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Ser Sordo y Ciego ¿es incompatible con ser Brillante? En España si!

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Ser Sordo y Ciego ¿es incompatible con ser Brillante? En España si!
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Ser Sordo y Ciego ¿es incompatible con ser Brillante? En España si!

Esto es Hispanistan!!! que se ha creido este estafador!!! Los políticos si que pueden acumular 13 sueldos.
Además tiene que pagar intereses...

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http://www.noticiasdenavarra.com/2012/01/25/sociedad/navarra/enfermo-y-brillante-es-incompatible

LA SEGURIDAD SOCIAL RECLAMA 11.150 EUROS A OIER LAKUNTZA, UN EXCELENTE ESTUDIANTE SORDOCIEGO Y FUTURO DOCTOR EN QUÍMICA CUÁNTICA. SU 'DELITO': LOGRAR UNA BECA DE INVESTIGACIÓN MIENTRAS RECIBE UNA PRESTACIÓN POR DISCAPACIDAD

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OIER Lakuntza Irigoien es un chico brillante. No lo dice quien escribe estas líneas, lo atestigua su expediente académico. Estudió la licenciatura de Químicas en la Universidad de Navarra y entre sus múltiples notables, sobresalientes y matrículas de honor tan solo se desliza un aprobado. Sus excelentes calificaciones le hicieron merecedor de una beca de investigación para realizar la tesis doctoral en la Universidad del País Vasco (UPV), trabajo que está a punto de terminar.

De hecho, este verano, si no es antes, Oier podrá decir con orgullo que es doctor en Química Cuántica. Lo que ha conseguido este joven pamplonés de 26 años no es fácil pero si al esfuerzo que supone esta trayectoria académica le añadimos los graves problemas de salud que padece, lo convierte en un ejemplo único (o casi) en todo el mundo. Oier padece el síndrome de Wolfram, una enfermedad degenerativa que le ha dejado ciego, con problemas de audición y diabetes. Este joven recibía una prestación económica por discapacidad, que ahora el Instituto de la Seguridad Social le reclama al considerarla "incompatible" con los rendimientos de trabajo que ha realizado Oier en los dos últimos años de beca.

La amarga noticia les revolvió en noviembre del pasado 2010. "Nos llamaron del Instituto de la Seguridad Social para comunicarnos que la prestación por discapacidad era incompatible con los rendimientos de trabajo de Oier", recuerda su padre, Ángel Lakuntza. En un principio era él quien recibía dicha ayuda económica por tener un hijo a cargo afectado por una minusvalía del 86%, "pero renuncié para que se lo ingresaran a Oier". Esto ocurrió años antes de que su hijo solicitara una beca para realizar la tesis doctoral y el Gobierno foral se la concediera. "Pero ya consulté si eso podía ser un problema y me comentaron que no, que no era cuestión de la titularidad", afirma su padre.

Al parecer, el quid de la cuestión radica en que una persona que recibe una prestación por padecer una discapacidad no puede ser beneficiario de una beca de investigación. "Es una injusticia enorme. Oier obtuvo el mejor expediente de todas las personas que recibieron la beca. Se lo dieron por méritos exclusivamente académicos. Luego está el hecho de que, debido a sus circunstancias personales, a su discapacidad, recibe una prestación económica que le permite comprar aparatos para los oídos que cuestan un pastón, unas pastillas que tiene que tomar y aquí no se venden... No es una cuestión que Oier haya elegido sino que le ha tocado en la vida", explica su padre, que considera que "se habla mucho de integración, de diversidad... pero es mentira. A la hora de aplicar la discapacidad a la vida hay mucha palabrería y poca actuación".

Y es que en vez de aplicar medidas de discriminación positiva para facilitar el desarrollo personal y académico de una persona que ha superado múltiples obstáculos para llegar hasta donde ha llegado, la Administración hace todo lo contrario. "Se le discrimina por tener una discapacidad. Oier está en inferioridad de condiciones. Es sordociego, tiene diabetes y otros problemas que le complican la vida y, sin embargo, ha conseguido algo que pocas personas con todos los sentidos (entre comillas) pueden hacer", asegura su padre, que lamenta que "Oier tendría que haber renunciado a la prestación por discapacidad para obtener la beca, pero es que mi hijo tiene unos gastos para poder llevar una vida normalizada que el resto no tiene. Además, el dinero de la beca es para investigar. Es una injusticia y voy a llegar hasta donde haga falta".

EL FUTURO

Trabajar y renunciar a la prestación o vivir en la miseria

Su hijo va más allá en su reflexión, y mira hacia el futuro. "No es sólo cuestión de la beca sino que parece que esa prestación por discapacidad es incompatible con cualquier tipo de contrato. Si estuviera trabajando tampoco podría recibirla, debería renunciar a ella", explica Oier, que añade "la única forma de cobrar esa prestación es quedarse en la miseria, que la única fuente de ingresos sea esa". Esta ayuda no llega a 500 euros mensuales mientras que por la beca ha cobrado 1.100 euros al mes (12 pagas) durante los dos primeros años y 970 euros (14 pagas) los dos últimos.

Ante esta situación, añade su padre, "las personas que sufren estos problemas se plantearán quedarse con la prestación y no buscar trabajo. Con eso consigues la marginación de la persona, su hundimiento moral. No es el caso de Oier". De hecho, cuando termine la tesis, a este joven le gustaría dedicarse a la divulgación científica. "Me gusta investigar pero creo que si no se transmite es como si no existiera. Si no se divulga, la gente no sabe lo que hacemos. He contactado con la Sociedad Elhuyar, dedicada a la divulgación científica, y quizá pueda empezar a trabajar con ellos", asegura Oier, que pese a sus dificultades ha vivido solo en San Sebastián y en Tarragona, donde realizó una estancia en el Instituto Catalán de Investigación Química. "Al principio me costó un poco, pero me apañé bastante bien".

EL JUICIO: 16 DE FEBRERO

Pelearán hasta el final

Después de varios recursos y de tocar la puerta del departamento de Educación, la familia Lakuntza-Irigoien se enfrentará el próximo 16 de febrero a un juicio en el que la Seguridad Social le reclama un total de 11.150 euros. "Se supone que este dinero debería corresponderse con los cuatro años de la prestación pero no coincide y nuestro abogado dice que se han columpiado con las cantidades", explica Ángel, que añade que "también nos ha comentado que la ley es la ley y que el juez no entrará en valoraciones". Digan lo que digan los tribunales, esta familia tiene intención de pelear hasta el final. "Estoy dispuesto a irme a Madrid con una tienda de campaña para denunciar esta injusticia", afirma Ángel. Las leyes, en su opinión, "se hacen generales sin tener en cuenta las excepciones. Y la vida no es así".

Orgullosos de su hijo, y con razón, Ángel y su mujer, Arantza, han decidido que lucharán hasta el final para que se haga justicia. "Oier tiene muchas dificultades, el síndrome de Wolfram es una enfermedad muy grave. Y a pesar de los obstáculos ha conseguido terminar Química con el mejor expediente y realizar la tesis doctoral. Durante la carrera, Oier tomaba apuntes en clase con un lector de braille. Sus compañeros le prestaban aquellos apuntes que él no conseguía coger y por las tardes nos poníamos a trabajar: yo los leía del pale y el los transcribía al braille", recuerda. Es te es sólo un ejemplo, pero la lista es interminable. La suya es una vida de esfuerzo y tesón, un camino de obstáculos en el que ha surgido una nueva piedra que confían en esquivar. Sólo piden que Oier no sea discriminado por tener una discapacidad y pueda continuar su brillante trayectoria académica y profesional.