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Los arrendadores son personajes de ficcion...

9 respuestas
Los arrendadores son personajes de ficcion...
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#1

Los arrendadores son personajes de ficcion...

y es que haberlos haylos, pero ya se sabe...Sangrante el asunto( y no es unico tema donde una labior que compete al Estado este la ghace recare sobre los particulares). Y es que tienen todos estos arrendadores una pinta de malvados explotadores...

http://www.elmundo.es/suvivienda/2004/358/1091138426.html
«Iban a vivir dos parejas y se metieron 30 personas»
VARIOS ARRENDADORES EXPLICAN A ESTE SUPLEMENTO SUS EXPERIENCIAS NEGATIVAS. LA FALTA DE PAGO, LOS DESTROZOS EN LA CASA Y MENTIR EN EL NÚMERO DE OCUPANTES SON LAS IRREGULARIDADES MÁS COMUNES

JOSÉ ALFONSO CRESPO

En España existen más de tres millones de casas vacías. Muchos propietarios las mantienen cerradas a cal y canto debido a las malas experiencias vividas con sus inquilinos: impagos o retrasos en el cobro de las rentas, destrozos, masificaciones, problemas en las comunidades de propietarios... Estas situaciones se producen, por desgracia, con más frecuencia de la deseada y, en ocasiones, son definitivas para no volver a poner los pisos en el mercado de alquiler.

Ahora, el Ministerio de Vivienda pretende poner fin a esta situación que ha derivado en un problema: la escasez y carestía de las casas en arrendamiento en nuestro país. Para ello, la cartera que dirige María Antonia Trujillo subvencionará con un máximo de 6.000 euros a los propietarios de viviendas que decidan alquilarlas. Dicha cuantía servirá para realizar las obras necesarias en el piso, de forma que sus condiciones sean las adecuadas antes de que lleguen los inquilinos. Con esta subvención, el Ministerio pretende también cubrir los gastos derivados de la contratación de un seguro contra impagos. A cambio, los propietarios que reciban esta ayuda deberán tener sus casas en arrendamiento durante un mínimo de cinco años y no sobrepasar un determinado precio de renta: el 7% del valor teórico del piso.

La pregunta que cabe hacerse es si serán suficientes esos 6.000 euros para borrar experiencias que a veces, además de la pérdida de dinero, han supuesto un auténtico calvario. O si serán capaces estas medidas de borrar la mentalidad tan arraigada en nuestra cultura de que alquiler es sinónimo de problemas. A juzgar por las experiencias vividas por los caseros que un día decidieron dejar de serlo, hará falta mucho más que unos miles de euros.

Y es que, encontrar un inquilino formal puede llegar a ser tan difícil como hallar una aguja en un pajar. Aunque haberlos, haylos, lo cierto es que ante una mala experiencia pocos propietarios están dispuestos a cambiar tranquilidad por dinero. En este sentido, se aplauden las intenciones del Gobierno, pero son muchos los que abogan por otro tipo de medidas para aumentar el parque de viviendas en alquiler.

Así, fuentes consultadas por este suplemento ven imprescindible que, además de las ayudas económicas, se le proporcione al propietario la seguridad jurídica necesaria. En cualquier caso, no siempre un inquilino lleva consigo quebraderos de cabeza. Alquilar es también un negocio muy rentable.

Dar con un inquilino que pague religiosamente, que trate la casa como si fuera propia y que no genere problemas en la comunidad viene a ser una especie de lotería. Hay quien prefiere no apostar. Otros se la juega y ganan, y hay quien, desafortunadamente, pierde, e incluso en repetidas ocasiones. A estos últimos, les puede, además, salir muy caro. Si el arrendatario no sólo no cuida la casa, sino que, para colmo, se dedica a hacer fechorías, como pintar murales de dudoso gusto en las paredes, o a hacer obras sin sentido –como levantar el parqué–, la broma puede salir por 24.000 euros, como sucede en el caso de Pedro González.

La decisión de no seguir abonando la renta mensual puede suponer hasta dos años sin cobrar para el propietario, que es lo que viene a durar un juicio de desahucio. Un periodo, además, durante el que tendrá que seguir pagando los pertinentes gastos que conlleva una casa. Y si, encima, los inquilinos no son respetuosos con el uso de la casa y c

#2

A continuacion los malvados especuladores...

MERCEDES L. R.

Domicilio: Distrito de Moncloa.

Motivo: Impago, daños en el piso.

Mercedes es propietaria de cuatro pisos: tres en Madrid y uno en la playa. Tenía uno más en Moncloa pero, tras sus malas experiencias, decidió venderlo después de alquilarlo. «Denuncié al inquilino porque desaparecía esporádicamente y no me pagaba. Tampoco se quería ir del piso, así que recurrí a la Justicia y por culpa de su lentitud perdí la renta de todo un año», afirma la propietaria. Pero sus problemas no se quedan ahí. Por si fuera poco, el piso también sufrió daños. El arrendatario «sólo iba a bañar a los perros y no se preocupaba de mantenerlo».

