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Catalunya - España 2018...cosas que pasan

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Catalunya - España 2018...cosas que pasan
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Catalunya - España 2018...cosas que pasan
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#2971

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

No, ningún problema, me parece más razonable que ser facha. Pero vamos, que no todo es trotskismo.

#2972

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

asi me gusta....jjjj ademas la CUP su forma de funcionar es troskista 100% es asamblearia , esta en contra de la burocracia, sus cargos son rotativos...

#2973

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

no eso lo se, pero en el caso de cataluña para acabar con el capitalismo e implantar la revolucion como llegareis a esto ultimo, solo por el camino de las urnas???? y como tu bien dices esa consecucion de una resolucion internacional , significa que continuareis en los otros pueblos del estado español ???

#2974

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

Ves, más razonable que la forma de funcionar de los fachas...

#2975

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

La Cup es municipalista, el dar el salto a presentarse a las elecciones al parlament costo bastante ya que no se tenian todas de si era buena idea o no, actualmente el unico camino es la urnas/revolución pacifica. La idea es continuar mediante alianzas pero ojala no solo fuese España, por eso actualmente se esta hablando de concurrir en las europeas con BNG, Bildu y ERC, piensa que es un partido que se va piano piano, primero consolidando lo logrado antes de lanzarse a lo loco y que la gente que salga elegida puedan ser unos cafres.

#2976

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

ok si has visto mis comentarios , sabes que estoy en las antipodas ideologicas de la CUP, pero lo que si he reconocido siempre de la CUP en mis comentarios, es que nunca mentis, que nunca os poneis de perfil y que siempre manteneis vuestras ideas firmes....aunque ultimamente os he visto menos firmes en el proposito independentista y la huida de anna gabriel a suiza (ni mas ni menos) creo que no ha ayudado a la revolucion que deseais.

saludos y gracias por tus explicaciones hoy he aprendido gracias a ti un poco mas

#2977

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

El proposito sigue igual, quizas lo unico que has visto o quizas no, es que llevamos mucho tiempo preparandonos para el juicio, y lo de Anna Gabriel yo tampoco lo entendí sinceramente no creo que ella tuviera la urgencia de exiliarse al igual que la Marta Rovira.

#2978

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

Donde ves parania es no aceptar por tu parte otra opinion verdad

#2979

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

Yo acepto todas las opiniones siempre y cuando sean con argumentos, cosa que tu actualmente no has hecho.

#2980

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

Argumento uno: derecho a decidir, sera para todos desde cadiz a puigcerdà. Si se quiere votar todos. Algun argumento mas como que nunca a sido cataluña independiente

#2981

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

Te he respondido cuando catalunya lo ha sido pero tu a lo tuyo, de echo existe desde antes que España pero bueno... y luego porque debe votar todo el estado, cuando en los referendums de independencia de Escocia o Quebec solo votaron ellos y no todo el reino unido o canada, es como groenlandia el día que decida votara Groenlandia no toda Dinamarca.

 

Por cierto lo que tu haces no es argumentar...

#2982

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

porque lo dice la constitucion aprobada por el pueblo español y el 92% de los catalanes.

#2983

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

Cataluña nunca ha sido una nación. Todo lo que de confuso o ambiguo hay al respecto en la Constitución, responde más a las necesidades de un momento histórico y ejemplar como la Transición, que a la historia e, incluso, que a la realidad. Puede cedérsele, para empezar, la palabra a la que sin duda ha sido una de las mentes más brillantes del siglo XX español,  Marcelino Menéndez Pelayo: “No hay Patria en la Antigüedad, tampoco en la Edad Media. No la hay, en rigor, hasta el Renacimiento”. 

Y si a ello le sumamos que el concepto político de nación, que en buena parte atraviesa el que hoy tenemos, es una creación de la romántica Alemania en el siglo XIX; el  Volkgeisto espíritu del pueblo que acuñó Herder. El nacionalismo catalán que hoy vivimos, de hecho, es un retoño eminente de éste. 

La falsa “patria” medieval

Desde que  Valentì Almirall, un republicano enfrentado con el prócer del Partido Federal, Pi y Margall, fundara en las décadas finales del siglo XIX el Centre Català, el nacionalismo ha visto en la Historia una veta de la que extraer, aún con mórbidas lógicas, razones de las que cargarse. La obra cumbre de este abogado fue Lo calanisme, publicado en 1886, en la que defendía las particularidades de Cataluña. Particularidades que la convertían en una nación, claro. De hecho, la dictomía que hoy el nacionalismo, en general, poco imaginativo, establece entre Cataluña y Madrid, no es más que el remozo de otra anterior -aunque tampoco muy anterior-, que ya estableció Almirall cuando en su libro afirmaba que “el Estado lo integraban dos comunidades básicas: la catalana (…) y la castellana”. 

