Yo no he tenido esas cartillas pero, efectivamente, ahora que lo dices, recuerdo haberlas visto. Y también la tirilla de papel de celo protegiendo una posible alteración del saldo. Es curioso lo que uno ha vivido. Eso creo que la mayoría de banqueros actuales ni lo han podido soñar. Y es que ahora con eso de la informática nos la cuelan, pero eso sí, con ordenadores, que resulta más fino y elegante. Profesionales, no os enfadeis, pero antes no existían tantos tipos diferentes de operaciones bancarias y de tanta complejidad. Ahorrabas dinero, lo guardabas, lo sacabas, te lo gastabas y aquí paz y después gloria.