Los notarios
Cierto es que son gente que estudian un montón, y en cierto modo me parece justo que después de las súper-empolladas que se meten tengan un trabajo para olvidarse de todo. Pero no es menos justo sentirse indignado cuando uno va a firmar un préstamo para un cochecillo, le soplan por cinco segundos de trabajo 9 mil pesetas y el tipo ni se dignó a estar presente cuando firmamos. Vino, nos leyó el préstamo, nos saludó (gracias) y se fue. Firmamos solos (yo y mis avalistas) y acto seguido vino una señorita y se llevó los papeles.