Un chaval de 15 años no se, pero conforme pasan los años y te rompes los cuernos a trabajar, al principio tienes la ilusión de ir progresando, pero más adelante viendo la puñetera realidad que es que estás en un punto muerto tras haber tocado techo y que no hay forma de pasar de ahí, te das cuenta de la realidad, de todas las mentiras que te han contado y te acabas bajando de la nube asumiendo que nunca vas a pasar de los mil y poco al mes por hacer un trabajo rutinario que poco a poco te va quemando cada vez más, hasta que llega el día de jubilarte (cada vez más lejano) en que ya eres un viejo amargado.
Esto es lo que te hace replantearte las cosas de otra manera, buscando algo fijo, bien conseguir una plaza fija en la administración pública, bien intentar vivir de las rentas, a cada cual más complicada.
Y cuando eres joven (yo me considero que todavía lo soy) no te importa tanto andar saltando de un lado para otro, pero llega un momento en que te planteas tener una casa, un coche y quizás una familia, y ahí necesitas algo seguro y estable.