¿Con una tasa de paro alrededor del 23%, empleos precarios, salarios por los suelos (parece que el único remedio para sustentar el aumento de la productividad y eficiencia), inestabilidad laboral, pensiones congeladas (reducidas, pues su incremento es inferior al IPC), es acertado sustentar la demanda interna en el consumo privado? No hay que olvidar la amenaza de deflación, que implica una contención del consumo.
Desde el lado de las exportaciones, si se produce un frenazo en la zona euro, ¿es descartable que ese parón nos afecte?, más bien al contrario, afectará al sector exterior y con ello a las previsiones de crecimiento del PIB.
Por otro lado, observando la tendencia marcada por los índices general de cifras de negocios empresarial, del sector servicios de mercado y de cifra de negocios en la industria, se aprecian indicios de una desaceleración económica interna.
Optimismo por el lado de los ingresos fiscales, en los que el incremento de los impuestos indirectos (IVA) destaca.
Y la deuda creciendo en relación al PIB.
Con unas previsiones de crecimiento del 2%, que no se quieren revisar como están haciendo otros, cuánto tiempo necesitaremos para llegar a tasas de desempleo aceptables?? Si el crecimiento es inferior al previsto, ni te cuento.
No creo que haya motivo para fiestas ni celebraciones (a día de hoy el número de parados está en niveles similares a los que se encontró Rajoy, después de que dejase la presidencia del gobierno uno de los mayores ineptos que hasta la fecha la ha ocupado, Mr. Zapatero).
Saludos.