Si algo he aprendido en esta vida, muchas veces a base de golpetones en el alma, es que cuando se cierra una ventana pequeñita y parece que se hunde el mundo, cuando menos te lo esperas, se abre inmediatamente una puerta gigante, justo en el momento en que más la necesitas y cuando pasas de su dintel, te encuentras a los verdaderos amigos con los brazos abiertos, siempre dispuestos a acompañarte en tu camino.
Si te soy sincera, no me entristecí, solo crucé el dintel con ilusión, esperanza y segura de quién me iba a encontrar al otro lado... Y como ves, no me equivoqué, ;-)
Me alegra profundamente volver a verte por estos lares.
Mi espalda se estancó, sé que es por algo, aunque ahora mismo no lo entienda. Con gran esfuerzo, doy gracias a Dios por ello, ya que esta nueva situación familiar ha acercado a la reflexión espiritual, a quién tu sabes y a mi, por supuesto.
¡Muchas gracias de corazón!
Espero que todo vaya fenomenal en vuestra casa. No creo que sea casualidad, ayer tarde os tuve presentes en el rosario.
Creo que lo sabes de sobra, pero por si acaso alguien lo desconoce, la primera parte de la firma no es mía... http://www.sabidurias.com/cita/es/80/san-agustin/si-precisas-una-mano-recuerda-que-yo-tengo-dos
Un abrazo
¡Sed muy felices!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.