Para analizar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2015, hay que poner en contexto las previsiones con las que trabaja el Gobierno, pero estas son tan imprecisas que son difíciles tomárselas en serio. Por tanto, mi propósito es ir desgranado el escenario macroeconómico con el que trabaja el Gobierno y confrontarlo con los PGE de 2015.
En el último informe del Ministerio de Economía sobre el programa de estabilidad 2014-2017, remitido a las autoridades europeas, sus conclusiones son poco creíbles. Por un lado, habla de recuperación económica gracias a la demanda interna, avance del empleo, y a la demanda externa dada la mejora de productividad y eficiencia de la economía española. ¿Qué bonitas palabras verdad?
Demanda interna española
Hablemos de la demanda interna. Según las previsiones del Gobierno, el consumo privado pasará de un -2,1 % en 2013 a un aumento del 1,8 % en 2015, mientras que el consumo de las Administraciones Publicas seguirá bajando en el periodo 2013-2017 una media del 1,5 % anual.
¿Cómo es posible que se sustente la demanda interna exclusivamente con el consumo privado? Tengamos en cuenta lo siguiente, los cambios regulatorios en el mercado de trabajo han precipitado una bajada exacerbada de los salarios reales de gran parte de los asalariados, al mismo tiempo la tasa de paro seguirá en niveles del 23%, es decir, niveles similares a los que el Gobierno se encontró cuando accedió a la Moncloa. En consecuencia, ¿Dónde está la recuperación? ¿Cómo pretende el Gobierno que un país cada vez más pobre, con empleos precarios, y sin estabilidad en los puestos de trabajo, genere una riqueza interna que pueda frenar la caída del gasto impuesta por las Administraciones Públicas?
Hay que tener algo más en cuenta, y es el creciente peligro de deflación, que puede hacer estancar la recuperación económica. Tengamos en cuenta que en momentos de caída de precios el consumidor siempre va a esperar a comprar en el momento futuro, pues hay expectativas de que el precio baje en el corto plazo. En consecuencia, si el consumidor espera para consumir, ¿Dónde está el empuje de la demanda interna?
Como decía, las Administraciones Publicas seguirán bajando el gasto, esto influye de la siguiente manera: el Estado no solo se dedica a la compra de bienes y servicios, sino que además, tiene como principal función la redistribución de la riqueza. Pero ¿Qué pasa con ella?
Primero, según los PGE la Oferta Pública de Empleo queda congelada un año más, es decir, que se delimita la incorporación de nuevo personal público. Así mismo, la tasa de reposición se fija en el 50 %, pero, si seguimos leyendo el articulado de la ley de PGE, solo se podrá incrementar la plantilla en defensa e interior, es decir, en militares y policías… al final va a ser verdad que se va a invadir Cataluña…
Segundo, las pensiones públicas quedan congeladas por tercer año. Si, ya sé que el Gobierno dice que aumenta las pensiones… pero seamos realistas… un incremento que no llega al IPC significa una bajada en el importe real de las pensiones.
Tercero, bajan las prestaciones por desempleo en un 15,5 %, respecto al 2014, esto quiere decir, que habrá menos gente cobrando subsidio del desempleo, por tanto, más familias sin ningún ingreso, más familias acudiendo a Cáritas…
Cuarto, la Ley de Dependencia queda en suspenso, por tanto, no habrá dinero para dependencia. Pero eso sí, la Iglesia Católica recibirá mensualmente 13.266.216,12 euros, es decir, 159.194.593,40 € en el conjunto del año 2015 ¿No creen que ese dinero estaría mejor invertido en dependencia? Por favor, llamadme demagogo.
¿Que implica todo esto?, seguimos empeorando los servicios públicos, seguimos empobreciendo a los pensionistas, que ayudan en muchos casos a la familia en paro, y seguimos eliminando de las listas del paro a muchas familias sin subsidios… ¿Se imaginan lo que diría la TV Party si esto lo hiciera alguien diferente al PP?
Otro de los instrumentos de la demanda interna, es la formación bruta de capital fijo, en la que el Gobierno espera pasar del -5,1 % del 2013 al 3 % del 2015, cuando seguimos destruyendo empresas en términos netos, el grifo del crédito empresarial sigue cerrado, las esperanzas de mejora de la tasa de paro son bajas, es decir, que no se prevé un aumento de la actividad productiva a corto plazo como para esperar un crecimiento tan espectacular de la inversión.
