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Versos sueltos

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Versos sueltos
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Versos sueltos
Página
618 / 638
#4937

Re: Versos sueltos

 

    CUARTO DE HOTEL

              I

A la luz cenicienta del recuerdo
que quiere redimir lo ya vivido
arde el ayer fantasma. ¿Yo soy ese
que baila al pie del árbol y delira
con nubes que son cuerpos que son olas,
con cuerpos que son nubes que son playas?
¿Soy el que toca el agua y canta el agua,
la nube y vuela, el árbol y echa hojas,
un cuerpo y se despierta y le contesta?
Arde el tiempo fantasma:
arde el ayer, el hoy se quema y el mañana.
Todo lo que soñé dura un minuto
y es un minuto todo lo vivido.
Pero no importan siglos o minutos:
también el tiempo de la estrella es tiempo,
gota de sangre o fuego: parpadeo.

              II

Roza mi frente con sus manos frías
el río del pasado y sus memorias
huyen bajo mis párpados de piedra.
No se detiene nunca su carrera
y yo, desde mí mismo, lo despido.
¿Huye de mí el pasado?
¿Huyo con él y aquel que lo despide
es una sombra que me finge, hueca?
Quizá no es él quien huye: yo me alejo
y él no me sigue, ajeno, consumado.
Aquel que fui se queda en la ribera.
No me recuerda nunca ni me busca,
no me contempla ni despide:
contempla, busca a otro fugitivo.
Pero tampoco el otro lo recuerda.

              III

No hay  antes ni después. ¿Lo que viví
lo estoy viviendo todavía?
¡Lo que viví! ¿Fui acaso? Todo fluye:
lo que viví lo estoy muriendo todavía.
No tiene fin el tiempo: finge labios,
minutos, muerte, cielos, finge infiernos,
puertas que dan a nada y nadie cruza.
No hay fin, ni paraíso, ni domingo.
No nos espera Dios al fin de semana.
Duerme, no lo despiertan nuestros gritos.
Sólo el silencio lo despierta.
Cuando se calle todo y ya no canten
la sangre, los relojes, las estrellas,
Dios abrirá los ojos
y al reino de su nada volveremos.

autógrafo
Octavio Paz

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4938

Re: Versos sueltos

Su obra es demasiado extensa, pongo esta otra y lo dejo...

 

 

  CREPÚSCULOS DE LA CIUDAD

          III

A la orilla, de mí ya desprendido,
toco la destrucción que en mí se atreve,
palpo ceniza y nada, lo que llueve
el cielo en su caer oscurecido.

Anegado en mi sombra-espejo mido
la deserción del soplo que me mueve:
huyen, fantasma ejército de nieve,
tacto y color, perfume y sed, ruido.

El cielo se desangra en el cobalto
de un duro mar de espumas minerales;
yazgo a mis pies, me miro en el acero

de la piedra gastada y del asfalto:
pisan opacos muertos maquinales,
no mi sombra, mi cuerpo verdadero.

autógrafo
Octavio Paz

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4939

Re: Versos sueltos

.

AL DEJAR UN ALMA

Agua crepuscular, agua sedienta,
se te van como  sílabas los pájaros tardíos.
Meciéndose en los álamos el viento te descuentan
la dicha de tus ojos bebiéndose en los míos.

Alié mi pensamiento a tus goces sombríos
y gusté la dulzura de tus palabras lentas.
Tú alargaste crepúsculos  en mis manos sedientas:
yo devolveré  en el pan tus trágicos estíos.

Mis manos quedarán húmedas de tu seno.
De mis obstinaciones te quedará el veneno,
flotante flor de angustia que bautizó el destino.

De nuestros dos silencios ha de brotar un día
el agua luminosa que dé un azul divino
al fondo de cipreses de tu alma y de la mía.

autógrafo

Carlos Pellicer

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

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#4940

Re: Versos sueltos

A riesgo de que, depués de llamarme rojilla, me llamen facha, e importándome entre nada y nadísima lo que digan los que no me conocen de nada, valga la redundancia, jajaja... 

 

 

Ahí va eso:

 

 

A superarlo luego eh...

