En 2019 contraté una póliza ASISA SALUD bastante completa y que, por suerte, no he gastado demasiado.
El año pasado cambié la modalidad porque económicamente me costaba un esfuerzo enorme el abono mensual de la prima anterior.
Este año, el asunto económico ha empeorado como en los hogares de tantos españoles. Y, muy a mi pesar, tenía que eliminar gastos y rescindir de la póliza de ASISA. Estoy desempleada.
Desconocía que el contrato era anual. Seguramente no se me informó debidamente y yo no lo leí por completo. Pensaba que, avisando y firmando los documentos de baja con un mes de antelación, era suficiente.
La petición –vía E-mail— se hizo el 14 de diciembre. Me llamaron por teléfono y me dijeron que no podía darme de baja hasta el 30 de noviembre de 2024. Claro, el asunto me pareció feo cuando el leitmotiv era CAUSA MAYOR: INSOLVENCIA ECONÓMICA.
Se ha visto en la pandemia que, cuando los razones exceden de lo habitual, se opta por acciones especiales. Y esta, lo es.
He enviado E-mail a varios apartados de ASISA. Sin solución. Al final, he recurrido a Internet. Y siguen denegándome la baja.
Es, ahora, cuando añado sucesos desagradables por un cuadro clínico bajo –demoras de tres meses o… para que te den una cita— y con especialistas poco preparados, desmotivados y/o maleducados. En fin, malos profesionales. No todos, pero sí la mayoría de los que he tratado.
Ejemplos...
1. Me revisan la vista e incluyen hipermetropía en un ojo cuando tengo astigmatismo y miopía –guardo el volante.
2. El médico de cabecera me dice que como tengo 60 años, tengo que tomarme la tensión todas las semanas, hacerme analíticas mensuales y no hacer ejercicio. Me habla como si fuera tonta.
3. Voy a quitarte unas mini verrugas del cogote y no me ponen ni desinfectante al acabar. Han salido más.
4. Tengo una uña un poco encarnada y me hacen un daño horroroso. Otra especialista, es tan seca que resulta incómodo visitarla. Acabo arreglándomela yo. Mejor y sin dolor.
5. ASISA DENTAL es un engaño. He ido en tres ocasiones. Con el descuento del 40% o más… aplicado a un tratamiento –cambio de férula— descubro que el costo dobla al de cualquier clínica dental. Para hacerme una higiene —gratuita— antes debo pasar por la consulta, aunque me haya revisado mi dentista habitual. Dudan de mi palabra y con mala educación me dicen que no arreglan CHAPUZAS de otros. El día 13, tras demasiadas explicaciones que aguanto –me siento humillada— porque no tengo dinero y necesito una limpieza dental, me la hacen: la peor de toda mi vida –tengo fotos—. Sin enjuague previo, sin pulido ni fresita, sin eliminar las manchas.
Señores asegurados: ante cualquier praxis incorrecta, quéjense inmediatamente.
Señores de ASISA, por favor, cancélenme la póliza porque no tengo fondos para seguir abonándola. Gracias.