Pero lo cierto es que tal división radical de la realidad nunca ha sido cierta y menos, si cabe, en el siglo XIX, en el que la pulsión política estaba ampliamente extendida por todo el país. Recuérdese, por ejemplo, cómo la  Revolución Cantonal, de corte federalista, tuvo buen arraigo en Cádiz o Málaga. Recuérdese, también y por ejemplo, que Antonio Cánovas del Castillo no era un castellano dominador, como los califica Almirall en su obra, sino un malagueño de pro al que nunca se le borró el acento. 

Como en una suerte de ideática sucesión, emerge Prat de la Riba. Sabiendo éste que el mito del 11 de septiembre era un falseamiento de la historia, además de la narración cuasi fantástica de una derrota, quiso buscar asiento histórico para su ideología en la Edad Media. Ni corto ni perezoso, a finales del siglo XIX, afirmó que “la época de grandeza de nuestra patria coincide con el apogeo de la civilización de la Edad Media (…)”. Esta frase debe entenderse, por bondad hacia  Prat de la Riba, hombre inteligente como pocos ha tenido el catalanismo, como fruto de la exacerbación y acaloramiento del momento. Si no, el juicio es demoledor. 

La inexistente Corona catalano-aragonesa

Porque, ¿a que patria se refería exactamente? Puede que se estuviera refiriendo a lo que luego, la historiografía más proclive a la ideología que al rigor, ha devenido en llamar “Corona catalana”. Pero no. ¿Cómo se va a referir a tal invención un hombre leído? Claro que no importa tanto el cuánto se haya leído, sino el qué. 

Jamás ha existido algo parecido a un reino en Cataluña. Mientras no formó parte de una entidad jurídica mayor, Cataluña si fue algo, fue una confederación de condados regidos por el que más poder acumulaba de ellos, el de Barcelona. Más tarde, hacia 1150, se produjo algo parecido a una unión entre Cataluña y Aragón, que sí se había configurado como un Reino y tenía estructura y categoría internacional como tal. Sin embargo, esa unión no fue del todo unión. Como sin duda no se habrá estudiado en la educación pública catalana, y ahorrándonos los pormenores farragosos,  Ramiro II, rey de Aragón, casó a su hija Petronila, heredera de la corona, con el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, que nunca ostentó ningún otro título que el de rey consorte de Aragón. Su hijo, Alfonso II, sí fue rey, pero no de Cataluña, que no existía, sino de Aragón. Conservó, además, el título de conde de Barcelona. 

Sin embargo, ni estos sucesos medievales, ni los que les sucedieron en las páginas siguientes de la Historia, configuraron algo parecido a una nación catalana. Así lo afirmaba no un castellano, sino alguien tan catalán como Puigdemont o Junqueras,  Jaume Vicens i Vives, que en la década de los treinta del siglo pasado afirmó, tras una investigación como las que hacía Vives, concienzuda hasta la extenuación: "En más de 3.000 documentos que llevamos recogidos, no hemos encontrado ni uno solo que nos hable de una emoción colectiva catalanista, que nos revele un estado de consciencia nacional: lo sentimos como catalán que somos". Parece poco probable que haya una nación catalana pululando por los siglos de la Historia y aún no se haya topado con nadie. 

El mito de los Països

Otro tanto sucede con el mito de los  Países Catalanes, que no llegan al Sur de África de puro milagro. Esos Països alcanzan desde el Pirineo catalán hasta Valencia, incluyendo las Islas Baleares y, claro, la actual Cataluña. Pero, ¿cómo es posible? Lo es, de nuevo, por retorcer la Historia. El origen de tal invención se sitúa en el siglo XIII, cuando la Corona de Aragón incorporó las Baleares y Valencia. Corona de Aragón y no de Cataluña. Ni tan siquiera, catalano-aragonesa, que, en puridad, nunca existió. Se le olvida, sin embargo, al nacionalismo que, a diferencia de Barcelona y el resto de condados, Valencia se convirtió en un reino, con sus propias Cortes y sus fueros. 

Puede también deberse ese afán aglutinador sobre Valencia al Llibre del Repartiment del  Regne de València. Pero sería deberlo todo a una falsificación, a la obra de un archivero hampón de 1847: Próspero Bofarull i Mascaró, que por su cuenta, decidió que a aquel texto medieval le hacia falta una reescritura. En sus páginas se contenían los sucesos de la conquista de Valencia en 1238. Le debió molestar a Próspero que en la crónica hubiera profusión de apellidos aragoneses, navarros y castellanos. O puede, quizá, deberse al LlibredelsFeytsd’Armes de Catalunya. Pero sería, de nuevo, fiarlo todo a un burdo falseamiento. Su autor, Joan Gaspar Roig i Jalpí aseguró que tal obra era la copia de un incunable del siglo XV firmado por un tal Bernard Boadas. Y sin dudar que el tal Boadas pudo existir e incluso realizar cosas insignes en su tiempo, lo que es seguro es que no escribió tal libro. Y Gaspar lo sabía mejor que nadie, porque lo escribió él en el siglo XVII.

