Juzgar a Garzon por investigar los crimenes contra la dictadura de Franco es un tremendo error, sobre todo un inmenso error por parte de la derecha española. Me explico:
1. la causa abierta por Garzon no prosperaría de ninguna manera pues era revisable su decisión en la instancia judicial superior, y una cosa es lo que dice magistrado instructor y otra el tribunal que dicta sentencia.
2. esta causa contra Garzón lo convierte en una victima más del Franquismo, y destapa los poderes reales que la trancisión aparentemente ha cubierto. Siguen mandando los mismos, y eso no es politicamente responsable reconocerlo.
3. un juez que quiere hacer justicia, al filo de la ley, es decir, cuando el fundamento que esgrime no está en la ley sino en la justicia y en sus principios generales, no debe ser tratado como un malechor, es decir, como un vulgar prevaricador.
4. finalmente, contra Garzón hay una investigación pendiente por cohecho, y llama la atención que este asunto que si es importante para la justicia, sea relegado a un segundo plano, incluso en el sentido de la campaña contra Garzón.
Este último es el tema que me importa realmente, y que el artículo The Economist no toca tampoco. ¿Porqué un magistrado de la AN tiene que dar las gracias al presidente de un Banco por una financiación que directa o indirectamente le benefició ya en lo personal o profesional? ¿Porqué no se destaca el hecho de que el juez Garzón no admitió a tramite una denuncia contra Botín, exponiendo las causas y la posible influencia que esa financiación pudo haber tenido, si así fue? Pues lo que a los ciudadanos les interesa es que la imagen de la justica se mantenga impoluta, y no sólo la imagen. O es que no se quiere hablar de esta causa pues habría que hablar de Botín, y este es un pez muy gordo, que debe quedar al margen del debate nacional?
El franquismo se impuso en España, pues ganó la Guerra civil. La trancisión es trancisión porque hubo una ley de amnistía, porque el jefe de estado fue el que Franco decidió que fuera, porque las grandes fortunas amazadas bajo la protección de la dictadura se respetaron, etc., etc. La otra alternativa era una revolución, y las revoluciones no se hacen en los juzgados, este es el mayor pecado de Garzón, creer que podía derrotar a la trancisión desde su despacho. Si lo hizo en busca de gloria personal o en busca de justicia reparadora sólo lo sabe él, eso da igual.
Todos los que le apoyan deben aprender la lección, no estamos en democracia estamos en la trancisión hacia ella, o en trancisión hacia la corrupción generalizada, el tiempo lo dirá.