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Entre hijoputas u aspirantes a serlo

11 respuestas
Entre hijoputas u aspirantes a serlo
Entre hijoputas u aspirantes a serlo
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Entre hijoputas u aspirantes a serlo

Hace ya años, era yo más joven, me encontraba con un compañero en nuestro trabajo. Hablando de banalidades con él en un momento me dijo: “Yo lo que quiero en la vida es ser un hijoputa”. Yo, corto de entendederas, joven e ingenuo pondría cara de perplejidad al ver lo que decía esperar de su madre. Al ver la expresión de mi rostro procedió a aclarármelo y me hizo ver la luz: “Lo que quisiera es conducir un cochazo y que todo el mundo diga: 'Por ahí va ese hijoputa'”.

Tiempo después un empresario tuvo que cerrar y sus trabajadores pasaron al desempleo. Para evitar esta situación los mismos constituyeron una cooperativa. Algún año después su presidente, en un momento dado, cuando la cooperativa empezó a funcionar, comentó: “A mi me han puteado mucho y ahora me toca a mí”. Yo, de nuevo ingenuamente, pensé que este cooperativista iba a tomarse la revancha con la oligarquía empresarial local. Tardé poco en salir de dudas, no pensaba putear a estos empresarios sino a los trabajadores que había contratado para la cooperativa. Quedé asombrado por tamaña cobardía y ruindad. Pero sin problema, estos trabajadores aceptan la situación como normal y a lo que aspiran es a convertirse en presidente de cooperativa.

Una persona que ya ha logrado el grado de hijoputa (según la consideración de mi compañero), Mónica Oriol (presidenta del Círculo de Empresarios) realizó unas declaraciones en las que calificaba a muchos jóvenes poco menos que de inútiles e inmerecedores del salario mínimo (antes de la crisis parece que servían). Se reafirmó en Radio Nacional y en la misma entrevista defendió vehementemente su derecho a ganar dinero (llámese forrarse). Parece ser que ella tenía ese derecho y negaba a otros el derecho a tener un salario de subsistencia. Sin problemas, si alguno de estos jóvenes alcanzara su situación diría lo mismo.

Estos ejemplos le hacen a uno reflexionar sobre la naturaleza humana. La inmensa mayoría de las personas, las que podemos ver en la calle, la playa o la cola del desempleo se diferencian poco unas de otras. Son las circunstancias de la vida las que definirán su comportamiento. No se trata de que haya empresarios explotadores y trabajadores explotados, sólo de que los unos pueden hacerlo y los otros lo harían si pudieran. Esto, que lo hago para referirme al orden laboral, es extendible a la mayoría de los aspectos de la vida, ya sean relaciones entre políticos con los ciudadanos, entre militares, entre países, etc.

Las personas, por lo general, somos mediocres y solo pensamos en nosotros mismos. Solo nos preocupa nuestro bienestar y como mucho el de nuestros allegados. Las personas piensan con el estómago, es famosa la expresión “pan y circo”. Ahora todo el mundo es demócrata. Yo no voy a criticar a los reconvertidos al nuevo sistema sino a la gente común. Por ejemplo, los mismos que se manifestaban a favor del régimen franquista, en 1.982 acudieron masivamente a votar al PSOE. Normalmente no les preocupa mucho el sistema político, solo que les permita vivir con cierto bienestar. Muchos de los que se quejan y sufren las consecuencias de la crisis, cuando ésta no existía no se quejaban del sistema.

Realmente el mundo no se divide entre ricos y pobres, ni entre blancos y negros, ni entre moros y cristianos, ni entre izquierdas y derechas (o arriba y abajo). Con honrosas excepciones (Gandhi, padre Ángel, Vicente Ferrer, Nelson Mandela, etc.) la gente común diferimos poco, las diferencias las marca el devenir de la vida. El mundo, realmente, lo que se divide es entre hijoputas y aspirantes a hijoputas.

Después de esta reflexión pseudoantroposociológica, valga el palabro, podríamos acordarnos de Fiedrich Nietzsche. Éste consideraba que el hombre, como especie que es debe evolucionar y llegar a convertirse en el Superhombre. Vencer la moral impuesta por las religiones y conseguir una moral que surja del interior de las personas. Quizá fuera un utópico, conociendo la naturaleza humana la evolución nos debe llevar, en el estado de mayor perfección, a que el hombre se convierta en el Superhijoputa.

#2

Re: Entre hijoputas u aspirantes a serlo

totalmente de acuerdo contigo. quizas con esta reflexion que planteas podamos entender muchos de los problemas que nos aquejan en diferentes ambitos (quizas sobre todo en politica) con supuestos adalides de la justicia y la libertad del pueblo que luchan contra castas y prebendas no por estar decididos a acabar con ellas, sino mas bien por que envidian la posicion del hijoputa en cuestion, y no ven la forma de poder quedarse ellos con su puesto...

un saludo.

