El Gobierno quiere poner freno a los especuladores bursátiles y de paso dar una nueva vuelta de tuerca a la reforma del IRPF. El objetivo es cerrar el grifo a las operaciones a corto plazo y evitar la volatilidad que viven los mercados a través de las operaciones a corto plazo, al tiempo que les va a permitir aumentar la recaudación gracias a los contribuyentes.
Actualmente este tipo de operaciones están prohibidas en el mercado español. Fueron suprimidas por la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) el pasado 23 de julio, y previsiblemente terminará la prohibición el próximo 23 de octubre, por lo que muchos expertos interpretan la medida del Ministerio de Hacienda como una vuelta de tuerca para evitar que este tipo de operaciones hagan acto de presencia en el mercado, al menos por el momento.
La renta variable y algunos instrumentos financieros como los ETFs y derivados están en el punto de mira de la nueva normativa. Sin embargo, la medida no afectará a los dividendos obtenidos a través de las acciones ni a los depósitos a plazo fijo. Por el contrario, los fondos de inversión colectiva podrían salir beneficiados en esta ocasión ya que difieren la tributación de las plusvalías hasta el momento del reembolso.
FRENO A LA ESPECULACIÓN
La posibilidad de que esta medida limite, aún más, los volúmenes de contratación en una Bolsa, ya de por sí bastante castigada por la huida masiva de los inversores y por tanto, disminuya la liquidez en las transacciones, ha sido recibida en el mercado con distinto talante.
Una parte considera que “es una medida que pretende para frenar los movimientos especulativos o, al menos, controlarlos y penalizarlos. De ahí la subida del tipo que puede llegar hasta el 52%”, señala Jaime Corral, asesor financiero de Amoros Arbaiza Inversiones EAFI. También “pretende fomentar ahorro incentivando a los inversores que esperan cobrar el dividendo y no hacer trading”, añade. Y además, “mejoraría la extrema volatilidad que tienen las Bolsas y el sentimiento de miedo que vivimos con ellas”.
La posible discriminación de unos activos frente a otros es la otra cara de la moneda que circula en el mercado. “Básicamente, una mayor presión en las operaciones especulativas a corto plazo podría implicar un menor volumen de transacciones, especialmente en el mercado de acciones, que provocaría un descenso en el volumen de negociación y que se materializaría con una ampliación en los diferenciales de compra y venta (horquillas o spreads) señala Alejandro Martín, subdirector España de Hanseatic Brokerhouse Financial Services España.
En su opinión, esta situación “provocaría un coste adicional a los inversores, si bien este coste estaría impuesto por el propio mercado, fruto del posible descenso de liquidez”.
Limitar las operaciones cortoplacistas derivará en que los inversores acabarán desplazándose hacia otro tipo de activos, según el broker del banco alemán especializado en la comercialización de CFDs (contratos por diferencias). “Claramente los inversores más experimentados tendrán que recurrir a la especulación a otros activos más líquidos como la operativa con derivados de índices (como los CFDs sobre índices) así como en el mercado Forex de divisas”.
Según Javier Kessler, socio de Kessler & Casadevall Asesoramiento Financiero EAFI y presidente de la asociación ASEAFI, “ a los mercados lo que le afecta es que realmente España sea capaz de nivelar sus cuentas. “Si dentro de unos meses conseguimos que España presente un déficit mejor que el que se ha propuesto o mejore la situación económica lo aplaudiremos todos. Ya habrá tiempo para volver a bajar los impuestos”.
En su opinión, no va a restar liquidez a la Bolsa y tampoco va a dificultar la financiación de las empresas. “No creo vaya a disminuir que el volumen de negociación por pagar más impuestos por las plusvalías. Esta modificación normativa afecta a las operaciones a corto y el objetivo es frenarlas. Sinceramente no creo que la gente vaya a dejar de hacer más o menos operaciones por esta razón. Estamos hablando de plusvalías, no de rentas del trabajo. El inversor que ha comprado "telefónicas", y ha ganado un 20%, en vez de pagar una cantidad, paga automáticamente al nuevo marginal impuesto”, comenta Javier Kessler. En su opinión, “la tributación de los impuestos financieros siempre han estado en mejor situación que las rentas generadas por el trabajo”.
UNA MEDIDA DEFENSIVA
“El sentido común nos dice que la normativa sobre la reforma del IRPF hace daño a las operaciones especulativas puras y duras a corto plazo e intradía y a posiciones de corto que ahora mismo están prohibidas”, comenta Jaime Corral. A su juicio, “la prohibición de las operaciones a corto es una medida muy defensiva y no pueden estar prohibidas por la CNMV eternamente”.
Por otra parte, el asesor financiero considera que la inversión a corto plazo responde, sobre todo, a movimientos puntuales. “Normalmente son 4 ó 5 grandes hedge funds son los que juegan a corto”.
Bankinter, Banco Popular, Sabadell, entre otros, han sufrido de lleno las posiciones a corto, de ahí que se hayan recuperado un 40% durante el tiempo que han estado prohibidas. El gran porcentaje de los fondos de inversión institucionales y grandes fondos internacionales, no realizan generalmente inversiones especulativas”, dice.
“Lógicamente se han penalizado las plusvalías de mayor importe porque las operaciones eran de más calado y es algo que se quiere frenar, pero lo demás sigue igual. Los tramos del 21, 25 y 27 para las operaciones más pequeñas no varían, apunta Jaime Corral.
”Si esto a la larga va a ser bueno o malo para el conjunto del sector, sinceramente no lo sé. Ahora mismo todo está en manos de decisiones políticas y los mercados son absolutamente irracionales. No tenemos varitas mágicas solo el sentido común, el estudio y siempre con prudencia”, añade.
Javier Kessler considera que “es una reforma necesaria y no hay vuelta de tuerca. “Me gustaría decir que no la quiero pero no hay más remedio. Estamos a punto de quebrar y la intervención, -cuando se produzca- reclama un ajuste de los ingresos y los gastos. Tenemos una situación en la que nos jugamos la posibilidad de pagar gastos que son esenciales y hay que sacar recursos de donde sea. Luego ya habrá momentos para reubicarse”.
Con esta normativa se va a recaudar más. Y eso va a exigir un buen uso de los ingresos por parte del Estado; utilizar mejor los recursos que existen y eliminar todo aquello que sea superfluo”, señala Javier Kessler. “Igual que el ciudadano hace un esfuerzo para pagar los impuestos, el Estado podría hacer un uso más efectivo del dinero. Y ahí podemos mejorar muchísimo. Si ese uso es más eficiente no hará falta pedir tanto dinero a los ciudadanos”.
En su opinión, “no se trata de penalizar al que genera la plusvalías. No son “los malos” y están permitiendo que haya un mercado y una liquidez, así como la posibilidad de un determinado tipo de financiación”.
BME puede ser la empresa cotizada más afectada
El mercado da por descontado que la penalización de las operaciones a corto a través del incremento de la tributación de las plusvalías desincentivará la inversión bursátil y reducirá el número de operaciones con el consiguiente impacto en los volúmenes de la compañía. Y por tanto, en la facturación de BME lo que acabará penalizando al valor.
En el mes de agosto el volumen negociado de BME se redujo un 52,5% coincidiendo, con la prohibición de las operaciones a corto por la CNMV. También la cotización se ha resentido recientemente ante la implantación de la tasa sobre las operaciones bursátiles. Según un informe de Banesto, la nueva normativa “aleja al inversor individual de la Bolsa, expulsa al que aún aguantaba y desincent
http://www.invertia.com/noticias/gobierno-castiga-bolsa-impuestos-liquidez-2762203.htm