Marco Porcio Catón
23/06/16 22:14
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Los jubilados los nuevos ricos
No seas tan duro.
El asunto inmobiliario es una cuestión cultural arraigada durante décadas. Cada uno vive la época que le toca y a ella tiene que amoldarse, intentando sacar el mejor provecho o no salir demasiado perjudicado. Muchos de ellos han vivido la dura postguerra, han pasado múltiples penalidades y han logrado salir adelante con escasa o ninguna formación. Y afortunadamente todavía están entre nosotros Si algo han logrado quizá sea porque algo habrán hecho bien y no porque Franco se lo haya regalado. Recuerda que hubo un momento en el que España fue soberana en materia monetaria y a los españolitos los engañaban contínuamente con una alta inflación y oportunas devaluaciones. No tenían ni pajolera idea de lo que todo eso significaba, pero algo les hacía intuir que los ladrillos eran un mecanismo de defensa. Añade un crecimiento constante de la población y ya tienes un camino a seguir. No todos son prejubilados de grandes empresas que llevan un montón de años viviendo como ricos y ahora se jubilan con una pensión máxima. Muchos han trabajado como perros durante mucho tiempo. Veo sin embargo a buen número de juvenzuelos que han tenido de todo en su corta vida, han podido adquirir una buena formación o han tenido la oportunidad de tenerla y no hacen otra cosa que lloriquear y pensar que va a llegar un político viejo o “de nuevo cuño” que les va a salvar el culo. Igual son bastante más tontos que sus progenitores. Todo ello sin dejar de tener en cuenta que la dificultad existe y que va a permanecer durante mucho tiempo en un país improductivo, que lo único que tiene más o menos asegurado son los ingresos del turismo y los salarios de las multinacionales que todavía se quieren quedar aquí mientras les convenga. País envejecido y endeudado hasta más arriba de las cejas.
De todos modos eso de ser rico o acomodado va por barrios y temporadas. De los ricos de la construcción de soldadas de 3,000 ya no queda nada. Sólo una prestación por desempleo agotada desde hace dos o tres años, el superbuga adquirido a crédito en los momentos de máximo esplendor, ya hecho una chatarra, alguno todavía sin pagar. De arriba hacia abajo se va con mucha facilidad. A veces con mucha más velocidad que la que regala la ley de la gravedad. El que no se protege en los momentos de bonanza puede recibir mucho sufrimiento cuando vengan torcidas, que siempre vienen en mayor o menor grado. A cuántos hemos visto caer desde la cima.
No destrozan a sus hijos ni a sus nietos. Al contrario muchos de ellos los mantienen y pagan sus vicios. Las obligaciones de los padres no son infinitas. A partir de cierta edad cada uno se busca la vida. Ellos se fueron analfabetos o casi con una maleta de cartón a Francia, Bélgica, Alemania, Suiza y sobrevivieron. Otros lamentan su suerte guasapeando en un Iphone que no han pagado. Se les puede rebajar la pensión y de hecho ya se está haciendo y más que se hará, pero igual hay sorpresa. Igual aumentan las ejecuciones de las hipotecas de sus hijos, porque son ellos los que las están pagando. Incluso alguno de esos hijos en paro y con propia descendencia se van de vacaciones a un destino playero, todo incluido, con pájaro y todo a gastarse el dinero que ni tienen ni han ganado con dos cojones y dos ovarios.
Tampoco creo que el SAREB les esté regalando nada. Más bien se encarga de maquillar unas cuentas trampeadas a disposición de los profesionales del engaño y que posteriormente se servirán a los crédulos. Al final el propietario particular del piso si no tira el precio no vende. Esa es su realidad y si no quiere aceptarla y autoengañarse allá él.
Sin salir del País Vasco: El crecimiento vegetativo es negativo. En otros lugares las cifras son mucho peores. Los salarios son una mierda porque lo que producimos no es competitivo y porque la fuerza de trabajo cada vez es menos neesaria. Pensiones y pisos irán para abajo si o si.
De esto sólo nos puede salvar una revolución tecnológica y que Google nos mande una generosa paga por el correo electrónico.