Si es por cultura, Andalucía nación ya

La realidad histórica es tozuda: nunca existió algo parecido al reino de Cataluña. Y el nacionalismo, que es igualmente tozudo, decidió cambiar su estrategia, aprovechando los aires románticos alemanes. En vez de construir la utopía de los Países desde la historia, lo hicieron desde la perspectiva cultural. Así, estos Països no lo eran ya por el devenir de los siglos, sino por las teorías lingüísticas del XIX, que enmarcaban la lengua como un elemento aglutinante, identificando por tanto la lengua con la nación. De tal suerte que, todo territorio en el que se hable catalán o alguna de sus variantes pasaba a formar parte de los Països, con la consiguiente retahíla de agravios. 

Sin embargo, esto no cesó la adquisición de la Historia para uso particular. Ejemplo poco conocido es el de la  Senyera, la bandera autonómica de Cataluña. Lo primero que habría que decir es que es aquella y no la estelada -una mezcla con hechuras de la Cuba revolucionaria. Después, que la señera no es sino la tradicional bandera de los reyes de la Corona de Aragón. La apropiación se basa en que era usada por Alfonso II de Aragón y Conde de Barcelona, aunque era reconocida internacionalmente como la de Aragón, habida cuenta de que en la titulación, los reinos tienes preeminencia sobre todos los demás títulos, salvo el de emperador. 

Parece olvidarse con relativa frecuencia cómo los símbolos del catalanismo, desde una perspectiva histórica, son de anteayer, del siglo XIX, en concreto. Fue a finales de este siglo cuando como demostración de la “enérgica vitalidad y el carácter profundamente original de la raza catalana” se asumieron los castellets -sólo conocidos hasta entonces en Tarragona-, el ball de bastons y la sardana, como elementos de una cultura propia. Por cierto que de esta época es también la costumbre de hacerse llamar por los dos apellidos unidos por una “i”. Una costumbre castellana (y  “centralista” y “dominadora”, tendría que decir Almirall), donde las haya. 

Que Cataluña tiene una lengua propia, es evidente. Y que ha dado glorias a la literatura, es evidente. ¡Qué pobreza la de España sin un Salvador Espriu! El problema reside en considerar la lengua como único elemento formativo de la nación. Si lo extendemos a la cultura en general, ¿por qué no va a ser Andalucía una nación?. Si atendemos a la realidad popular, el sur español tiene más elementos diferenciadores que muchos otros. 

El riquísimo folclore andaluz -tan denostado por el nacionalismo catalán, configuran una particular idiosincrasia que es a todas luces deliciosa. Al idioma común -el español-, Andalucía, que gracias a Dios no tiene aspiraciones nacionalistas, tiene muchos elementos aglutinantes: una religiosidad  arraigada y unificadora, una cultura popular que va desde los tipos literarios hasta la música y una Historia rica como pocas regiones de España tienen. Sin embargo, su lema es de una hermosura sin par: “Andalucía por sí, para España y la Humanidad”. 

#2984

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

CARLOS MERCHÁN FERNÁNDEZ CATEDRÁTICO DE HISTORIA DEL DERECHO DE LA UVA
23/07/2018

Formando parte Cataluña del Reino de Aragón, los condados catalanes son solo una pequeña parte del reino aragonés y su derecho se vincula también al fenómeno de las Recopilaciones Aragonesas, estudiadas por Pérez Martín, surgidas en el 1476 y sin apenas factor diferenciador alguno para las recopilaciones de condados catalanes. Las llamadas recopilaciones catalanas no son tales sino que son meras recopilaciones promovidas desde la ciudad de Barcelona y sin vinculación para el territorio catalán en su totalidad, de forma muy similar a lo que ocurrirá con las recopilaciones de Mallorca o de Valencia.

Ya en los tiempos modernos de siglo XVI algunas revueltas populares en Cataluña contra el modelo centralista de la monarquía de los Austrias no será muy diferente al movimiento de los comuneros castellanos derrotados en Villalar o a las germanías valencianas y sin embargo, ya desde el siglo XIX cierta historiografía liberal catalana intentará deformar de nuevo las cosas indicando que la monarquía autoritaria castellana traerá la ruina de Cataluña y ocultando que esa ruina será más predicable a Castilla, desprovista de sus fueros y libertades después de la derrota de Villalar.