#3

Re: Entre hijoputas u aspirantes a serlo

Con este comentario nos estas confirmando que los políticos eran aspirantes a hijoputas que han logrado llegar a su meta, (lease hijoputas respetando a sus madres) y que los ciudadanos somos eternos aspirantes a ello, pues puede que tengas razon

#4

Re: Entre hijoputas u aspirantes a serlo

Pues yo no estoy de acuerdo contigo. En absoluto.
Otra cosa es que yo conozca también casos de simples albañiles que habían sufridos abusos laborales y en cuanto llegaron a contratistas o constructores les saliera la vena esclavista y llevaran a sus trabajadores por la calle de la Amargura.
Así como también conozco bastante bien la trayectoria de Mónica de Oriol (sobre todo en su última fase por haber estado cerca de su órbita) y en este caso tienes bastante razón. Pero como tantos y tantas cuya ambición les ciega y la gente les importa un carajo (Que se jodan)

Pero de ahí a llamar hijoputa a todos los aspirantes a empresarios demuestra por lo manos un desconocimiento total y, en concreto, un par de cosas:
Que solo hablas de oído porque has oído campanas y no sabes ni de dónde vienen.
O que, por supuesto, nunca has sido empresario ni tienes idea de lo que que es una empresa, y por eso te pasas siete pueblos con tus opiniones.

Y no me vale que pongas de ejemplo a extraordinarias personas como las que nombras (te ha faltado la Madre Teresa de Calcuta y algunos históricos más) para contraponerlas a la "mala gente". Pero todo el mundo no puede ser santo, y en el término medio está la virtud, se hable de empresarios o incluso de políticos. La naturaleza humana es muy complicada porque depende de montones de elementos: educación, ejemplos familiares, cultura, ambición y, sobre todo saber o poder esquivar los 7 pecados capitales.

Deberías hacértelo mirar, porque es muy posible que además de mi persdona aquí haya gente que son o han sido empresarios (como yo) o formadores de empresarios... como yo. Y la verdad es que no me hace nada de gracia tu forma de manifestarte.

S2

Pd.- Yo te sugeriría que si no tienes muy claro los temas hisTórico-filosóficos (Nietzsche) se los dejes para la gente que entienda del tema. Repito, no vale con oír campanas y ponerse uno a hablar sin parar aunque no sepa lo que dice. No, porque se acaba diciendo tonterías.
http://coyunturaeconomica.com/opinion/hitler-nietzsche

#5

Re: Entre hijoputas u aspirantes a serlo

Yo he sido empresario (mini empresario). Tenía un pequeño negocio y cuatro trabajadores contratado.

Ellos trabajaban sus horas contratadas. Yo 14 horas al día.
Ellos disfrutaba de su mes de vacaciones. Yo no podía coger vacaciones.
Ellos, cuando hace un año tuve que cerrar, tuvieron paro. Yo aun estoy esperando el juicio contra la mutua por el "paro" de autonomo que me negaron sin ninguna razón.
Ellos recibiero su indenización el mismo día de ser despedido. Yo ni un mísero "gracias" del estado por estar 10 años pagando impuesto y dando trabajo a 4 personas.
Y no tengo ninguna queja de mis empleados. Eran buenos trabajadores y mejores personas (con sus cosas, como todo el mundo).
Tras un año sabático, he vuelto a abrir, pero he reducido los servicios que le ofrezco al cliente pero le cobro un 66% menos que antes. ¿Como? Me he ahorrado el salario de tres trabajadores y sus seguro sociales.El cuarto lo he sustituido por una una subcontrata a una empresa. Ahora sólo trabajo 12 horas al día. No tengo que hacer nada durante mis horas de trabajo, cero preocupaciones y gano el doble.
Era un empresario correcto. Anteponía la persona al trabajador pero me di cuenta de que estaba haciendo el tonto, así que antes que traicionar mis principios, preferí cambiar el modelo dle negocio y por ahora, la cosa va bastante bien.

Por lo tanto, considero que efectivamente no hay que ser un hijoputa pero cierto es que entre el "estado" y los "derechos" de los trabajores, hacen que uno se plantee contratar.

#6

Re: Entre hijoputas u aspirantes a serlo

Más que una filosofía vitalista a lo Nietzsche es de Schopenhauer ,esencialmente ceniza y negativa,aunque este se nutrió de el como de Hume"La moral nace de los sentimientos" hasta volverse un loco sifiloso.
El superhijoputa que hablas debería habitar en las guarderías y colegios,un niño valiente e imprevisible que goza del caos,vida en frenesi constante,bailando y bebiendo como Dionisio, mal han hecho la propaganda nazi a esta hIstoria o el Superman de marvel.
Bye.

#7

Re: Entre hijoputas u aspirantes a serlo

Es que lo mejor para todos es que las empresas sean lo más eficientes posible. Tú lo has dicho: "ahora le cobro un 66% menos que antes"; es decir, estás haciendo que el dinero de tus clientes sea más eficiente; con lo que se ahorran, podrán comprar otras cosas -y generar trabajo-, o ahorrar, o invertir...

El problema no es que la gente pierda su trabajo, sino que no encuentren otro.

#8

Re: Entre hijoputas u aspirantes a serlo

Yo estoy de acuerdo con lo que dices, hace tiempo que observo esos comportamientos, pero no se puede generalizar al 100%. Es verdad que hay mucho 'hijoputa' y también mucho aspirante a serlo, pero también hay muchos trabajos en los que no todo está tan jerarquizado como para que se dé ese patrón.
En mi caso concreto la dinámica de mi empresa está pensada para explotar las aspiraciones a ser 'hijoputa' de los curritos, y los que no las tenemos nos sentimos fuera de lugar (hasta que nos echen).