ALIADOS DE LOS BANCOS, los empleados
El sábado día 17 de Marzo en la excursión a Casa del Sr, Fainé, ESTAFABANCA leyó un manifiesto a todos los asistentes, que podéis ver en este video y con el cual no estoy conforme:
http://www.youtube.com/watch?v=yIbiwe_H3Qg&feature=related
En el manifiesto se reconoce a los empleados de la banca como trabajadores similares a muchos de nosotros , a la vez se les pide que unan sus esfuerzos a los nuestros, para luchar conjuntamente contra el sistema actual del aparato-bancario-estatal.
Mi disconformidad a este manifiesto viene dado por los siguientes puntos:
1º No puedo considerar mi aliado, ni esperar que luche conmigo codo con codo, a alguien que me vendió un producto que es el causante de mi absoluta desprotección ante un futuro que nadie me garantiza. Son los ahorros de toda mi vida y esto es un asunto muy serio.
La inmensa mayoría de estos empleados conocían los riesgos de este producto y no ignoraban que tarde o temprano, nos encontraríamos con serios problemas para recuperar nuestros ahorros. También conocían que estos productos estaban sobrevalorados en un mercado interno que no era transparente y que Las participaciones Preferentes llegarían a no valer nada. Conocían también los avisos que la Comisión Nacional del Mercado de Valores dio en su día a todas las entidades sobre la necesidad de regular este mercado, pero seguían vendiéndolas a sabiendas que nos precipitaban a un caos económico.
2º Nos acusan a los afectados de ser irresponsables al confiar en un producto que nos daban intereses muy por encima del Euribor, que en muchos de los casos no era tan siquiera así, pero utilizando su mismo argumento, yo les pregunto a esos empleados, si ellos no se cuestionaban la no conveniencia de ese producto de cara al modesto ahorrador, cuando la entidad les ofrecía unas comisiones tan altas por venderlos a sus clientes más fieles, comisiones muy sustanciosas que sumaban y siguen sumando a sus sueldos cada mes.
También les hago responsables directamente de no avisarnos cuando el mercado de las preferentes se iba a pique con el fin de haberlas podido vender y recuperar nuestros ahorros. Lo podían haber hecho porque lo sabían, pero sólo nos avisan cuando regalan una tele, una vajilla, o un viaje para que domiciliemos la nómina o nos hagamos un seguro de vida o de hogar.
Los empleados de los bancos y Caixas, parece que no tienen bastante con la inseguridad económica que han creado a un millón de familias que adquirieron preferentes, ya que siguen con su marcha imparable vendiendo “productos de ingeniería financiera “ que colocan a personas ahorradoras como nosotros sin el menor escrúpulo. Acordaros de las primas únicas que vendió la Caixa hace años y que muchos ciudadanos perdieron hasta la camisa. Ahora han sacado los pagarés, un producto nada claro, que los empleados siguen comercializando obedeciendo las órdenes del banco para quien trabajan, al igual que lo haría un mercenario a cambio de una recompensa.
Es evidente que el stress y la depresión que dicen tener ahora a causa de la presión que ejercieron sobre ellos los bancos, no les obstaculiza para seguir trabajando de la misma manera que lo hacían cuando nos vendieron las Preferentes.
Nunca me gustaron las persona que juegan a dos bandas, de modo que si los empleados no plantan cara a las entidades y exponen de forma contundente que no van a seguir enredando al ciudadano honesto que trabaja, no me fio ni de sus crisis, ni de sus depresiones, ni de sus angustias, por muchas cartas que hagan llegar a la opinión pública a través de sus sindicatos, lo único que pretenden es lavar su reputación y salvar su responsabilidad. Mientras nuestro drama les parezca irrelevante, su manera de proceder consolida un paradigma corrupto que les perjudica laboralmente, ya que nadie confiará en ellos. Nuestra desconfianza se la han ganado a pulso porque se han alejado de sus clientes y de nuestras necesidades.
El deber de los empleados de la banca ante el ciudadano en este momento, es enfrentarse a su entidad y dejar de comercializar productos que saben que más tarde o más temprano, van a arruinar la vida de las personas que los adquieren bajo su engaño, pero sin embargo lo siguen haciendo.El momento de enfrentarse es ahora, mientras trabajan en la entidad, no cuando los despiedan.
Por todos estos motivos, no me uniré al manifiesto.