Se acerca el final de año y se nos plantea el dilema de realizar aportación al plan de pensiones o ahorrar de cara a la jubilación de otra manera. Sin duda puede ser una buena opción siempre teniendo en cuenta que los planes de pensiones en España son básicamente un diferimiento fiscal (tendremos que pagar más tarde) pero al que se puede sacar provecho.
El gran mito de los planes de pensiones en España es que son un ahorro fiscal, y si bien es cierto en parte, hay que matizarlo ya que como decía es mucho más correcto decir que son un diferimiento fiscal.
Este año previsiblemente será el último en que podamos aportar 8.000 euros y pasará ser un máximo de 2.000 euros, pero habrá la alternativa de aportar otros 8.000 euros a otros vehículos similares como son los planes de empleo.
Las aportaciones a planes de pensiones lo que hacen es reducir la base imponible, es decir, para Hacienda es dinero que no hemos ganado. La empresa que nos paga ha de practicar un retención en base a nuestro salario, y si realizamos una aportación a plan de pensiones, en la declaración hacienda nos devuelve la retención que se ha practicado de más ya que ha bajado nuestra base imponible con dicha aportación.
Aquí viene una de las grandes ventajas, del plan de pensiones, a pesar de ser un diferimiento fiscal y que cuando rescatemos tendremos que pagar IRPF, en el momento de la aportación, Hacienda nos está adelantando parte de ese ahorro.
Por poner un ejemplo, si aportamos 8.000 euros y estamos en el tramo de IRPF del 30%, nos devolverán en la declaración ( o tendremos que pagar menos de lo que tocaría) 2.400 euros, por lo que realmente nuestro esfuerzo para ahorrar es de 5.600 euros.
Veámoslo gráficamente, una aportación a plan de pensiones de 8.000 euros al año iniciada con 40 años invertida en renta variable mundial (6% de rentabilidad media histórica), a la edad de jubilación a los 65 años se habrían aportado 200.000 euros y el capital acumulado sería de 438.900 euros.
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Realmente nuestro esfuerzo para ahorrar no ha sido 8.000 euros, si no que hacienda nos ha devuelto cada año 2.400 euros por lo que de nuestros ahorros han salido 5.600 euros anuales, que en los 25 años son 140.000 euros. Gracias a Hacienda, al interés compuesto y al mercado, 140.000 euros (200.000 aportados - 60.000 devueltos) se habrían convertido en nuestra jubilación en 438.900 euros.
Pero ¿que pasaría si en vez de invertir en plan de pensiones lo hubiéramos hecho en otro producto que no tuviera la ventaja fiscal?
Si invertimos 5.600 euros anuales en un fondo de inversión exactamente igual al plan que también nos hubiera rentado de media un 6% anual, el total acumulado serían 307.000 euros
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Los 60.000 euros que hacienda nos ha devuelto a lo largo de esos 25 años se han convertido en casi 132.000 euros
Para los tramos más altos, si se declaran más de 60.000 euros de base imponible, el cálculo es mucho más significativo ya que por ejemplo para un tramo del 45%, el ahorro sería de 3.600 euros al año que capitalizado al 6% durante 25 años nos da una diferencia de 197.500 euros entre hacerlo en plan de pensiones y utilizar otro vehículo de inversión sin ventaja fiscal.
Cuando llega la jubilación es cuando llega la parte controvertida, y donde realmente uno se da cuenta que lo que significa diferimiento, cuando te planteas rescatar tienes que tener ser consciente que la cantidad que recibas, ahora sí, se sumará a la base imponible, por tanto, para que además de diferimiento sea un ahorro fiscal, deberíamos estar en un tramo de IRPF inferior al que teníamos cuando estábamos en activo. Es decir, realmente es un ahorro fiscal cuando cobramos de pensión menos de lo que cobrábamos trabajando.
Los planes de pensiones también tienen otras ventajas como estar exentos de impuesto de patrimonio o no tributar por impuesto de sucesiones y donaciones, por lo que dejarlo a los herederos es una de las mejores maneras de estirar la eficiencia fiscal, sobretodo en los casos donde los herederos no tengan una estabilidad laboral o no hayan podido por si mismos generar un ahorro de cara a su jubilación.