Las rebeliones de Cataluña ya en 1640 se deben a que se le reclaman a Cataluña aportar 16.000 soldados de un total de 140.000, cuando por ejemplo a Castilla se le asignan 44.000 e incomprensiblemente Cataluña negó cualquier colaboración con la Corona lo que conllevo al Conde Duque de Olivares a enviar un ejército a Cataluña. Ante ello la nobleza catalana (al igual que hoy sectores progres de la burguesía catalana independentista) intentó liderar un movimiento de oposición que apuntaba ya a la política «de Madrid» como culpable de todos los problemas de Cataluña. El resultado la entrada en Barcelona de 400 segadores que son simples amotinados y no un episodio separatista, sin perjuicio de la conocida iniciativa del sacerdote barcelonés Pau Claris de crear una república independiente.

La historiografía catalana independentista ha intentando desde entonces convertir la denominada «guerra dels segadors», que en realidad fue una simple revuelta campesina de carácter antiseñorial, en un elemento identificador del origen del independentismo catalán, de nuevo manipulando los hechos. Recordemos que a raíz de estos acontecimientos y al pedirse desde Barcelona la protección a Francia, el rey francés se convirtió en Conde de Barcelona, lo cual no solo no resolvió el problema sino que lo agravó cuando se comprobó la explotación de Cataluña por el ejército y las autoridades franceses. Hecho este que se oculta intencionadamente en los textos de estudio hoy en día en los centros catalanes.

Resulta evidente por tanto que el episodio de los segadores (origen de un cántico identitario catalán actual) nada tuvo que ver con un movimiento independentista sino que fue tan solo el resultado de una manifestación popular masacrada por el llamado Corpus de Sangre que acabó con la vida del virrey y que originó las inevitables tensiones posteriores, pero sin que ello signifique el origen real y serio de ningún movimiento independentista en Cataluña en esa época, por mucho que los ideólogos independentistas catalanes vinculen el hecho de forma sesgada hacia el origen del independentismo catalán.

Las posteriores reformas del siglo XVIII en la Corona de Aragón sobre contribuciones, tallas, catastros y otros no tiene apenas aspectos diferenciadores en Cataluña o en otros territorios históricos del reino de Aragón como Valencia o Mallorca, en un momento en que en el Reino de Aragón se implanta la llamada «contribución única», que causó rechazos en diferentes territorios de la Corona de Aragón y también en Cataluña, pero sin que ello sea ni origine aspectos diferenciador alguno de tipo fiscal en Cataluña. Más aún, los estudios de Molas Ribalta, un historiador catalán nada sospechoso de españolismo, demuestran al contrario que el llamado «mito del catastro» no solo perjudicó a Cataluña en la fijación de un cupo anual sino que al contrario la benefició económicamente ya de cara al final de Antiguo Régimen.

Ya en el período constitucional y desde el siglo XIX, como es bien sabido, el Estado Liberal unificador buscará siguiendo el modelo de toda Europa un proceso de total unificación jurídica vinculado a la Codificación y al Constitucionalismo, lo que ya en otro orden de cosas unificará el Derecho en toda España mediante los códigos, en un largo proceso que se iniciará en 1822 con el primer Código Penal y culminará en 1889 con el Código Civil, unificando así el Derecho Español y culminando lo que un gran civilista como Federico de Castro denominó «nuestra gloriosa tradición jurídica porque, a pesar de tiempos y circunstancias se redactó y conservó la esencia tradicional de nuestro derecho y hacer elegantemente, con los mínimos medios una buena obra española» (Derecho Civil de España, 1984, p. 210).

Será justamente desde el siglo XIX cuando al albur de falsas e infundadas justificaciones del pasado, violentando y explicando la historia del Derecho y de las Instituciones político-administrativas de forma sesgada,maniquea y «pro domu sua», surgirán en España unos movimientos nacionalistas, de raíz racista y violento alguno y de infundadas reivindicaciones otro, pero ambos disgregadores, secesionistas y claramente antiespañoles, configurando eso que algunos llamamos nacionalismos insaciables, porque a más que se les conceda más seguirán reclamando sin límite alguno, porque no olvidemos que su finalidad estratégica es la independencia y la ruptura de una gran nación de cinco siglos de brillante historia llamada España.

#2985

Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan

Es un argumento decir que sois independientes antes de existir españa, eso cuando fue porque me pase ese periodo por favor ilustrame, por supuesto q escocia fueron los escoceses, pero tendria q ver sus 400 , años como reino independiente (catalunya?), quebec fue territorio frences hasta su ocupacion (catalunya?). Por favor lo de fue antes que no cuela