Los peligros de Bancolchón

Defiendo la nobleza e inocencia de los labradores retriever.
El de Florida fue acusado injustamente por unas meras pruebas circunstanciales, un billete baboseado de 100$, colocados a posta por alguien.

Tal como empieza el relato, ya se ve el embuste: "Mi marido y yo estamos pagando mi auto, y siempre ahorramos mil dólares... Señora !! la explicación de lo del pago del coche sobra !!!. Y además, fue ella la que dice que dejó el dinero, para que fuera el marido el que descubra el (falso) desaguisado.

Ejemplo de manipulación de evidencias circunstanciales: Aquel señor que bajó la basura y se encontró en la escalera con la vecinita, que estaba imponente, y estuvieron dandole que te pego más de una hora. Cuando subió a su casa se pintó las manos y la cara con rotulador; Su mujer disgutada preguntó: ¿Dónde has estado? Y el hombre le contestó: ¡¡En casa de la vecina de abajo, trajinandomela!! y su mujer enfadada le gritó:
¡¡Desgraciao, mentiroso, tú vienes del bingo!!

Saludos de Perry Mason.

En plena guerra civil, en Madrid, mi abuelo y su hermano, después de recurrir a amigos de algún amigo que trabajaba en "Abastos" consiguieron llevar a casa un buen filete de carne. Después de haber sazonado el filete y dejarlo preparado para cocinarlo (sus familias habían sido evacuadas a Alicante) sobre la encimera, tuvieron que salir de casa por algún asunto urgente, supongo que sin cerrar bien la puerta.

A la vuelta, cuando mi abuelo y mi tío se las prometían tan felices por el filete que les esperaba, vieron al perro de una vecina bajando la escalera y relamiéndose...

Sobra decir que el filete ya no estaba sobre la encimera.

¿Alguien puede calcular el valor de ese filete, teniendo en cuenta las circunstancias?

Es posible que no te falte razón.

Los perros son como los ordenadores, cargan con muchas culpas.

Conozco una historia similar pero fue con un gato, a pesar de que digan que son más de pescado.

Se le pudo ver salir corriendo con la pieza en la boca. Si el robado llega a regresar unos segundos antes el gato hubiera necesitado algo más de siete vidas.

Una noticia ni más de interesante, por lo menos el perro los devuelve en cambio hay otros chorizos que no dicen nada y venden la piel del perro si pueden.
Saludos

Seguro que tiene que haber muchas historias similares ocurridas en muchas casas de España en la Guerra Civil y en la Posguerra. Si los dueños pasaban hambre, los perros y los gatos...

A mí también me contaron otra historia: el gato metió la pata en la olla (quemándose la pata, supongo), lanzó al suelo la carne y el perro se la comió.

BanColchon