Relaciones comerciales hispano-chinas

Publica hoy "Ideal" de Almeríá, pág.24, un artículo de Opinión, de F. Madero, con el siguiente titular: "Esperpento hispano-chino", en el que, entre otras cosas, dice que la crisis ha hecho que las conciencias no se escandalicen con un régimen totalitario y aparente, así como que no todo puede valer para el negocio y que estos acuerdos no deberían haberse firmado con un régimen que no respeta los derechos humanos, añadiendo que el Presidente de Gobierno estará sentado y sonriente en un sofá tras la firma. Finalmente postula que "en mi nombre, Presidente, no".
No creo que le falte razón al articulista, pero lo cierto es que me ha llevado a reflexionar sobre el conjunto de nuestras relaciones comerciales a nivel internacional y me doy cuenta que, en su mayor parte, estamos endeudados y mantenemos relacines comerciales con un sinfin de paises que ignoran los derechos humanos.
Por supuesto que tampoco yo sería partidario de mantener tales relaciones con semejantes Estados siempre que pudiera evitarlo, pero creo que --al contrario que el articulista-- el negocio es el negocio, independientemente de que otros temas se traten en foros distintos. Y este sentimiento me juega malas pasadas porque enfrentan abiertamente mis valores morales con la creciente pobreza y necesidad de varios millones de ciudadanos de mi pais. Y, sinceramente, aunque con gran dolor de mi corazón, la balanza se inclina inconscientemente hacia la solución que estimo más perentoria.
En mi defensa solo podría alegar un débil argumento y es que tampoco mantiene su moral aquél padre que, por necesidad, hurta alimentos en los supermercados, atraca un banco, deja de pagar sus deudas o la madre que se prostituye. Y, al menos yo, prefiero hacer cualquier cosa para evitar que mis hijos pasen hambre.
De antemano sé que mis sentimientos pudieran merecer un linchamiento. Pero lo siento. Saludos

Me parece que la doble moral, no nos permite distinguir esferas totalmente diferentes de la realidad, porque los argumentos, nos llevaría al absurdo del aislacionismo internacional, que tanto busca el caciquismo local, aunque lo tiña de idealismo, para encubrir sus verdaderas intenciones y manipular. ¿Por qué no declaramos la guerra a USA, por el caso Wikileaks, por ejemplo como caballeros designados divinamente, para "desfacer entuertos"? Porque sabemos distinguir las diferentes facetas de la realidad, sin dejarnos manipular. Para mí ,aunque suene bruto, me viene simplemente el "dónde tengas la olla, no metas la ..." refrán que simplifica, que no mezclemos asuntos tan diferentes de la realidad, cuando a alguien le interesa por oscuros e inconfesables motivos, aunque de evidencia meridiana, que se tiñen de buenos motivos, como el de Bush en Irak, de salvar al pueblo iraquí del yugo dictatorial de Sadam Hussein. En este caso, prefiero la sabiduría de Sancho que gobernó la isla Barataria con pragmatismo, que el idealismo quijotesco de salvar al mundo (el actor que encarnó Superman, tuvo que serlo, pero para salvar su vida personal)y por lo que merecidamente les lincharon.

Don Quijote apaleado

Es un tema interesante.., de hecho me ha venido a la cabeza recientemente con la prohibición de Noruega al dinero saudí para hacer mezquitas en su país:

http://www.absolutnoruega.com/noruega-se-niega-a-contar-con-mezquitas-financiadas-con-fondos-provenientes-de-arabia-saudita/

Lo que me lleva a preguntarme, ¿haría lo mismo Noruega de no tener petroleo de sobra? El ejemplo más cercano, quizás, es la prohibición de minaretes en Suiza.., pero éstos tampoco van descalzo...

Saludos

Apoyo vuestra posición, debemos concentrarnos en hacer las cosas bien dentro de nuestro país y con nosotros mismos. Cuando logremos eso tal vez tengamos la capacidad económica y moral de exigir o implantar ciertos requerimientos básicos en nuestras relaciones con extranjeros. Pero mientras nuestra dependencia a las relaciones con otros países sea tan grande y nuestro gobierno y sociedad sean un desastre, no podemos darnos ese lujo.

Apoyo de igual manera el punto de Madoz, prefiero por el momento un gobierno pragmático como el de Sancho Panza que uno idealista y soñador como el de Don Quijote, aunque no por eso debemos de dejar de soñar, ya que las utopías no podrán ser realidad pero ayudan a allanar el camino.

Buenas tardes:
Yo, al contrario que Madoz y Gfierro, soy un idealista y estoy mucho más cerca de las posiciones de Don Quijote (aunque eso me cueste disgustos, caídas, discusiones y peleas y alguna que otra disculpa) que de las posiciones de Sancho Panza (aún reconociendo que las de este personaje son las más prácticas).
Como decía, soy un idealista: creo que deberíamos regir nuestro comportamiento por nuestra conciencia y ser consecuentes con ella.
No estoy seguro de haberme explicado bien pero valga decir que respeto todas las opiniones aunque no coincidan con las mías.
Saludos y hasta pronto.

Siempre serán necesarios en este mundo los idealistas, porque como ya mencioné, "las utopías no podrán ser realidad pero ayudan a allanar el camino".

Los pragmáticos son quienes dirigen el mundo en el hoy, pero los idealistas son quienes sientan las bases para el mañana.

Saludos

Amigo Aljeperez, independientemente de mi punto de vista expresado en el inicio de este post respecto de las relaciones comerciales con China, lo cierto es que respecto de tu exposición se me presenta un serio dilema, pues la verdad es que, estando de acuerdo con lo primero, también estoy de acuerdo con lo segundo.
Se trata de cuestiones distintas. la primera afecta al bienestar, al progreso económico y a la probable salida de la crisis; respecto de la segunda, entiendo y apoyaría plenamente el principio de reciprocidad, pues lo que no acabo de entender es que aquí exista y se defienda como derecho constitucional la libertad religiosa y en otros paises se persiga a los cristianos o se les prohiba la práctica de su religión, llegando incluso a expulsarlos del pais sin garantias jurídicas o incluso masacrándolos en algunos casos. Esto último me parece de idiotas. Por eso apoyo las medidas tomadas por Noruega. Saludos