Eso es lo que hizo el último Duque de Osuna: vivió como un zángano de la fortuna heredada, y calculó lo último para fundirlo por completo en su majestuoso y exquisito funeral en su jardín romántico; hecho que fue disfrutado por actores y asistentes al mismo.
¿Y lo que se disfruta contando todas las noches las monedas de oro debajo de la mesa, a cubierto por el mantel de faldones? El Tío Gilito tenía una cámara con nivel medidor de dinero, pero nos conformaremos con el cofre de roble viejo de la bisabuela.
La verdad es que a nadie se le cumplen los planes a largo plazo. Error esperar a que le llegue a uno ese cáncer, esa artrosis, o esa enfermedad coronaria que te hacen estar muerto en vida, porque eso es lo único que se cumple.
LA mejor compra es comprar lo que necesitas, cuando lo necesitas. No voy a estar sacando la carne y el pescado a la ventana del patio porque dentro de un mes me ahorre 50 € en un frigorífico. Ni andar con unos zapatos con un "bujero" en la suela, esperando las rebajas. Otra cosa es entrar en la espiral del consumismo y comprar por cambiar; entonces sí puedes esperar
1) Le está bien empleado por ir de compras con una mujer ¡A quién se le ocurre!
2) Coincido en que mal estaba de la cabeza. Tenía que haber arrojado al vacío a ella.
3) Con Mao estas cosas no sucedían... ¡Viva el comunismo!
Deshaciéndote del coche, y de un par de gastos de esos que tienen recibito todos los meses, en un par de años te ves hasta rico. Y si además vendes un hijo, ya rozas el paraíso.
Me quedo loco con lo poquísimo que pagáis de comunidad vecinal, qué envidia me dais. Los administradores de fincas y empresas de servicios asociadas, son una sangría. También en comida veo que ni compráis alimentos frescos, ni tenéis hijos adolescentes, porque esos presupuestos tan bajos serían imposibles.
Eso es parte de la explicación del porqué un producto cuando es conocido por el gran público, es cuando no tiene calidad o la relación precio/calidad es mala. Es el costo de la fama.
Mientras una factoría modesta invierte en la calidad del producto, las multinacionales desvían sus recursos a propaganda y expansión comercial.