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Las estafas de CAIXABANK
Tuve que anular todas mis cuentas en Caixabank y las de mis familiares a causa de una estafa: Su financiera se inventó un crédito que yo no había solicitado ni recibido y comenzó a cobrarme mensualmente una serie de cuotas.
Reclamé varias veces y por distintos canales sin obtener respuesta, hasta que, pasados unos meses, me explicaron que no era cosa de Caixabank, sinó de su financiera, con la cual yo no había tenido ningún trato ni relación comercial, pero se negaron a darme datos para poderles contactar.
Anulé mis cuentas de Caixabank y me empezaron a llegar amenazas para que siguiera pagando aquellas cuotas misteriosas Se ve que habían vendido la "deuda" a una empresa especializada en su cobro, bastante agresiva y con vínculos fuertes en el terreno de la justicia, hasta el punto de que un juzgado admitió a trámite su reclamación, después de que yo bloqueara sus teléfonos que no cesaban de molestarme sin escuchar mis explicaciones.
La justicia gratuita no existe y ningún abogado de pago accedió a representarme contra una entidad potente como es Caixabank y sus secuaces. Esperando la respuesta de una letrada de la OCU venció el plazo que el juzgado me había dado para satisfacer la "deuda" imaginaria. Ante mi falta de respuesta, seguí recibiendo presiones y coacción por parte de la empresa de cobros que, finalmente, me ofreció que pagara sólo una parte de la cantidad total exigida, para olvidarnos del tema.
Muy turbio, todo.
Reclamé varias veces y por distintos canales sin obtener respuesta, hasta que, pasados unos meses, me explicaron que no era cosa de Caixabank, sinó de su financiera, con la cual yo no había tenido ningún trato ni relación comercial, pero se negaron a darme datos para poderles contactar.
Anulé mis cuentas de Caixabank y me empezaron a llegar amenazas para que siguiera pagando aquellas cuotas misteriosas Se ve que habían vendido la "deuda" a una empresa especializada en su cobro, bastante agresiva y con vínculos fuertes en el terreno de la justicia, hasta el punto de que un juzgado admitió a trámite su reclamación, después de que yo bloqueara sus teléfonos que no cesaban de molestarme sin escuchar mis explicaciones.
La justicia gratuita no existe y ningún abogado de pago accedió a representarme contra una entidad potente como es Caixabank y sus secuaces. Esperando la respuesta de una letrada de la OCU venció el plazo que el juzgado me había dado para satisfacer la "deuda" imaginaria. Ante mi falta de respuesta, seguí recibiendo presiones y coacción por parte de la empresa de cobros que, finalmente, me ofreció que pagara sólo una parte de la cantidad total exigida, para olvidarnos del tema.
Muy turbio, todo.