En otro post más adelante veremos las formas de rescate para intentar hacerlo lo más eficiente posible fiscalmente hablando y cuando quede definida la ley veremos las diferencias entre los planes de pensiones y los planes de empleo (y si finalmente se crea un plan de empleo público).
El gran mito de los planes de pensiones en España es que son un ahorro fiscal, y si bien es cierto en parte, hay que matizarlo ya que como decía es mucho más correcto decir que son un diferimiento fiscal.
Este año previsiblemente será el último en que podamos aportar 8.000 euros y pasará ser un máximo de 2.000 euros, pero habrá la alternativa de aportar otros 8.000 euros a otros vehículos similares como son los planes de empleo.
Las aportaciones a planes de pensiones lo que hacen es reducir la base imponible, es decir, para Hacienda es dinero que no hemos ganado. La empresa que nos paga ha de practicar un retención en base a nuestro salario, y si realizamos una aportación a plan de pensiones, en la declaración hacienda nos devuelve la retención que se ha practicado de más ya que ha bajado nuestra base imponible con dicha aportación.
Aquí viene una de las grandes ventajas, del plan de pensiones, a pesar de ser un diferimiento fiscal y que cuando rescatemos tendremos que pagar IRPF, en el momento de la aportación, Hacienda nos está adelantando parte de ese ahorro.
Por poner un ejemplo, si aportamos 8.000 euros y estamos en el tramo de IRPF del 30%, nos devolverán en la declaración ( o tendremos que pagar menos de lo que tocaría) 2.400 euros, por lo que realmente nuestro esfuerzo para ahorrar es de 5.600 euros.
Veámoslo gráficamente, una aportación a plan de pensiones de 8.000 euros al año iniciada con 40 años invertida en renta variable mundial (6% de rentabilidad media histórica), a la edad de jubilación a los 65 años se habrían aportado 200.000 euros y el capital acumulado sería de 438.900 euros.
Realmente nuestro esfuerzo para ahorrar no ha sido 8.000 euros, si no que hacienda nos ha devuelto cada año 2.400 euros por lo que de nuestros ahorros han salido 5.600 euros anuales, que en los 25 años son 140.000 euros. Gracias a Hacienda, al interés compuesto y al mercado, 140.000 euros (200.000 aportados - 60.000 devueltos) se habrían convertido en nuestra jubilación en 438.900 euros.
Pero ¿que pasaría si en vez de invertir en plan de pensiones lo hubiéramos hecho en otro producto que no tuviera la ventaja fiscal?
Si invertimos 5.600 euros anuales en un fondo de inversión exactamente igual al plan que también nos hubiera rentado de media un 6% anual, el total acumulado serían 307.000 euros
Los 60.000 euros que hacienda nos ha devuelto a lo largo de esos 25 años se han convertido en casi 132.000 euros
Para los tramos más altos, si se declaran más de 60.000 euros de base imponible, el cálculo es mucho más significativo ya que por ejemplo para un tramo del 45%, el ahorro sería de 3.600 euros al año que capitalizado al 6% durante 25 años nos da una diferencia de 197.500 euros entre hacerlo en plan de pensiones y utilizar otro vehículo de inversión sin ventaja fiscal.
Cuando llega la jubilación es cuando llega la parte controvertida, y donde realmente uno se da cuenta que lo que significa diferimiento, cuando te planteas rescatar tienes que tener ser consciente que la cantidad que recibas, ahora sí, se sumará a la base imponible, por tanto, para que además de diferimiento sea un ahorro fiscal, deberíamos estar en un tramo de IRPF inferior al que teníamos cuando estábamos en activo. Es decir, realmente es un ahorro fiscal cuando cobramos de pensión menos de lo que cobrábamos trabajando.
Los planes de pensiones también tienen otras ventajas como estar exentos de impuesto de patrimonio o no tributar por impuesto de sucesiones y donaciones, por lo que dejarlo a los herederos es una de las mejores maneras de estirar la eficiencia fiscal, sobretodo en los casos donde los herederos no tengan una estabilidad laboral o no hayan podido por si mismos generar un ahorro de cara a su jubilación.
En otro post más adelante veremos las formas de rescate para intentar hacerlo lo más eficiente posible fiscalmente hablando y cuando quede definida la ley veremos las diferencias entre los planes de pensiones y los planes de empleo (y si finalmente se crea un plan de empleo público).