El principal problema no es que España se convierta en Grecia o en cualquier otro país. Es evidente que cada país es único y muy difícilmente podremos crear un clon en imagen y semejanza el uno del otro. El problema que radica de fondo es la mentalidad, y es que por naturaleza los seres humanos, al cabo del tiempo tendemos a mantener una posición conservadora, estática y con dificultades al cambio. Tomamos como la fe verdadera todos los argumentos que comparten nuestra pequeña visión del mundo y se convierten en falacias automáticamente todos aquellos que van en contra. Esto es un problema de visión, y que a menudo nos lleva a pensar de manera individualizada. No es bueno tener una mayoría absoluta de ningún partido, porque no son buenas las dictaduras. Y para limitar este problema de; papá o mamá , messi o cristiano, blanco o negro, ……y abrir por una vez los ojos en tener una pluralidad de partidos, con los que se confronten ideas y buscar mejoras juntas. Pero claro, nos gusta tremendamente, las palmaditas en la espalda, que nos acaricien la cabeza como a los perros, o sacar pecho ante las leyes aprobadas por tu partido o de los tuyos. Existe un horizonte, un horizonte donde estás tú, están los que te rodean, y toda la sociedad en su conjunto. Tenemos que buscar una mejora para todos, convivir como sociedad “evolucionada” que se supone que somos. El mayor problema somos nosotros mismos, y cuanto más sigamos discutiendo de quien la tiene más grande o que mar es más salado no resolveremos los problemas verdaderamente importantes.
Si tuviéramos más empatía con los que nos rodean y nos parasemos un minuto a volver a pensar y recapacitar, no seguiríamos en la edad de piedra.