Mercedes considera que el propietario está desamparado frente a los inquilinos problemáticos. «La Justicia debería ser más ágil a la hora de poder echar a un moroso. Ningún propietario quiere echar a un inquilino bueno», apunta.

GLADYS G. L.

Domicilio: Calle de Segovia.

Motivo: Impago.

Gladys tiene un inmueble en la calle de Segovia que decidió poner en alquiler en el año 2000. «Me llamó un hombre que desde el primer momento me inspiró confianza. Tiene título nobiliario o algo así», comenta Gladys. «Nada más llegar al piso, nos solicitó que cambiásemos la puerta de la calle por una blindada porque tiene unos tapices muy caros que no se los cubría el seguro; pero estaba nueva y nos negamos a ello». Las exigencias del inquilino no se quedaron sólo en el cambio de la puerta, también pidió que «se sustituyeran los muebles de la cocina porque no le entraba la nevera». Esta vez sí le hicieron caso, sobre todo, «para no sufrir más roces con el inquilino».

Pero no todo iba a ser tan sencillo. La sorpresa se la llevó Gladys cuando a los dos meses vio que no recibía la renta. «Nos pusimos en contacto con él, pero dijo que no podía pagarnos. Sabíamos que tiene empresas, pero todas a nombre de su mujer. Se declaró insolvente». Gladys ha recurrido a la Justicia para solucionar su problema. «Le hemos denunciado y estamos pendientes de juicio. Aún no se ha presentado a ninguno y ya hace cuatro años que no recibo beneficios por el piso».

PILAR S. G.

Domicilio: Calle de Pelayo.

Motivo: Impago, daños en el piso.

Pilar es la dueña de un piso de 120 metros cuadrados situado en la calle de Pelayo, en Madrid. Hace bastante tiempo se lo alquilaron a varias personas que iban a abrir un restaurante en el barrio. «En principio, iban a vivir dos parejas, pero se nos 'metieron' más de treinta individuos», recuerda Pilar. Al finalizar el contrato y entrar en la vivienda, a Pilar se le cayó el alma a los pies, «estaba todo lleno de colchones, que es lo de menos. Lo peor es que habían arrasado nuestro piso». Una pesadilla materializada en una necesaria reforma. «Las persianas y puertas quedaron destrozadas, la cocina y el baño hechos un desastre, las paredes picadas... Teníamos un suelo de mármol precioso que tuvimos que cambiar enterito».

Pero el daño no acabó ahí. «Era la primera vez que alquilábamos y no caímos en la cuenta de que había que cambiar la domiciliación del teléfono, del agua y de la luz. Los inquilinos se fueron dejando a nuestro nombre una deuda tremenda». Sin contar el pago de esa deuda, Pilar y su marido se gastaron más de dos millones de las antiguas pesetas en acondicionar de nuevo el piso. Pese a esta mala experiencia, han vuelto a alquilarlo, pero ahora procuran protegerse y exigen a los inquilinos un aval bancario.

JAVIER G. R.

Domicilio: Alcobendas.

Motivo: Impago, daños y realquiler de la vivienda.

El caso de Javier G. R. no es uno más del montón. Es el propietario de un piso en Alcobendas (Madrid). Cuando sus hijos empezaron a crecer, se vio en la necesidad de comprar una casa mayor y, en lugar de vender su primera vivienda, decidió amortizarla. Para ello, se puso en contacto con una agencia inmobiliaria que en unos días le presentó a las que serían sus primeras inquilinas. «Eran dos mujeres y la verdad es que nunca me pagaron a tiempo. Siempre lo hacían a fin de mes y por pa

#3

Re: A continuacion los malvados especuladores...

MARÍA LUISA F. V.

Domicilio: Alcobendas.

Motivo: Daños en el piso, incumplimiento de normas.

María Luisa tiene un piso en el centro de Alcobendas que alquiló durante seis años. Ha vivido dos situaciones desagradables. «A los primeros inquilinos tuve que echarlos porque no cumplían las normas. Les dije que podían vivir un máximo de cuatro personas en el piso y metieron entre ocho y 10. A veces, había tanta gente que dormían en la escalera. También lavaban la ropa de los demás. Gastaban muchísima agua, tanta que la comunidad me llamó la atención».

La segunda experiencia negativa fue con una pareja. «Eran muy dejados. No cuidaron en absoluto el piso y me tuve que gastar cerca de 12.000 euros en acondicionarlo nuevamente».

SUCIEDAD. Cuando Enrique Martí se casó, lo primero que hizo fue comprarse una casa en Hortaleza. Al crecer la familia, se mudaron a una más grande y decidió rentabilizar su primera vivienda. «La alquilé cuatro veces y, en una de ellas, tuve una mala experiencia». Cuando su inquilino se fue del piso lo dejó tan sucio que «parecía que la cocina y el cuarto de baño no se habían limpiado nunca». Enrique le exigió que costease la limpieza de la casa, una lucha que le supuso no pocos quebraderos de cabeza.

