Vemos en el libro "FOUR" un símil muy interesante sobre el paralelismo entre grandes gigantes tecnológicos y partes de la anatomía humana. En la obra se explica que "Google le habla al cerebro y lo alimenta ampliando nuestra memoria hasta un grado casi infinito".
Google destaca por "buscar atajos", por su "fuerza bruta de procesamiento ultrarrapido" y por su capacidad de ofrecer información en menos de un segundo, cantidad de tiempo que contrasta con lo que nos llevaría buscar información en una "polvorienta biblioteca".
Destacamos esta frase: "No sabemos cómo funciona el algoritmo de Google, pero confiamos en él hasta el punto de apostar nuestras carreras, e incluso nuestras vidas, en función de sus respuestas". El buscador, además, "es todo lo contrario a una empresa de lujo" ya que trata por igual "a ricos y pobres".
Seguimos con la obra: "Si Google representa el cerebro, Amazon es nuestro vínculo entre nuestro cerebro y nuestros dedos adquisitivos (es instinto de cazadores-recolectores que nos lleva a hacernos con el mayor número de cosas posible)".
Facebook, según el libro, "apela a nuestro corazón" al conectarnos "con nuestros familiares y amigos" y, "a diferencia de Google", esta red social "es el tejido colectivo del mundo" y "tiene que ver con nuestros sentimientos".
Y es que, tal y como la Ciencia ha demostrado, nuestra falta de cercanía con familiares y amigos contribuye a la depresión y acorta la vida. ¿Y lo contrario? Nos dota de identidad y nos ayuda a sentirnos "aceptados y amados".
Apple, según el citado libro, es una marca de lujo que "apela a nuestra necesidad de ser sexualmente atractivos" y ha granjeado a su empresa "un estatus de culto" que se acerca a "la lujuria". Apple, al igual que otras marcas VIP, dice implícitamente que "te convertirá en alguien mejor que tus competidores sexuales: elegante, brillante, rico y apasionado".