Cuando quiebra una entidad financiera existe el riesgo de que se genere un problema mucho mayor del que ha producido el fallo. Puede que cunda el miedo y los ahorradores traten de retirar su dinero en masa.
Esta locura colectiva ya había ocurrido en la entidad castellano manchega. El 21 de enero de 2009, en el municipio toledano de Los Yébenes llegó el pánico bancario semanas antes de la intervención. Oficialmente, el nerviosismo partió de un rumor y una confusión fatal. Una emisora local de Toledo, Radio Consuegra, informó de que una pequeña empresa de fabricación de puertas, ITM, había quebrado. Algún vecino entendió que era CCM. A partir de ahí, la noticia corrió como la pólvora por las calles del pueblo y los vecinos acudieron masivamente a retirar su dinero. Las colas frente a los sucursales de CCM en Los Yébenes crecieron y las oficinas centrales de Toledo tuvieron que mandar furgones con dinero.
Algunos exejecutivos de la entidad aseguran que no fue casual. En privado citan nombres de empresarios afines al PP de la zona, a los que culpan de alimentar el rumor. Lo que ocurrió en Los Yébenes fue un ensayo del verdadero final de la caja. CCM no quebró solo porque arrastraba un problema de solvencia por sus erróneas inversiones inmobiliarias, sino por falta de liquidez. Al cáncer del ladrillo se unió el infarto de la falta de dinero.
A lo largo de marzo de 2009 el PP de Castilla-La Mancha, capitaneado por María Dolores de Cospedal, alentó una campaña contra la solvencia de la entidad en una guerra en la que también atacó al Gobierno regional de José María Barreda. Empresarios afines al PP propiciaron la retirada de depósitos. Como posteriormente demostraron las estadísticas de la caja, en pocas semanas se sacaron unos 5.000 millones. Muchos millones de esos fueron inyectados por el Banco de España, hasta que vio que el agujero no tenía fin y dijo basta mediante la intervención.
Una quiebra sin indemnizaciones
• Juan Pedro Hernández Moltó, presidente desde 1999, cobraba 150.000 euros al año. Tras la intervención, no recibió indemnización ni tuvo derecho a paro.
• El expresidente fue multado con 155.000 euros por el Banco de España, que le inhabilitó por cinco años. Anticorrupción concluyó que no hubo enriquecimiento con el cargo. Tiene pendiente un juicio por una denuncia de administración desleal.
• Al director general, Ildefonso Ortega, colocado en el cargo por el PP, el Banco de España le abrió siete expedientes por siete faltas muy graves.
• Ortega fue multado con 150.000 euros y perdió la pensión por jubilación. Anticorrupción dijo que no se enriqueció en el ejercicio de su cargo.
http://economia.elpais.com/economia/2012/06/24/actualidad/1340490856_367757.html
Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.