diversificación es aquella en la que siempre hay algo que va mal”. Sin duda que es la mejor garantía de que siempre haya algo que va bien. En esa frase sintetiza que no solo se debe distribuir la inversión entre distintos mercados, estilos o tipos de inversión, sino que se debe procurar incluir activos cuya evolución no esté ligada o relacionada con el resto, a ser posible con independencia de todos y cada uno de los elementos de la cartera.
En renta fija, además de la exposición a distintas emisiones de deuda pública o crédito privado, con diferentes plazos y duraciones, incluso en estrategias bajistas de valoración de emisiones, siempre se puede escoger la divisa o la filosofía de remuneración, como los bonos de interés flotante que se adaptan a las fluctuaciones de estos, tipo fijo o tasa de interés ligado a la inflación.
Dentro de la renta variable que puede componer una parte mayor o menor en una cartera, se puede repartir entre distintos sectores y zonas geográficas, estilos de inversión como el llamado “value investing” o los que buscan una alta remuneración por dividendo. Pero también se pueden encontrar alternativas no relacionadas con las acciones o los índices.
La semana pasada mencioné la vinculación al mercado inmobiliario a través de fondos de inversión, bien directos en inmuebles o en empresas cotizadas del sector, como un elemento en cierto modo descorrelacionado con las bolsas de valores.
Hay fondos sobre activos de un mercado específico que gracias a su estrategia y estilo de inversión, incluso se separan de la evolución tendencial o cíclica de los elementos que se cotizan en dicho mercado. Un ejemplo sería el fondo Esfera Seasonal Quant Multistrategy, gestionado por Víctor Hernández y asesorado por Gregory Placsintar, que se fija en los mercados de productos agrícolas y de materias primas, con una volatilidad muy inferior a la inherente a ellos, un mayor grado de seguridad y una notable descorrelación con cualquier tipo de inversión. El fondo realiza varias estrategias, normalmente con divisa cubierta, sobre distintos activos de sus mercados de referencia. Entre ellas están el arbitraje entre la estacionalidad de los precios, la diferencia de calidad de las producciones de distintas zonas geográficas o el tratamiento de las volatilidades presentes en el mercado.
Parece complicado, pero es más sencillo de lo que se supone y, aunque se puede replicar de forma autónoma, tal y como han demostrado sus gestores en los últimos ocho años, gracias a la inversión colectiva se optimiza el uso de los recursos para que, más allá de la falta de correlación general de sus posiciones, aún se logre una mayor y mejor diversificación entre distintas estrategias y productos que a su vez están descorrelacionados entre sí. Es una diversificación al cuadrado.
Pregunte a su intermediario por este instrumento o por otros ajenos a la evolución de su cartera y, sobre todo si tiene incertidumbre sobre el crecimiento económico, la dirección de los tipos de interés o de la renta variable, no dude en incorporarlos a su catálogo de inversiones.
Jorge Del Canto.
www.escueladeacciones.com
En twitter: @JorgeDelCanto1