COMO SARDINAS EN LATA. Fátima García es la propietaria de un piso de 70 m2 en Villanueva del Pardillo (Madrid). Un espacio suficiente para que viviesen los tres matrimonios a los que se lo alquiló, pero no muchas personas más, «tal y como les advertí». Pero no tuvo que pasar mucho tiempo para que los vecinos le avisaran de que en la casa se habían instalado muchos más. De momento, Fátima les ha pedido que cuiden el piso y lo dejen tal y como se lo entregó, pero no tiene mucha confianza.

«REALQUILER». Es ya casi una lucha personal. Pedro González lleva 38 años alquilando pisos y acumulando experiencias negativas. Y todo porque, según él, «la Administración no conoce el mercado». Su última vivencia en este terreno: «Mi inquilino realquiló la vivienda a dos familias. Él cobraba todos los meses y a mí sólo me pagó las dos primeras mensualidades». Denunció al arrendatario y a los dos años consiguió que desalojasen la casa. La reforma del piso le costó nada menos que 24.000 euros.

Dar con un inquilino que pague religiosamente, que trate la casa como si fuera propia y que no genere problemas en la comunidad viene a ser una especie de lotería. Hay quien prefiere no apostar. Otros se la juega y ganan, y hay quien, desafortunadamente, pierde, e incluso en repetidas ocasiones. A estos últimos, les puede, además, salir muy caro. Si el arrendatario no sólo no cuida la casa, sino que, para colmo, se dedica a hacer fechorías, como pintar murales de dudoso gusto en las paredes, o a hacer obras sin sentido -como levantar el parqué-, la broma puede salir por 24.000 euros, como sucede en el caso de Pedro González.

#4

No todo son historias de arrendadores


Ante todo deecir que he estado en las dos partes, he sido arrendador y arrendatario. Lo segundo mucho mas ya que por motivos laborales me fui de casa con 20 años a una ciudad distinta de la que naci y he vivivido en muchos sitios.
Tambien hay que hablar de historias de arrendadores, de abuelitas que tienen el piso amueblado con muebles de cuando eran jovenes, eso si la renta actualizada. Hay autenticos usureros, gente que explota la necesidad y que pretende que vivas en autenticos gallineros. Sofas destrozados, camas destrozadas, electrodomesticos que funcionan mal (quien paga la luz?) y lo mas gracioso es que cuando se estropean te dicen aquello de " uy pues no se habreis hecho porque el frigorifico lleva toda la vida funcionando" joder pues eso, se ha roto porque lleva ahi toda la vida. Pero ponen uno nuevo nooooo, compran el nuuevo para su casa te dan el antiguo y te dicen "a ver si estropeais este tambien.."

Lo ultimo que me paso en mi ultimo piso: 2 años pagando religiosamente y en plazo, esperar 3 meses a que reparara unos azulejos que se habian caido en la cocina y ayudarle a repararlo, reparar yo las cisternas de los cuartos de baño que perdian agua (eso si pago las piezas :-))), volver a colgar yo las lamparas que se descolgaron (no se puede ser manitas), sufrir humedad en dos cuartos ( habra que hablar con la comunidad....). Bueno pues cuando voy a liquidar me dice el santo varon que joder el piso estaba muy sucio y que decia su mujer que las cortinas llevabamos 2 años sin lavarlas, pues al final, por no liarla le di 30€ para una limpiadora.

Creo que los pisos de alquiler no hay que tratarlos como si fueran propios, no joder no es mio, simplemente hacer un uso correcto. Es algo asi como las salas de cine, tienen que estar limpias, que todo funcione y cuando te vas procuras dejarlas lo mejor posible. Si quieren que trate la vivienda como si fuera mia, que me cobren tambien asi.

Un saludo!

#5

Re: Los arrendadores son personajes de ficcion...

Yo para estos casos os recomiendo www.evictio.com.
No hay nada como una buena proteccion juridica.
Saludos,

#6

Re: A continuacion los malvados especuladores...

Sin dejar de dar la razón a estos señores ¿qué precauciones tomaron al alquilar? ¿pidieron algún aval bancario para cubrirse las espaldas? ¿O alquilaron a la buenaventura?

Saludos

#7

Re: A continuacion los malvados especuladores...

Yo creo que hicieron algo peor. Confiaron en la Justicia (y eso no debe hacerse), sin darse cuenta de que nuestros legisladores y jueces están ocupados en asuntos más importantes (p.ej. en la de aquellos que pretenden saltarse lo que firmaron).

#8

Re: Los arrendadores son personajes de ficcion...

El artículo es del 2004, por impago creo que ahora la cosa va mucho más rápida, creo...

Método, disciplina y tiempo