La moción de censura --como casi todo en política-- tiene sus riesgos. Según el art. 113.1 de la CE, debe aprobarse por mayoría absoluta de la Cámara. Y la mayoría absoluta no sería tan fácil de conseguir hoy por el PP a pesar de la mínima diferencia del 1,8 puntos de intención de voto a favor del PSOE.
Si Rajoy no consigue superar esa moción de censura, el ridículo sería espantoso y le restaría muchas voluntades al entenderse por los ciudadanos que sus argumentos no han convencido a la mayoría absoluta de los parlamentarios y, por consiguiente, carecería de la confianza de la Cámara y, por extensión lógica, de los ciudadanos por ella representados. Este fracaso del PP supondría que el Gobierno está llevando a cabo una gestión positiva.
No creo que el PP confíe plenamente en otras fuerzas políticas que no estén ya integradas dentro de su propio partido. Si así fuera, seguramente ya habría propuesto esa moción de censura. Quizá le falten al PP apoyos políticos para atreverse a presentar esa moción de censura.
No obstante, si el Presidente del Gobierno está tan convencido de que lo está haciendo bien, debería someter esa confianza al Pleno de la Cámara. Esa cuestión de confianza (art. 112 de la CE)debe acordarse previamente en Consejo de Ministros.
Y no creo que ni el Presidente ni sus Ministros quieran arriesgar sus poltronas sometiendo su gestión al exámen del Congreso.