Bere: eres un fenómeno para buscar en el baúl de los recuerdos. El hilo este ya debía confundirse con los de la tela de araña.
Pero ya que lo has rescatado, ahí va mi aportación.
La diferencia entre un minorista y un mayorista es fundamentalmente los volúmenes con los que puede conformar una cartera. Los volúmenes de un mayorista no sirven a un minorista y viceversa. Y a partir de ahí es cuando se puede hacer gestión diferenciada por unos y otros.
Cuando un mayorista (planes de pensiones, fondos de inversión) la enfoca fundamentalmente a vencimiento, aunque no descarte vender los bonos por el camino. Todo va a ir en función de los flujos de entrada y de salida de fondos. Es claro que si a esa cartera le van entrando nuevos fondos la recomposición de la misma se hará por la vía de las nuevas compras más las amortizaciones buscando otros equilibrios según cada momento. Si una cartera no tiene entradas pues la recomposición ya se busca más a través de las ventas. Pero siempre debe buscar títulos líquidos para poder acudir a las ventas sin caídas bruscas de valor en caso de tener que atender reembolsos extraordinarios..
Un minorista sin embargo puede buscar emisiones que bajo la perspectiva de la negociación sean "marginales", es decir, donde la caída de la cotización se produzca por la negociación de pocos títulos.
En ese sentido nos encontraremos más soberanos en las mayoristas y posiblemente muy pocos en las minoristas.
El minorista puede aprovechar por lo tanto para su gestión esa característica del mercado, que le hace explorar unas emisiones más cortas o marginales que los mayoristas descartan totalmente o hacen incursiones muy pequeñas.
Y en esa gestión es cuando el minorista puede "arriesgar" más precisamente jugando a que su apreciación del riesgo es inferior porque el riesgo de liquidez debido a los volúmenes de negociación lo valora mucho menos, o a él le afecta menos porque juega a que en caso de necesitar vender en su cartera ocurrirá: a) las ventas que realiza al ser pequeñas no hacen caer el valor, y b) siempre podrá escoger de su cartera aquellos valores que se vean menos afectados por la elasticidad.
El otro factor diferenciador entre mayorista y minorista es el abanico de valores sobre los que opera. El mayorista suele ser más global, por aquello de la diversificación, mientras que el minorista puede ser más local precisamente porque su información es mayor sobre los valores locales.
Y sin embargo los precios están "contagiados", porque quien realmente los fija son los mayoristas y los minoristas simplemente los siguen ya que no tienen volumen para variarlos. Lo que si tienen es capacidad de aprovechar las ineficiencias anteriores.
Por eso en 2012, los españoles hemos podido comprar deuda preferente industrial al 60% y deuda subordinada bancaria a menores precios con rentabilidades elevadas, porque a) hemos infravalorado la prima de riesgo española (ya que como somos españoles una salida del euro nos iba a devolver pesetas y lo que nos gastamos son pesetas), b) teníamos confianza en los emisores españoles porque consideramos que son entidades solventes a pesar de sus dificultades de financiación en los mercados y c) teníamos información puntual sobre los canjes previstos que no circula tan profusamente en los mercados internacionales ya que es una información más local.
Si a eso encima le añadimos el revuelo montado entorno a las preferentes por los "afectados" que les ha hecho caer por debajo del valor que les correspondía por su rentabilidad, tenemos que el año para los inversores minoristas que gestionamos nuestra propia cartera ha dado una rentabilidad que dificilmente podrá igualar cualquier gestor de renta fija.