 

 

 ORACIÓN A LA LUZ

Señor: yo sé que en la mañana pura 
de este mundo, tu diestra generosa 
hizo la luz antes que toda cosa 
porque todo tuviera su figura.

Yo sé que te refleja la segura 
línea inmortal del lirio y de la rosa 
mejor que la embriagada y temerosa 
música de los vientos en la altura.

Por eso te celebro yo en el frío 
pensar exacto a la verdad sujeto 
y en la ribera sin temblor del río:

por eso yo te adoro, mudo y quieto: 
y por eso, Señor, el dolor mío 
por llegar a Ti se hizo soneto.

autógrafo

José María Pemán

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!
 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4941

Re: Versos sueltos

Ya somos dos que preferimos el Otoño a todo

 

 

Porque es igual que tú, claro y sereno, 
estoy enamorado del otoño. 
  Adoro los cipreses porque son 
como tu cuerpo, conjunción suprema 
de arquitectura y música. 
                                                    Y adoro 
ese verde con sol de los pinares 
tan parecido al verde de tus ojos. 
  Adoro esa tristeza sin palabras 
que guardamos los dos como un tesoro... 
  Y esa risa sin risa 
que, como una limosna, 
por caridad, le damos a los otros.

autógrafo

José María Pemán

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

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#4942

Re: Versos sueltos

Esta la he subido mil veces y mil más que la subiría...

 

 

 

¡Bendito seas, Señor, 
por tu infinita bondad; 
porque pones con amor 
sobre espinas de dolor 
rosas de conformidad!. 

¡Qué triste es mi caminar!... 
Llevo en el pecho escondido 
un gemido de pesar, 
y en mis labios un cantar 
para esconder mi gemido. 

Tú sólo, Dios y Señor, 
Tú, que por amor me hieres; 
Tú, que con inmenso amor, 
pruebas con mayor dolor 
a las almas que más quieres, 

Tú sólo lo has de saber; 
que sólo quiero contar 
mi secreto padecer 
a quien lo ha de comprender 
y lo puede consolar. 

 

¡Bendito seas, Señor, 
por tu infinita bondad, 
porque pones con amor, 
sobre espinas de dolor, 
rosas de conformidad!... 

Será el dolor que viniere 
en buena hora recibido. 
Venga, pues que Dios lo quiere... 
¿Qué me importa verme herido 
si es mi Dios el que me hiere?. 

Yo no me quejo, Señor; 
yo sé que es goce el dolor 
si se sufre por amar, 
y el padecer es gozar 
si se padece de amor. 

Yo quiero sufrir, Señor; 
quiero por amor gozar 
la dulzura del dolor; 
quiero hacer mi vida altar 
de un sacrificio de amor. 

 

Vivir sin penas de amores 
es triste vivir sombrío, 
como el del agua de un río 
que, sin árboles ni flores, 
va por un campo baldío. 

Vida, la falsa alegría 
yo no te envidio, que el día 
que fuere mi vida así 
temblando de horror diría: 
¡Dios se ha olvidado de mí!. 

No huyáis penas y dolores 
con flaqueza de cobarde, 
ni busquéis falsos amores, 
que mueren, como las flores, 
en el morir de la tarde. 

Saber sufrir y tener 
el alma recia y curtida 
es lo que importa saber; 
la ciencia de padecer, 
es la ciencia de la vida. 

 

Por eso, Dios y Señor, 
porque por amor me hieres, 
porque con inmenso amor 
pruebas con mayor dolor 
a las almas que más quieres; 

porque sufrir es curar 
las llagas del corazón; 
porque sé que me has de dar 
consuelo y resignación 
a medida del pesar; 

por tu bondad y tu amor, 
porque lo mandas y quieres, 
porque es tuyo mi dolor..., 
¡bendita sea, Señor, 
la mano con que me hieres!. 


José María Pemán           
(1898-1981) 

 

 

Porque me parece una de las oraciones en verso más bonitas que he leído nunca...

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4943

Re: Versos sueltos

.

 

Belleza serena

Única turbación y melodía
de tu belleza toda en paz lograda,
la fuga musical de tu mirada,
sobre la sabia y pura geometría

de tu cuerpo sin tacha, es una fuente
con dos chorros de luz, que habla de cosas
lejanas y de estrellas misteriosas
más allá de la Forma y del Presente.