Dicho todo lo anterior, ¿Cómo espera el Gobierno que nos creamos que la demanda interna va a suponer el gran motor de cambio en las expectativas de crecimiento de nuestra economía? Máxime cuando aun no nos hemos hecho la gran pregunta ¿Qué queremos ser de mayores? Es decir, hemos sufrido una crisis inmobiliaria, que pasó a ser una crisis bancaria, posteriormente una crisis de deuda soberana, hemos apaciguado los fuegos, que no extintos, pero ¿Alguien ha preguntado si queremos ser un país de mano de obra barata y poco cualificado o un país que apunte a la I+D+I, hacia los sectores tecnológicos, energías renovables, vamos lo que vendría a ser el futuro…?
Demanda externa española
Analicemos la demanda externa, si bien es cierto que se ha mejorado en eficiencia y productividad, dada la deflación de salarios de los últimos años, nos permite competir en precios en el mercado mundial, sin embargo existe una duda razonable. Los motores económicos de la euro zona, a los que destinamos el 70% de nuestras exportaciones, han sufrido un parón repentino en su actividad económica, es lógico pensar que si Francia y Alemania se frenan en seco, nuestros productos podrán ser baratos pero si no hay dinero con que pagarlos…
En consecuencia, la gran revolución que iba a ser nuestro comercio exterior cada vez se va frenando más. La capacidad de compra de los países de nuestro entorno cada vez es menor, dadas las restricciones presupuestarias de todos los países de la zona euro, ¿Es lógico pensar que nuestra demanda externa puede verse afectada por estos cambios?
Por tanto, sé que estamos en año electoral, sé que quieren seguir gobernando, pero un Gobierno debe ser razonable en sus pronósticos y consecuente con sus cuentas. Si en los anteriores marcos regulatorios del mercado de trabajo, un crecimiento del 2 % implicaba un incremento sustancial del empleo, no me puedo creer que si tan buena era la nueva reforma laboral con un crecimiento del PIB del 2%, la tasa de paro baje en un 1 %.
Analisis de ingresos
Desde el lado de los ingresos, seguimos apostando por maltratar a la clase media y baja, apostando por los impuestos indirectos (con menor efecto distributivo) que se caracterizan porque se cobran sobre el consumo, son regresivos, su tasa es homogénea y no aumenta con el consumo y todos pagan igual. Asimismo, constituyen una proporción elevada de los ingresos de las personas con menores recursos y una proporción baja de los ingresos de los que tiene mayores recursos.
Asimismo, la deuda pública seguirá creciendo hasta niveles superiores al 100 % del PIB, cuestión que no preocuparía si no fuera porque ese aumento de deuda no se refleja en un aumento de las inversiones ni de la mejora del Estado del Bienestar. Por tanto, si este incremento no mejora las perspectivas socio-económicas del país ¿Por qué ese aumento?, para seguir pagando deudas de aquellos locos años 2000, en los que si eras un privilegiado tenias una tarjeta Black con la que sobrevivir en el día a día sin límites ni restricciones.
Unos presupuestos poco creibles
En conclusión, ¿estos serán los PGE del crecimiento y el empleo como afirma el Gobierno? No. Pero no solo por lo que he comentado anteriormente, sino porque ni en sus mismas previsiones macroeconómicas el Gobierno cree que se vaya a crear empleo, y el crecimiento económico, como hemos visto se sustenta sobre creencias que necesitan fe.
Si añadimos las dificultades que tiene la zona euro, nuestro principal cliente, para alzar el vuelo seguiremos en un año de transición. Hasta que algún político o asesor sea capaz de dar respuesta a la gran pregunta ¿Qué queremos ser de mayor?, una vez demos respuesta a esa pregunta seremos capaces de remar todos en la misma dirección, y seremos capaces de apuntalar una verdadera recuperación económica con frondosas raíces, como comenta el Presidente.
Si me preguntan a mí, de mayor quiero ser un modelo de economía basada en la I+D+I, en una mejora constante de la productividad en base al talento y no a la bajada de salarios, y en un modelo de crecimiento basado en los pequeños emprendedores, y en una educación fundada en la búsqueda del talento personal y la autonomía financiera. Mi modelo es ser el Silicon Valley de Europa y no en un todo a 100.
Dos pequeñas reflexiones
Por último, dos pequeñas reflexiones:
Primera, para este año se prevé un aumento de los ingresos del Estado, como ocurrió en el 2014, pero seguimos apostando por debilitar el Estado de Bienestar. En consecuencia, no es que no haya dinero para sustentarlo es que no es prioritario para este Gobierno. Se sigue trabajando ideológicamente y no a favor del ciudadano.
Segunda, los datos macro desde el 2011 hasta el 2015 no se han modificado de una manera sustancial. ¿Por qué digo esto? Si oímos a los organismos internacionales (FMI, OCDE…) el mantra es: “todo va bien…“ Lo que me hace pensar qué cuando el que gobierna es el que yo quiero, todo es perfecto, por consiguiente, la labor ideológica de estos organismos dejan mucho que desear, si no que le pregunten a Francia que es socialista.