Ciega, por eso, mi alma te desea
como una estatua, porque así, hecha idea,
nada turbe tu plástica armonía;

y así, ya sin lejanas alusiones,
como el jazmín serena al mediodía,
tu perfección serene mis pasiones.


 

 

Entre los geranios rosas...

¡Entre los geranios rosas,
una mariposa blanca!

Así me gritó la niña,
la de las trenzas doradas:
-corre a verla, corre a verla,
que se te escapa.

Por los caminos regados
del oro nuevo del alba,
corrí a los geranios rosas,
¡y ya no estaba!

Volví entonces a la niña,
la de las trenzas doradas.
«No estaba ya», iba a decirle.
pero ella tampoco estaba.
A lo lejos, ya muy lejos,
se oían sus carcajadas.

Ni ella ni la mariposa;
todo fue una linda trama.

El jardín se quedó triste
en la alegría del alba,
y yo solo por la sola,
calle de acacias.

Y esto fue mi vida toda:
una voz que engañó el alma,
un correr inútilmente,
una inútil esperanza...

¡Entre los geranios rosas,
una mariposa blanca!

 

 

In memoriam

La navidad sin ti, pero contigo.
Como el volver a ser
cuando empieza a nacer
verde de vida y de memoria, el trigo.

Porque tú no estás lejos.
No sé si es que te veo o que te escucho.
Me iluminan, me templan tus reflejos.
Voy hacia ti... No puedo tardar mucho.

Pagando estrellas por salario
te escondes en la barbas torrenciales de Dios.
Recuerdo el ritmo lento de tu horario.
Humilde en la infinita paciencia del rosario:
y en la fe penetrante de tu voz.

Y el belén de su Amor,
como tú lo ponías.
Tú, la niña mayor,
la flor más pura de las flores mías,.

Como es la luz del río
y el canto es de la fuente:
este cariño ardiente
es todo tuyo, a fuerza de tan mío.

 

 

Oración

Yo sé que estás conmigo, porque todas
las cosas se me han vuelto claridad:
porque tengo la sed y el agua juntas
en el jardín de mi sereno afán.

Yo sé que estás conmigo, porque he visto
En las cosas tu sombra, que es la paz;
Y se me han aclarado las razones
de los hechos humildes, y el andar
por el camino blanco, se me ha hecho
un ejercicio de felicidad.

No he sido arrebatado sobre nubes
ni he sentido tu voz, ni me he salido
del prado verde donde suelo andar...
¡otra vez, como ayer, te he conocido
por la manera de partir el pan.

 

 

Oración a la luz

Señor: yo sé que en la mañana pura
de este mundo, tu diestra generosa
hizo la luz antes que toda cosa
porque todo tuviera su figura.

Yo sé que se refleja la segura
línea inmortal del lirio y de la rosa
mejor que la embriagada y temerosa
música de los vientos en la altura.

Por eso yo celebro en el frío
pensar exacto a la verdad sujeto
y en la ribera sin temblor del río;

por eso yo te adoro, mudo y quieto:
y por eso, Señor, el dolor mío
por llegar hasta Ti se hizo soneto.

 

 

Resignación

Por eso, Dios y Señor,
porque por amor me hieres,
porque con inmenso amor
pruebas con mayor dolor
a las almas que más quieres.

Porque sufrir es curar
las llagas del corazón;
porque sé que me has de dar
consuelo y resignación
a medida del pesar;

por tu bondad y tu amor,
porque lo mandas y quieres,
porque es tuyo mi dolor...,
¡bendita sea, Señor,
la mano con que me hieres!

 

 

Revelación

¡Cómo volaba el pensamiento mío!...
Fue un dulce anochecer. Se adivinaba
por su rumor, bajo la peña, el río,
y la mano del viento preludiaba
un aria triste en el pinar sombrío.
Como una bruma de melancolía,
no sé qué dulce calma bienhechora
pasó rozando con el alma mía...
Tú que en mí estás, mujer, a toda hora,
¡nunca has estado en mí como aquel día!...

Quise gritar mi pena.
y ante la soledad de los caminos
alfombrados de luna y la serena
quietud de muerte de la noche, llena
de olor de flores y rumor de pinos,
«¡La quiero!...», dije con fervor sincero.
«¡La quiero!...», repetí, y el aire blando,
con un rodar de voces fue gritando
desde la sierra hasta el pinar: «¡La quiero!

Callé y calló la noche. El alma mía
volvió a encerrarse en la melancolía
de este secreto amor hondo y austero,
que nadie sabe y del que nada espero...
¡Sólo lo supo el agua que corría
y una flor desvelada, que tenía
una cita de amor con un lucero...!

 

 

Romance de los siete capitales

Tarde abajo, el mayoral
de los siete toros negros
va sorbiéndose en un triste
rojo crepúsculo lento. 

Zahones de hipocresía
lleva, y por pica el deseo:
con azahar de inocencia
tienen los estribos hechos. 

Los toros con siete lunas
van corneando los vientos:
jazmines de barba espesa
tirando van contra el cielo.

«¿A dónde vas mayoral?» 
«A tu corazón los llevo». 

Prepara tu mariposa 
de seda y luz para el juego,
sácale filo a tu espada
con pedernales de miedo
¡Fina viene de pitones
la luna de un mal deseo! 

¡Brava corrida, la tarde 
aquella de mi tormento!
y seda morada, en medio.
Yo con la espada y la duda
Contra mí, siete deseos. 

Me rozaron en la carne 
las siete liras de huesos.
Geranios de sangre fresca
mis alamares prendieron.
Me salpicaron de espuma.
No me llegaron al cuerpo. 

Cuando la tarde sorbía, 
rojo, el crepúsculo lento,
por los prados, ya sin toros
luz de aurora en el sombrero
sin espuela y sin estribos
llegaba el Mayoral Bueno.
Vendas de seda traía
y aceite de olivos nuevos;
arena fresca en las manos
para enarenar el ruedo. 

«¿A dónde vas, mayoral?»  
«A tu corazón los llevo». 

 

 

Romance del divino gozo

El gozo del mundo se entra
dentro de mi corazón.
¡Estrecho gozo el que cabe
en tan estrecha mansión!.

El gozo que entra en nosotros:
gozo es de mal gozador.

Quiero un gozo que me envuelva
porque él me sea mayor.

¿Qué gozo será el que traiga
tanta anchura y tanto sol?.

Dios le dijo al siervo fiel:
"Entra en el gozo de Dios"...

¡No gozos que entren en mí:
quiero un gozo en que entre yo!

 

 

Soledad

Soledad sabe una copla
que tiene su mismo nombre:
Soledad.

Tres renglones nada más:
tres arroyos de agua amarga,
que van, cantando, a la mar.

Copla tronchada, tu verso
primero, ¿dónde estará?

¿Qué jardinero loco,
con sus tijeras de plata
le cortó al ciprés la punta,
Soledad?

¿Qué ventolera de polvo
se te llevó la veleta,
Soledad?

¿O es que, por llegar más pronto
te viniste sin sombrero,
Soledad?

Y total:
¿qué mas da?
Tres versos: ¿para qué más?

Si con tres sílabas basta
para decir el vacío
del alma que está sin alma:
¡Soledad!

 


 


Yo te siento en la rosa...

Yo te siento en la rosa.
Tanto más grande siento yo mi alma,
cuanto son más pequeñas
las cosas que la mueven.

¡Ay esas almas lentas
como animales hartos,
que van a Ti pisando mansamente
sobre el fango sonoro y necesitan
para reconocerte
la voz de la tormenta o la engolada
frase inmensa y solemne!

Señor:
Yo te siento en la rosa
y en la nieve
y en la rama sin flores
y en el plátano verde
que sombras, en el centro
de la plaza, la fuente.

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4944

Re: Versos sueltos

Debió pensar lo bueno si breve, dos veces breve, ;-)

 

 CARTEL DE LA ALEGRÍA

La muerte debe ser vencida 
La miseria echada 
Que haya pájaros en cada pecho.

Gustavo Pereira

 

 

 

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

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